Hace
una semana se produjo un hecho que ha dado la vuelta al mundo, y que ha hecho
que el triatlón saltase a la primera plana en los medios de comunicación y en
la red. Se trata del gesto que unos han definido como heroico, de calidad
humana, amor fraternal, espíritu deportivo, y otros han definido como de
locura, de error, acto peligroso para la salud... en definitiva, me refiero al momento que protagonizaron los
hermanos Brownlee en la última prueba de las Series Mundiales de Triatlón.
Foto: cozumel.triathlon.org |
Pongámonos
en situación, como he dicho se trataba de la última prueba de las Series
Mundiales de Triatlón, a ella llegaban con opciones al título dos triatletas, Mario
Mola, líder del mundial, y al que le bastaba con ser tercero para conseguir su
primer título, y Jonathan Brownlee, que necesitaba ganar y que Mario Mola
ocupase como mínimo la cuarta posición. Todo hacía prever un final muy
interesante, aunque a falta de un kilómetro para la conclusión de la prueba, no
era tan interesante, ya que Jonathan Brownlee iba escapado en solitario y Mario
Mola era quinto, sin ninguna opción de llegar a alcanzar la tercera posición,
por lo que a falta de un kilómetro Jonathan Brownlee era virtualmente campeón
del mundo de Triatlón.
Pero
la prueba se realizaba en Cozumel, en unas condiciones extremas de humedad, y
en esos casos es necesaria una buena hidratación para compensar la pérdida de agua
y sales, así que lo que parecía que iba a ser un último kilómetro de paseo
triunfal, se convirtió en un muro infranqueable cuando a Jonathan Brownlee un
golpe de calor le dejó al borde del colapso e hizo que se parase a escasos
trescientos metros de la meta. Fue en ese momento cuando se produjo el hecho
que ha dado la vuelta al mundo y que ha sido alabado por unos, y criticado por
otros. Su hermano Alistair Brownlee que venía por detrás de él, junto con el
sudafricano Schoeman, no dudó en coger el brazo de su hermano, echárselo por
encima de los hombros, y tirar de él hasta cruzar la línea de meta.
Foto: lavanguardia.com |
Dejando
a un lado la legalidad o ilegalidad del hecho de que Alistair ayudase a su
hermano Jonathan a acabar la prueba, creo que hay otro aspecto que es bastante
más importante, y es, ¿realmente hay que alabar y ensalzar este tipo de
gestos que ponen en peligro la salud del deportista?
Mi
opinión es muy clara, este tipo de actos son arriesgados y son un mal ejemplo
para los populares y para los niños que lo ven y ven como Alistair es alabado
por este gesto. Vivimos en un momento en el que una gran cantidad de deportistas
populares se enfrentan a retos, un maratón, un triatlón, un ultra, o incluso
un ironman, y en muchos casos, nuestros héroes, el espejo en el que nos miramos
son los profesionales, y obviamente no es un buen ejemplo que un deportista
fuerce, o en este caso, le fuercen, hasta la extenuación por acabar una prueba. Solo hay que ver el vídeo y comprobar como Jonathan, una vez pierde el apoyo
que le prestaba su hermano, no es capaz ni de dar un paso para terminar de
cruzar la meta, y cae desplomado, las imágenes para mí son espeluznantes. Sinceramente,
no creo que se deba alabar que una persona lleve su cuerpo hasta tal límite, no
es algo que se deba tomar como ejemplo.
Los
deportistas profesionales son humanos, y a pesar de sus entrenamientos y de
tener la guía de sus entrenadores, también cometen errores en sus estrategias,
está claro que Jonathan no tuvo muy en cuenta las condiciones climatológicas a
las que se enfrentaba en Cozumel, e hizo una apuesta arriesgada por la victoria, en la que no midió
bien sus fuerzas, llevó su cuerpo al límite, en definitiva, fue a un ritmo que no podía aguantar.
Seguramente su cuerpo le fue dando avisos de que no iba del todo bien, pero en
lugar de escucharlo y bajar el ritmo, siguió adelante hasta que su
cuerpo dijo basta y le obligó a parar.
¿Qué
pasa en ese momento?, sin duda lo que debería haber pasado en ese momento, cuando se para y un asistente le coge, es
que las asistencias le hubiesen sacado de la prueba y le hubiesen atendido,
pero no fue así, en ese momento Alistair decide que su hermano tiene que acabar
la prueba sí o sí, a toda costa tiene que seguir, no piensa para nada en cómo está su hermano, ni siquiera se
para a preguntarle, desconoce si es un simple mareo, o un golpe de calor por la
deshidratación, o incluso si puede ser algo más delicado, nada, solo piensa en que su hermano gane el mundial a cualquier precio. Cada uno tendrá
su opinión, la mía es que se trata de un acto egoísta, Alistair solo piensa en
que su hermano está perdiendo la posibilidad de ser campeón del mundo, no en lo
que su acto podría suponer para la salud de su hermano.
Foto: marca.com |
Los
que seguís el blog a menudo ya sabéis que no soy nada partidario del “No pain,
no gain”, me parece una frase muy peligrosa, y si no soy partidario de esa
frase, imaginaros de la épica de llevar tu cuerpo al límite, de llevarlo hasta la extenuación, me parece una
verdadera locura, y menos aún que esa épica se deba a que, cómo en este caso,
otro triatleta te fuerce. Nunca, por favor, nunca obliguéis a otro deportista a
continuar, si queréis tener un buen gesto ayudarle a tumbarse, dar aviso de que
hay un deportista que se encuentra mal, quedaros a su lado hasta que lleguen
las asistencias, pero no sigáis el mal ejemplo de Alistair Brownlee de
forzarle, porque no sabemos lo que nuestro gesto puede desencadenar en el
organismo de esa persona que está al borde del colapso.
Antes
de terminar, quiero aprovechar la entrada para dar la enhorabuena a Mario
Mola, Campeón del Mundo de Triatlón y Fernando
Alarza, tercer clasificado mundial.
Foto triatlonnoticias.com |
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