En
la última carrera que disputé, el GPS del reloj me indicó que había hecho 10,150 kilómetros, no me sorprendió que no fuese 10 kilómetros exactos, rara vez coincide exactamente,
aunque en esta ocasión la diferencia de distancia fue mayor de lo habitual. Lo
que sí me sorprendió es que un compañero del club de triatlón de mi primo
también comentó que su GPS le había marcado 150 metros más, y escuché a otra
persona que su GPS había marcado 160 metros más.
Imagen de Locosporcorrer |
Según
indicaba la página web de la organización, la carrera estaba certificada por la RFEA, por lo
que en teoría, y en la practica, la distancia de la carrera era de 10 km, así que me surgió una
duda y es, ¿cómo se certifica que una carrera tiene la distancia exacta?
Lo
primero que hacen los organizadores es diseñar el circuito, y hacérselo llegar al Ayuntamiento donde se va a celebrar la carrera para que éste autorice el circuito o haga los cambios que estime oportunos. Para este
primer diseño de la carrera los organizadores suelen optar por Google Earth, de
esta manera ya tienen un primer plano del recorrido, con una distancia bastante
aproximada a lo que será la distancia de la carrera, ese plano que ha preparado
la organización se le entrega a los jueces, que serán los que se lancen a la
calle para homologar y certificar la distancia.
Para
que la homologación sea válida, se deben tener en cuenta tres condiciones:
1.-
La distancia entre la salida y la meta no puede ser superior al 50% de la
distancia de la prueba. En muchas carreras la salida y la meta coinciden, pero
por ejemplo en el Derbi de las Aficiones de Madrid que sales del Bernabéu y
terminas en el Calderón, sin duda esta primera condición no se cumple.
2.-
La disminución de la altitud entre la salida y la meta no puede ser superior al
1%, o lo que es lo mismo, de 10 metros para una carrera de 10 kilómetros.
3.-
Una vez homologada una prueba, para las posteriores ediciones el trazado no
podrá cambiar más del 5% sino, habría que hacer una nueva homologación.
En
el caso de una carrera nacional, para la homologación habrá dos jueces
federativos, en caso de que la carrera sea internacional habría un tercer juez. Ambos jueces dispondrán de una bicicleta para medir el recorrido, la cual antes de
comenzar a medir habrán pasado por el calibrado para que esté calibrada al milímetro.
¿Cómo se hace el calibrado?, el calibrado se hace en una recta en la que se han
medido 500 metros exactos mediante una cinta métrica. Las ruedas delanteras de
las bicicletas llevan un contador, denominado contador Jones, que nos dará la
distancia equivalente a los 500 metros. Este recorrido de calibración se
realiza en varias ocasiones por ambas bicicletas para comprobar que los valores
no han cambiado debido a factores como la temperatura o la presión de los
neumáticos.
Una
vez se ha hecho el calibrado, los jueces y los técnicos organizadores de la
carrera, acompañados de la policía, comenzarán a medir el recorrido sobre el
terreno, esto por mayor comodidad se hará un día festivo y a primera hora de la mañana.
La
medición viene marcada por unas normas que establece la Asociación
Internacional de maratones y carreras de distancia, AIMS, y por la Federación
Internacional de Atletismo, IAAF. Siempre se debe tomar el recorrido
más corto en los giros, rotondas y cambios de un lado a otro de las calles o
avenidas, es decir, se debe hacer un trazo lineal y perfecto entre dos puntos y
siempre pegados a los bordillos. Una vez en carrera, es difícil que los
corredores hagamos una trazada tan perfecta, yo por ejemplo siempre suelo ir
por el lado izquierdo, lo que hace que en ocasiones tome las curvas
recorriendo más metros, y también he de decir que no soy recortador, de esos
que aprovechan las aceras para hacer las curvas más cortas.
Imagen de Mediciones C.A.M.A.P |
En
cada kilómetro se marca el punto kilométrico en el que estamos, y además se comprueba el
número de vueltas que ha sumado el contador, no pudiendo haber una diferencia
de más de un metro por kilómetro entre cada bicicleta. Estas marcas son
provisionales, ya que una vez acabada la medición se comprobará si hay que
mover estas marcas algún metro, ya sea hacía adelante o hacía atrás.
Una
vez se ha acabado de medir la distancia hay que hacer un post calibrado, se
vuelve al lugar donde se realizó el calibrado, y se comprueba si ha habido
algún desajuste por las condiciones climatológicas y físicas de la bicicleta, que
hayan podido hacer que la medición no fuese válida.
Los
jueces de la RFEA realizaran un informe en el que indicarán toda la información
obtenida, con fotos, direcciones y todos los datos registrados durante la
medición, incluyendo hora y temperatura tanto inicial como final.
Con
todos estos datos se realizarán los ajustes necesarios para que el recorrido de
la carrera se ajuste perfectamente a la medición realizada por los jueces,
moviendo unos metros arriba o abajo la salida y la meta. Una vez realizados
esos ajustes, se marca con un clavo estos lugares.
Así
pues, si una carrera está homologada y certificada por la RFEA, no podemos
poner en duda la distancia, ya que se ha realizado un trabajo de homologación y certificación muy estricto por parte de los jueces.
Compararla con la distancia que nos ha dado el GPS es un poco absurdo, primero
porque los GPS tienen un margen de error que los propios fabricantes indican
entre el 1 y el 2%, es decir de hasta 200 metros en una carrera de 10
kilómetros, y segundo porque como hemos podido ver, los jueces miden siempre la
distancia más corta entre dos puntos, o lo que se conoce como hacer la cuerda,
y nosotros difícilmente en una carrera podremos hacer ese mismo trazado.
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