El pasado domingo 29 de noviembre se celebró la
31ª edición del Medio Maratón de Córdoba, y después de ocho semanas preparando
la prueba, como ya os conté en "La impotencia que puede sentir un corredor",
casi me quedo sin tomar la salida. Por suerte, los medicamentos hicieron
efecto, la fiebre bajó y aunque no me encontraba en mis mejores condiciones
físicas me pude presentar en la salida del Medio Maratón, eso sí con la única
intención de acabarlo.
Pero antes de pasar a contaros mi experiencia en
la prueba contaros como siempre mis impresiones sobre la organización y el
recorrido.
Con el pequeñajo antes de la salida |
En lo que respecta a la organización indicar que
me he llevado una grata sorpresa, no penséis mal, no es que esperase que fuese
mala, sino porque algo que creo que es fácil de hacer hasta ahora no lo había
visto, y me refiero al tema del tallaje de las camisetas. Son muchas las carreras que al
inscribirte te preguntan tu talla de camiseta, aunque luego realmente no sé
para que lo hacen porque ya en alguna ocasión me he encontrado sin mi talla, en
cambio en el Medio Maratón de Córdoba te preguntan tu talla de camiseta y de
pantalón (sí, habéis leído bien, de pantalón, y es que también te regalan un
pantalón técnico) y cuando, tras retirar tu dorsal vas a recoger la bolsa de
corredor, compruebas sorprendido que te dan tu bolsa ya lista con la talla de camiseta y
pantalón que has solicitado. Esto me parece muy bien, y es que si alguien se ha
confundido con su talla, que sea esa persona la que cargue con su error, no
otra persona que haya pedido su talla correctamente. En el dorsal había
distintos vales, uno para la bolsa del corredor, otro para la cena de la pasta,
otro para el bocadillo y otro más para una cerveza, vales que ibas recortando y
entregando según correspondiese.
A la bolsa del corredor indicar que le vi dos
fallos, uno por exceso y otro por defecto. El fallo por exceso es que la
medalla, al contrario que en las otras carreras que he participado, te la dan
junto con la bolsa del corredor, con lo cual creo que pierde bastante encanto,
no es lo mismo que te la den una vez hayas cruzado la meta a que te la den sin
haber tomado la salida, solo por haber pagado la inscripción. El fallo por
defecto es que colocan en una mesa mapas del recorrido, de cómo va a estar
distribuida la zona de salida y meta y de información sobre aparcamientos, y a
mi parecer esos mapas en vez de estar en una mesa deberían de meterlos en la
bolsa del corredor. Además de la retirada y del contenido de la bolsa del
corredor, debo decir que tanto la zona de salida como la zona de meta estaban
muy bien señalizadas y organizadas.
Con la bolsa del corredor |
En lo que al recorrido se refiere, hay que tener
en cuenta que Córdoba es una ciudad con siglos de historia y que posee un casco
antiguo que es patrimonio de la humanidad. Correr por esas zonas sería tan
maravilloso como imposible, ya que la zona de la Mezquita y la judería son
calles empedradas y muy estrechas, por lo que evidentemente la zona bonita de
Córdoba queda fuera del recorrido. Aun así para mí hay tres zonas muy bonitas a
lo largo del recorrido, que es desde la salida hasta más o menos el kilómetro 4,5,
tramo en el que se cruzaba dos veces el río Guadalquivir. Otro tramo entre el 11 y
el 12, en el que se pasaba por la Plaza de las Tendillas, la calle Concepción y
el Paseo de la Victoria. Y los dos últimos kilómetros, en los que se vuelve a
cruzar en dos ocasiones el río Guadalquivir, la segunda de ellas por el Puente
Romano, siendo éste la recta final de meta. El resto del recorrido, en su
mayoría, era por los alrededores de Córdoba, en muchas ocasiones avenidas
largas, rectas kilométricas, casi desérticas, que a mi parecer eran demasiado monótonas, sobre
todo un tramo de casi dos kilómetros que transcurría paralelo a la A-4.
