Para
mí, una de las cosas más bonitas del running popular, es que luchas contra ti mismo.
A todos nos pasa que queremos mejorar nuestra marca personal, correr un segundo
más rápido que la anterior carrera, y para ello trabajamos en nuestros
entrenamientos, sin darnos cuenta en muchos casos, que la cantidad no es
calidad, y que no es necesario entrenar alocadamente siete días a la semana
para rendir más y mejor.
Hace
poco me encontré con una frase de Bill Bowerman, entrenador de atletismo y
cofundador de Nike, en ella decía:
En
mis inicios, supongo que como todos, pensaba que cuanto más duro y exigente
fuese el entrenamiento, más iba a avanzar, pero con el tiempo me fui dando cuenta que
no estaba mejorando tanto como podía, y poco a poco fui descubriendo que si
llevaba a cabo mis entrenamientos de una manera más inteligente, la mejora sería mucho mayor
que la obtenida hasta ese momento.
En
un entrenamiento inteligente, bajo mi punto de vista, lo primero que debemos
tener en cuenta es que somos corredores populares, no profesionales, eso
significa que nosotros debemos adecuar en nuestro día a día los entrenamientos,
mientras que para los profesionales, los entrenamientos son su día a día. Es
muy posible que mientras ellos descansan o están recibiendo un masaje de
descarga, nosotros estemos trabajando o estudiando, o dedicándole tiempo a la familia y/o amigos. Es decir, nosotros no vamos a tener la
posibilidad de recuperar igual que lo hacen ellos, por lo que debemos ser
inteligentes y no fijarnos en planes de entrenamiento que, sin duda, no están
hechos para nosotros. Desde mi experiencia, tengo muy claro que no hay que
hacer la cantidad de kilómetros y entrenamientos que muchos planes recomiendan, con menos, también se pueden lograr los objetivos.
Para
mí la planificación es importante, así me lo ha demostrado la experiencia, por
lo que también creo que haremos entrenamientos inteligentes si fijamos nuestros
objetivos y planificamos nuestros entrenamientos para lograrlos. En mi caso la mala
experiencia del triathlon que hice en el 2014, se debió sin duda a una mala planificación
a la hora de fijar el objetivo y entrenarlo, desde ese momento aprendí que una buena planificación ayuda, y mucho, a que los retos salgan adelante.
Otro
punto a tener en cuenta a la hora de realizar un entrenamiento inteligente es el sobre entrenamiento. Nuestro cuerpo
se va a adaptar a los entrenamientos, pero debemos tener en cuenta que tiene un
límite, y que por supuesto ese límite no es el mismo que el de nuestro
compañero o amigo que corre con nosotros. El problema de traspasar ese límite y de estar
sobreentrenado se puede traducir en que nuestros resultados no sean los
deseados o algo mucho peor, como pueden ser lesiones.
Todo
plan de entrenamiento debe tener días duros y exigentes, pero esto también debemos
hacerlo de manera inteligente. No todos los días podemos estar haciendo entrenamientos
de series, también necesitaremos de entrenamientos de fondo en los que llevemos
un ritmo más tranquilo y relajado.
Y
¿qué decir de lo poco inteligente que es correr con dolores?, ya lo he
comentado en alguna ocasión olvidaros de la frase “No pain no gain”, queda muy
bonito, y más aún por la tendencia que tenemos a los anglicismos, pero está muy
lejos de la realidad. Si algo te duele es síntoma de que algo no funciona como
debe, y que puedes caer lesionado si insistes en entrenar con esos dolores, en
vez de tratarlos.
Para
mejorar como corredores, no solo hay que correr, muchas lesiones se producen
porque nuestras articulaciones no son lo suficientemente fuertes o porque
tenemos una mala técnica de carrera o una mala pisada. Hacer ejercicios de
fuerza, de técnica, de cuestas, e incluso entrenamientos cruzados, va a ser muy
positivo para nuestros entrenamientos, y para que nuestras articulaciones no se vean tan castigadas.
He
dejado para lo último el que para mí es sin duda uno de los puntos más
importantes a la hora de realizar un entrenamiento inteligente, el descanso. Con
el descanso nuestro cuerpo asimila todo el trabajo realizado en el
entrenamiento, es cierto que nuestro cuerpo tiene una gran capacidad de
adaptación, pero si no hacemos otra cosa que entrenar, entrenar y entrenar, no
vamos a dejar que nuestro cuerpo asimile los entrenamientos realizados, por
ello nuestro plan de entrenamientos debe tener en cuenta el descanso. Y si tan
importante es descansar de hacer ejercicio, igual o más lo es dormir, os
recuerdo que es mientras dormimos cuando nos recuperamos del entrenamiento, el
cuerpo asimila el entrenamiento y se repara. Debemos tener muy en cuenta que
cuantas menos horas de sueño tengamos más sensación de agotamiento tendremos, y
peor afrontaremos las exigencias físicas y mentales de los entrenamientos.
Para
mí estos son los puntos que nos pueden llevar a un entrenamiento inteligente,
que nos lleve a mejorar y a qué en nuestros entrenamientos prime la calidad a
la cantidad, ¿qué otros punto añadiríais vosotros?
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