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jueves, 28 de abril de 2016

Mi experiencia en una prueba de esfuerzo

Lo prometido es deuda, y este fin de semana pasado me tocó cumplir con algo que llevaba demasiado tiempo retrasando, que era hacerme una prueba de esfuerzo. Como ya os comenté en El running y la muerte subita, en el 2015 cuando me preparé el Maratón de Madrid dije de hacérmela, pero lo fui dejando, y al final hice el Maratón sin hacerme la prueba de esfuerzo. Para 2016 y tras la muerte súbita de varios corredores le prometí a mi mujer que me la haría, en principio la idea era hacerla en febrero, pero de nuevo lo fui dejando, hasta que dos nuevas muertes en un Maratón, y sobre todo la “presión” de mi mujer y de mis padres hizo que no lo retrasase más y que pidiese cita para hacérmelo.

Preparado para el electrocardiograma
La prueba que me he hecho ha sido un reconocimiento médico deportivo con prueba de esfuerzo y análisis de gases, me lo he hecho en el Reebok Sports Club Madrid, el precio es de 120 euros para los No Socios, pero había una oferta para las personas que hubiesen corrido el Asics Medio Maratón Villa de Madrid, que consistía en que te cobraban como Socio, por lo que el precio era de 92 euros. Deciros que no fue el único centro que vi, estuve indagando por internet y encontré varios centros que hacían la prueba a precios muy dispares, desde 62 euros hasta 150 euros, algunos incluían análisis de gases y otros no. Al final opté por el Reebok Sports Club Madrid, por un lado porqué en los foros hablaban muy bien de ellos, y por otro, porque mi cuñado trabaja allí, y eso me daba bastante seguridad.

Una vez tuve concertada la cita me mandaron por mail tres documentos, una autorización para que me hiciesen la prueba, unas instrucciones que debía seguir antes de la prueba y un cuestionario  sobre mi historial médico. Entre las instrucciones me indicaban que no hiciese ejercicio el día de antes, que no comiese ni tomase bebidas estimulantes en las dos horas y media anteriores a la prueba, que no modificase mis hábitos de alimentación, y que acudiese con ropa deportiva, como si fuese a entrenar.

La prueba la realizan un médico especialista en medicina de la educación física y el deporte, y un enfermero, este último fue quien me recibió fuera de la sala, tomó la documentación, me consultó si la prueba la iba a hacer sobre la cinta o sobre la bicicleta estática, y me indicó donde estaba el vestuario para que pudiese cambiarme. Una vez ya con la ropa de entrenamiento me dirigí a la sala donde me recibió el médico, y a donde también dejaron entrar a mi cuñado, a mi mujer y al pequeñajo, aunque éste se pasó toda la prueba dormido.

HISTORIAL MÉDICO-DEPORTIVO

Lo primero que hizo el médico fue repasar el cuestionario que había rellenado, las preguntas de éste trataban sobre antecedentes de enfermedades y lesiones padecidas, antecedentes de familiares, operaciones quirúrgicas, hábitos relacionados con la salud y actividades físicas que realizo. Fue obviando las respuestas que eran negativas y ahondando en las respuestas que eran positivas para de esta forma crear mi historial médico-deportivo.

EXPLORACIONES

La segunda parte del reconocimiento se trataba de las exploraciones, en este caso lo primero que hicieron fue la toma de datos antropométricos, el enfermero me midió, me pesó y con un aparato denominado plicometro, que es como una pinza, me pellizcó distintas partes del cuerpo para medir mi grasa corporal. 

Midiéndome la grasa corporal
A continuación el mismo enfermero procedió a colocarme los electrodos para hacerme el electrocardiograma en reposo, el cual me hizo tumbado y también de pie.

Lo siguiente era la toma de la presión arterial en reposo. He de contaros que cuando voy al médico y me toman la tensión suele salirme algo alta, dicen que es por el síndrome de la bata blanca, es decir, que me pongo nervioso ante un médico, pero en este caso como prácticamente se podía decir que estaba en familia la presión arterial estaba dentro de los límites. 

Para terminar esta parte del reconocimiento médico el médico procedió a realizar una auscultación cardíaca y pulmonar.

PRUEBA DE ESFUERZO Y ANÁLISIS DE GASES

La tercera parte del reconocimiento es la prueba de esfuerzo y análisis de gases. En ella iban a valorar mi respuesta cardiovascular al ejercicio, me harían un electrocardiograma en esfuerzo, y analizarían el intercambio gaseoso.

Para ello me colocaron una malla a modo de camiseta, que se ajustaba a mi cuerpo como una segunda piel, para que de esta forma al correr los electrodos no se despegasen, y me colocaron una máscara con la que determinarían el consumo máximo de oxígeno y mi transición aeróbica-anaeróbica. Y así, sintiendo que iba disfrazado de Bane, el villano de Batman, The Dark Knight Rises, me subí a la cinta a correr

Listo para empezar
En ese momento el médico procedió a contarme el funcionamiento de la prueba, lo cual era muy simple, la cinta empezaría a una velocidad de 6 km/h (10 min/km), e iría aumentando 1 km/h cada minuto, manteniendo siempre una inclinación del 1%. Durante la prueba no podía hablar, ya que esto podría alterar la información del análisis de gases, por lo que el médico me indicó que a sus preguntas contestase con el pulgar hacia arriba, la mano extendida o el pulgar hacia abajo, según me fuese encontrando.