En lo que a la carrera se refiere, decir que
verme en la línea de salida para mí ya era un éxito, tan solo treinta y seis
horas antes estaba en la cama con escalofríos, sin apetito y con fiebre, os
aseguro que pensaba que no iba a tomar la salida, y es que hay algo que tengo
muy claro, que ni me va la épica, ni jugarme la salud por una carrera. Era duro
verme tan cerca del día y pensar que había muchas posibilidades de no tomar la
salida, pero al año se celebran muchas carreras que puedo correr, y no iba a
arriesgar mi salud por correr el Medio Maratón de Córdoba.
Recorrido del Medio Maratón de Córdoba |
Una vez en la salida, y siendo consciente de que
la fiebre sin duda habría hecho estragos en mis fuerzas, tocaba cambiar el chip.
Había preparado el Medio Maratón de Córdoba con la intención de hacer entre 1 h
45 min y 1 h 50 min, intentando estar lo más cerca posible del límite más bajo. Pero tras cuatro días de fiebre, pensar que podía hacer un tiempo entre esos
límites era una verdadera locura. Así que tomé la salida pensando solamente en
recorrer los 21.097 metros y disfrutar lo máximo posible.
El número de corredores inscritos era de 7.000,
un buen número de participantes para una ciudad como Córdoba, pero bastante
inferior a muchas de las carreras en las que suelo participar, y hay que decir
que un número así de participantes ayuda a que la salida sea fluida y a que se
pueda coger pronto un buen ritmo. Mi salida no fue mala o si, depende de cómo
se mire, las piernas estaban frescas y la salida como he comentado fue fluida, por
lo llevé un ritmo que de estar bien físicamente hubiese estado genial, pero que
al estar aún convaleciente era un poco una temeridad. Mi intención para los
primeros kilómetros era la de ir tranquilo, con un ritmo en torno a los 5:30
min/km, pero no fue así, y el paso por el kilómetro 3 fue de 15:44 a 5:15
min/km.
La verdad que ese tiempo en el crono me
sorprendió ya que esos tres primeros kilómetros fueron una lucha constante entre mi cuerpo, que me pedía parar, y mi mente que solo pensaba en seguir adelante, y más aun
teniendo en cuenta que cerca del kilómetro 3 me vino un ataque de tos que me dejo
fastidiado durante un rato.
Del kilómetro 4,5 al 9 el recorrido era muy
monótono, salvo alguna glorieta o algún pequeño giro, podía decirse que esa
parte del recorrido eran dos rectas en forma de L, la primera sobre todo que
iba paralela a la A-4, (casi 2 kilómetros) se me hizo muy larga y monótona,
tenía la sensación de que no avanzaba y aunque mi cuerpo ya no me pedía parar,
mentalmente tenía que estar constantemente pensando en positivo. El paso por el
kilómetro 5 fue de 26:04, a un ritmo de 5:13 min/km, seguía yendo a un ritmo
que era consciente que me costaría mantener, pero en el fondo las ganas de
demostrarme que los entrenamientos daban sus frutos hacía que no bajase el
ritmo. En ese punto kilométrico estaba el primer avituallamiento, donde de nuevo tengo
que felicitar a la organización ya que había una gran cantidad de mesas con
voluntarios ofreciéndote agua, haciendo también muy fluido un tramo que
normalmente suele ser bastante lento y complicado.
La segunda recta era algo más amena, ya que
discurría por una avenida ancha, con jardines y bloques de pisos a ambos lados,
e incluso incluía una pequeña subida, que aunque parezca mentira se agradecía.
Llegados al kilómetro 10 volví a comprobar el
crono, 52:51, el ritmo era de 5:17 min/km, había empeorado un poco, pero seguía
siendo un buen ritmo, hasta el punto que de los tres Medio Maratón que he
hecho, este ha sido mi mejor paso por ese punto, ya que en Medio Maratón Villa de
Madrid 2015 el tiempo en el km 10 fue de 54:26, es decir, lo había mejorado en
1:35.
Altimetría del Medio Maratón de Córdoba |
Entre el km 10 y el 11 se encontraba el segundo
punto de avituallamiento, donde además me tomé uno de los geles que llevaba, y
que ya empezaba a necesitar porque aunque en general me encontraba bastante
bien, las piernas empezaba a notarlas fatigadas.
