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domingo, 25 de septiembre de 2016

El gesto de los hermanos Brownlee, ¿espíritu deportivo o acto peligroso?

Hace una semana se produjo un hecho que ha dado la vuelta al mundo, y que ha hecho que el triatlón saltase a la primera plana en los medios de comunicación y en la red. Se trata del gesto que unos han definido como heroico, de calidad humana, amor fraternal, espíritu deportivo, y otros han definido como de locura, de error, acto peligroso para la salud... en definitiva, me refiero al momento que protagonizaron los hermanos Brownlee en la última prueba de las Series Mundiales de Triatlón.

Foto: cozumel.triathlon.org
Pongámonos en situación, como he dicho se trataba de la última prueba de las Series Mundiales de Triatlón, a ella llegaban con opciones al título dos triatletas, Mario Mola, líder del mundial, y al que le bastaba con ser tercero para conseguir su primer título, y Jonathan Brownlee, que necesitaba ganar y que Mario Mola ocupase como mínimo la cuarta posición. Todo hacía prever un final muy interesante, aunque a falta de un kilómetro para la conclusión de la prueba, no era tan interesante, ya que Jonathan Brownlee iba escapado en solitario y Mario Mola era quinto, sin ninguna opción de llegar a alcanzar la tercera posición, por lo que a falta de un kilómetro Jonathan Brownlee era virtualmente campeón del mundo de Triatlón.

Pero la prueba se realizaba en Cozumel, en unas condiciones extremas de humedad, y en esos casos es necesaria una buena hidratación para compensar la pérdida de agua y sales, así que lo que parecía que iba a ser un último kilómetro de paseo triunfal, se convirtió en un muro infranqueable cuando a Jonathan Brownlee un golpe de calor le dejó al borde del colapso e hizo que se parase a escasos trescientos metros de la meta. Fue en ese momento cuando se produjo el hecho que ha dado la vuelta al mundo y que ha sido alabado por unos, y criticado por otros. Su hermano Alistair Brownlee que venía por detrás de él, junto con el sudafricano Schoeman, no dudó en coger el brazo de su hermano, echárselo por encima de los hombros, y tirar de él hasta cruzar la línea de meta.

Foto: lavanguardia.com
Dejando a un lado la legalidad o ilegalidad del hecho de que Alistair ayudase a su hermano Jonathan a acabar la prueba, creo que hay otro aspecto que es bastante más importante, y es, ¿realmente hay que alabar y ensalzar este tipo de gestos que ponen en peligro la salud del deportista?

Mi opinión es muy clara, este tipo de actos son arriesgados y son un mal ejemplo para los populares y para los niños que lo ven y ven como Alistair es alabado por este gesto. Vivimos en un momento en el que una gran cantidad de deportistas populares se enfrentan a retos, un maratón, un triatlón, un ultra, o incluso un ironman, y en muchos casos, nuestros héroes, el espejo en el que nos miramos son los profesionales, y obviamente no es un buen ejemplo que un deportista fuerce, o en este caso, le fuercen, hasta la extenuación por acabar una prueba. Solo hay que ver el vídeo y comprobar como Jonathan, una vez pierde el apoyo que le prestaba su hermano, no es capaz ni de dar un paso para terminar de cruzar la meta, y cae desplomado, las imágenes para mí son espeluznantes. Sinceramente, no creo que se deba alabar que una persona lleve su cuerpo hasta tal límite, no es algo que se deba tomar como ejemplo.


Los deportistas profesionales son humanos, y a pesar de sus entrenamientos y de tener la guía de sus entrenadores, también cometen errores en sus estrategias, está claro que Jonathan no tuvo muy en cuenta las condiciones climatológicas a las que se enfrentaba en Cozumel, e hizo una apuesta arriesgada por la victoria, en la que no midió bien sus fuerzas, llevó su cuerpo al límite, en definitiva, fue a un ritmo que no podía aguantar. Seguramente su cuerpo le fue dando avisos de que no iba del todo bien, pero en lugar de escucharlo y bajar el ritmo, siguió adelante hasta que su cuerpo dijo basta y le obligó a parar.

¿Qué pasa en ese momento?, sin duda lo que debería haber pasado en ese momento, cuando se para y un asistente le coge, es que las asistencias le hubiesen sacado de la prueba y le hubiesen atendido, pero no fue así, en ese momento Alistair decide que su hermano tiene que acabar la prueba sí o sí, a toda costa tiene que seguir, no piensa para nada en cómo está su hermano, ni siquiera se para a preguntarle, desconoce si es un simple mareo, o un golpe de calor por la deshidratación, o incluso si puede ser algo más delicado, nada, solo piensa en que su hermano gane el mundial a cualquier precio. Cada uno tendrá su opinión, la mía es que se trata de un acto egoísta, Alistair solo piensa en que su hermano está perdiendo la posibilidad de ser campeón del mundo, no en lo que su acto podría suponer para la salud de su hermano.

Foto: marca.com
Los que seguís el blog a menudo ya sabéis que no soy nada partidario del “No pain, no gain”, me parece una frase muy peligrosa, y si no soy partidario de esa frase, imaginaros de la épica de llevar tu cuerpo al límite, de llevarlo hasta la extenuación, me parece una verdadera locura, y menos aún que esa épica se deba a que, cómo en este caso, otro triatleta te fuerce. Nunca, por favor, nunca obliguéis a otro deportista a continuar, si queréis tener un buen gesto ayudarle a tumbarse, dar aviso de que hay un deportista que se encuentra mal, quedaros a su lado hasta que lleguen las asistencias, pero no sigáis el mal ejemplo de Alistair Brownlee de forzarle, porque no sabemos lo que nuestro gesto puede desencadenar en el organismo de esa persona que está al borde del colapso.

Antes de terminar, quiero aprovechar la entrada para dar la enhorabuena a Mario Mola, Campeón del Mundo de Triatlón y Fernando Alarza, tercer clasificado mundial. 

Foto triatlonnoticias.com

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