Los dos primeros minutos se puede ir andando en la cinta, y esto hizo que me centrase mucho en lo incómoda que era la máscara, e inevitablemente pensaba si me permitiría respirar con comodidad cuando necesitase de más aire, aunque sobre esto el enfermero ya me había indicado que no me preocupase. Comentaros que si habéis hecho alguna vez snorkel la sensación es muy parecida, ya que la máscara aprieta en la nariz, por lo que prácticamente no puedes respirar por ahí, y toda tu respiración se centra por la boca, respirando por un orificio al igual que se hace cuando practicas snorkel.

Empezando la prueba de esfuerzo
Los minutos fueron transcurriendo, y la velocidad de la cinta iba subiendo, cada vez a una velocidad más exigente, lo cual hizo que me olvidase de la máscara, momento en el que pude comprobar que la afirmación del enfermero era correcta, la máscara no me iba a impedir respirar con normalidad. A partir de una determinada velocidad, la cual no sabría deciros cual fue, el médico, antes de indicar al enfermero que subiese la velocidad, me preguntaba qué tal iba, a lo que yo respondía con el pulgar hacia arriba. Debo decir que aunque me hubiese sido fácil llevar la cuenta de los minutos y de la velocidad, no lo hice, por lo que pasados los primeros minutos no sabía ni cuanto llevaba corriendo, ni la velocidad que llevaba. En un momento determinado de la prueba empecé a notar que aunque iba bien, me costaba llevar el ritmo de la cinta, y en mi mente tomó forma la idea de que pudiese tropezar y caer, la cabeza es así en determinados momentos, y juega malas pasadas, por lo que a la siguiente pregunta del médico le respondí con la mano extendida, el médico ordenó al enfermero subir un km/h más, indicándome luego a mi que sería el último.

Una vez el médico le dio la orden de no subir más la velocidad el enfermero procedió a poner una velocidad bastante cómoda en la que pudiese ir andando y recuperarme del esfuerzo, momento en que me tomó la tensión arterial tras el esfuerzo, cosa que repitió al minuto, y que volvió a repetir una tercera vez, ya estando en reposo, para comprobar que tras recuperarme del esfuerzo también había recuperado mi tensión arterial.

Acabada la prueba, libre de la máscara

INFORME DE VALORACIÓN

El médico me indicó que el informe tardaría alrededor de una semana en mandármelo, pero me enseñó un borrador para que me hiciese una idea de cómo sería, y procedió a darme algunos datos que si se obtenían inmediatamente.

Velocidad inicial de la cinta 6 km/h. Velocidad final 15km/h (4:00 min/km). Duración de la prueba 10 minutos.
Pulsaciones en reposo 61. Pulsaciones máximas en esfuerzo 188.
- Talla 1,67 cm, peso 58,8 kg, índice de masa corporal correcto. 18,8% g de grasa, exceso de % de grasa 2%. Me indicó que no debo perder peso sino convertir grasa en músculo.
- Estado de salud óptimo para la práctica deportiva.

El informe que me harán llegar, además de indicar los datos anteriores, tendrá:

 Valoración del estado de salud en relación a la práctica deportiva realizada o por realizar.
Diagnóstico precoz de patologías que pudieran afectar a la práctica deportiva o a la salud de la persona.
Valoración objetiva de la condición física y estado de entrenamiento.
Valoración de la respuesta cardiorrespiratoria al esfuerzo físico.
Orientación general de las cargas de entrenamiento más adecuadas.

Y esta ha sido mi experiencia en el reconocimiento médico deportivo con prueba de esfuerzo y análisis de gases. En espera de que me llegue el informe me da la tranquilidad de que mi cuerpo y mi corazón han respondido bien al examen, y que el electrocardiograma no ha mostrado nada extraño. Una vez tenga el informe prepararé una entrada para que tengáis una completa información de lo que se valora en este tipo de pruebas y que consejos te dan.

Para terminar, deciros que mi opinión al respecto de este tipo de reconocimientos es que debería ser obligatorio en carreras de distancia igual o superior al Medio Maratón. Soy consciente de que el coste es importante, pero no es un importe mucho mayor que muchas de las zapatillas que nos compramos, y si hacemos ese gasto pensando en la salud de las articulaciones, también deberíamos asumir este coste, por dos motivos, salud y tranquilidad, tranquilidad no solo propia, también de los que nos rodean, nos quieren y nos siguen en nuestros retos, sean donde sean. 


4 comentarios:

  1. Interesante el tema de la prueba de esfuerzo. No descarto realizar alguna en los próximos meses. ¡Gracias por toda la info Manu!

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    1. La verdad es que me pareció una prueba bastante y interesante y que me da tranquilidad, sobre todo de cara al Maratón.

      Eres más joven que yo, pero si vas a seguir con las medias distancias, creo que es recomendable hacérsela, es cara, pero merece la pena.

      Un saludo y ¡gracias por leerme Javier!

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  2. Hola Manu !!!,yo tambien estoy en ello .Ya me hice unaprueba de esfuerzo hace un año y medio ,pero ante la insistencia de mi familia ya tengo cita para hacermela el 30 de mayo.Entre tanto la carrera Liberty ya está ahí mismito.Mis pensamientos estan en llegar a poder hacer la media al año que viene,este año no me encontraba capacitada.
    Suerte para el maratón !!!!
    Un Saludo!!!

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    1. LA salud es lo primero, y nunca está de más este tipo de pruebas, por lo menos da tranquilidad.

      La Liberty ya la tenemos encima poco más de diez días, y estamos corriéndola, a ver si hace bueno!!!

      Ya veras como el año que viene la haces, el salto de los 10 km al medio maratón parece mucho, pero bien preparado no es tanto, y es una distancia muy bonita, yo disfruto mucho.

      A ver que tal se da el maratón, de momento me veo mejor que el año pasado cuando hice el de Madrid.

      Saludos.

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