Los siguientes kilómetros dejaban de transcurrir
por largas rectas y tenía un recorrido más dinámico, además volvíamos al centro
de Córdoba y eso se notaba en la cantidad de público que había. No sé a
vosotros, pero a mi correr con público a ambos lados de la calle, animándote y
con los niños chocándote la mano me alienta mucho, y me encanta, y si además
entre ese público, como fue el caso, se encuentra mi mujer y mi hijo aún más.
Lástima que esto solo durase un par de kilómetros.
Entre el km 13,5 y el 15 de nuevo una recta,
monótona, sin público, con edificios a tu izquierda y nada a tu derecha, un
tramo muy del estilo al que hicimos paralelo a la A-4, solo que con casi 10
kilómetros más en las piernas. En el kilómetro 15 nuevo punto de
avituallamiento, y no solo líquido, ya que las piernas empezaban a estar
bastante fatigadas y aunque no lo tenía planeado así, me tomé mi segundo gel.
Fue en este tramo en el que empecé a notar los daños colaterales de la fiebre,
y quizás también de no haber sido más cauteloso en los primeros kilómetros. El
tiempo en el km 15 fue de 1:20:25, a un ritmo de 5:22 min/km, es decir cinco
segundos más por kilómetro que el ritmo en el km 10.
Los cuatro kilómetros siguientes fueron una continua
lucha contra mis piernas. De mente iba bien, también de respiración, en general
me notaba fresco, quería acelerar el ritmo, pero me era imposible, mis piernas
no podían, sobre todo los cuádriceps que a cada paso que daba los notaba más y
más pesados.
En el kilómetro 19 volvimos a pasar por la línea
de salida, de nuevo se volvía a ver bastante gente en ambos lados de la calle,
y entre esas personas volví a ver a mi mujer y a mi pequeño, lo que supuso un empujón
para los apenas dos kilómetros que quedaban hasta la meta.
Decir que la recta de meta es una de las más
bonitas por las que he pasado, nada más y nada menos que el puente romano de
Córdoba, y como meta el arco de piedra de la Puerta del Puente, un
final precioso, que no pude disfrutar como se merecía ya que en esos momentos cometí el fallo de pensar más en que entraba lejos del tiempo que me hubiese
gustado, que en alegrarme por haber acabado mi tercer medio maratón.
Tras coger el agua y la bebida isotónica me
encontré con mi mujer y las lágrimas que ya estuvieron presentes el viernes
tras ver la temperatura del termómetro, volvieron a mis ojos, en esta ocasión
era una mezcla de desilusión, alegría, y del sufrimiento y la impotencia de los
últimos días.
Con la medalla de mi tercer Medio Maratón |
Puedo decir, que a pesar de todo no fue una
carrera en la que sufriese, en la que lo pasase mal, tampoco las circunstancias
permitieron que disfrutase, pero teniendo en cuenta todo, y ya pensándolo
fríamente, estoy muy contento conmigo mismo, porque corrí un medio maratón
apenas unas horas después de haberme recuperado de cuatro días de fiebre.
Sensacional crónica de carrera Manu!!
ResponderEliminar¿Esto... 72 horas antes con fiebre y haces la media por debajo de las 2 horas...? ¡No me seas calavera! ¡Es un tiempazo! Ya nos gustaría a muchos correr la media por debajo de las 2 horas... ¡Y sin estar chuchurrío!
Muchas felicidades por tu carrera, disfruta de haber conseguido correrla y cuidate para estar a full lo antes posible. ^_^
Un abrazo!!!
Muchas gracias Jesús. Ahora en frío se ve distinto y está claro que solo acabarlo ya tiene su merito, porque el viernes por la noche, con el termómetro en la mano no apostaba por ello.
EliminarLastima no haberlo sabido disfrutar como debía en el momento.
Un abrazo!!
Felicidades por acabarla con ese trancazo encima,sólo acabarla es digno. Ánimo.
ResponderEliminar¡Muchas gracias David!, pasada la desilusión, sinceramente estoy muy contento de haberla corrido y haberla acabado.
EliminarSaludos.