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jueves, 23 de febrero de 2017

Maratón de Sevilla 2017 – Parte I

El pasado sábado 18 de febrero llegó el momento de viajar hasta Sevilla, para correr mi tercer Maratón, nos separaban más de 500 kilómetros en coche de nuestro destino, pero por suerte mi mujer conduce, y fue ella la que en esta ocasión llevó el coche, haciendo yo de copiloto, intentando de esta forma llevar las piernas más relajadas.

Según llegamos a Sevilla nos fuimos directos a la Feria del Corredor, a retirar el dorsal, y dar una vuelta, viendo los stands que allí había montados. Recogimos el dorsal y la bolsa del corredor, que en esta ocasión en lugar de venir con una camiseta conmemorativa, venía con un cortaviento, lo cual se agradece, ya que al final vas acumulando camisetas, y un cortaviento siempre viene muy bien. Como era la hora de la comida, y allí mismo se celebraba la comida de la pasta, pues lo aprovechamos, con el dorsal yo tenía el acceso gratuito, así como el peque, a mi mujer le cobraron 4 euros. Era la primera vez que acudía a la comida de la pasta, y la verdad es que la impresión fue muy buena, te daban un plato abundante de pasta con queso y orégano, una bolsa de patatas fritas, un zumo, una manzana, un paquete de galletas y bebida, todo muy bien organizado, e incluso con voluntari@s que te ayudaban por si, como era nuestro caso, ibas con niño y carrito, a llevar la bandeja. Sinceramente, me pareció impecable.


En la feria del corredor, recogiendo el dorsal
Tras eso, nos fuimos al hotel a dejar las cosas, y como aún era temprano, aprovechamos para dar una vuelta por los alrededores del hotel, viendo parte de la antigua muralla, y la Basílica de la Macarena, y poco más, ya que aunque Sevilla es una ciudad que llama a hacer turismo, teniendo al día siguiente el Maratón, no era plan de pasar horas recorriendo la ciudad, que para eso ya habría tiempo. Así que cena tranquila, un baño relajante y a dormir, que al día siguiente a las seis y media había que estar en pie.

El día del Maratón los nervios no me dejaron dormir, y poco antes de las seis de la mañana ya estaba levantado, bueno estábamos, porque se ve que mis nervios afectaron también a mi mujer y al peque, y los tres no despertamos uno detrás de otro. Una vez me puse a prepararme vi un cartelito de bienvenida del hotel, que no había visto el día anterior, y que decía “Hoy voy a conseguir todo lo que me proponga”, la verdad que me hizo mucha gracia, y deseé que fuese premonitorio. Como es habitual en mí, desayuné poco, un zumo, un té, una tostada y una tortita de maíz, lo justo para no ir con el estómago vacío. Al final la previsión del tiempo no era tan mala como habían indicado el viernes, así que no usé las mallas, aunque si usé la camiseta técnica interior.


Como a la salida nos desplazamos en coche, salimos con bastante antelación, la hora de la salida era a las 8:30, pero nosotros ya estábamos por la zona a las 7:15, aunque a pesar de ello, no fuimos los primeros, ya que en la zona del parking y alrededores del Estadio de La Cartuja ya había muchos corredores. Allí aproveché para quitarme el chándal, y cambiarme de zapatillas (ya sabéis que tengo la manía de no ir con las zapatillas que voy a usar en la carrera), reposar un poco el desayuno, y tras todo ello dirigirnos a la zona de la salida, donde intenté localizar a otros corredores que he conocido por las redes sociales para saludarnos y desvirtualizarnos, pero a los que no tuve la suerte de ver. Tras la foto de rigor, me despedí de mi mujer y del peque y me metí en mi cajón. Debo decir que en está ocasión estaba más nervioso de lo habitual, creo que yo mismo me había presionado en demasía con el reto de bajar de las cuatro horas, y en esos momentos previos a la salida lo estaba pagando con un exceso de nervios.


Instantes antes de dar la salida
Por fin dieron la salida, y empecé a dar zancadas, y con ellas fui dejando atrás todos los nervios que minutos antes me atenazaban, y no solo eso, también dejé atrás al poco de salir al globo de las 4 horas. Mi estrategia era la de hacer los 10 primeros kilómetros a 5:40 min/km, del 10 al 32 a 5:30 min/km, y a partir de ahí, lo que las piernas diesen, por lo que mi pensamiento en un principio era el de hacer por lo menos hasta el kilómetro 10 con el ritmo que me marcase el globo, pero poco a poco y sin pretenderlo empecé a dejarlo atrás, por un momento dudé, y pensé en frenar el ritmo, pero me vi cómodo, y seguí adelante, y en ese instante por mi cabeza solo pasó la idea de cómo me podría hundir si pasado el kilómetro 30 me alcanzaba y no era capaz de seguirlo… Comentaros que llevaba una chuleta con los tiempos de paso por los kilómetros 10, 15, 20, Medio Maratón, 25, 30, 32, 35, 40 y meta.

Los primeros cinco kilómetros transcurrieron por la Isla de La Cartuja, pudiendo contemplar la Torre de Cajasol y pasando cerca del Barrio de Triana. En esos kilómetros fueron muchos los corredores que me adelantaron, es un momento que yo considero bastante importante, ya que era fácil dejarse llevar por la emoción, por tener las piernas frescas, y por el ritmo de otros corredores, así que había que tener la mente muy centrada y no dejarse llevar, porque quedaban muchos kilómetros por delante. En el kilómetro 5 primer punto de avituallamiento, y en este aspecto, felicitar a la organización, primero mesas a la izquierda, y una vez terminadas estas, mesas a la derecha, de modo que siempre quedaba un lado por el que correr. En este primer avituallamiento dudé, pero al final cogí una botella, le di un par de sorbos y la tiré a un lado. A partir de aquí los avituallamientos se repetirían cada dos kilómetros y medio. En el kilómetro 5 no tenía pensado tomar ninguna referencia de tiempo, pero como iba por encima del ritmo planeado si me fije en el crono, tiempo 27:41, a 5:32 min/km, mi idea era haber ido a 5:41 min/km, así que estaba yendo 9 segundos más rápido por kilómetro. De nuevo dudé sin frenar un poco, pero me estaba encontrando cómodo con el ritmo, así que lo mantuve.

Recorrido Maratón de Sevilla
Pasado el kilómetro 5 cruzamos el Guadalquivir por el puente de San Telmo, dejando atrás la Isla de La Cartuja, siendo recibidos por uno de los monumentos más conocidos de Sevilla, La Torre del Oro, fue un momento en el que me olvidé un poco de todo, y me dediqué a observar y recrearme en ella. Y pasada La Torre del Oro, a nuestra derecha teníamos la plaza de toros de La Maestranza, yo no soy de toros, pero la plaza también es digna de dedicarle una mirada. A continuación, y siempre corriendo a la vera del Guadalquivir, nos encontramos con una larga recta que prácticamente nos llevaba hasta el kilómetro 10, en esta recta fue el primer punto donde mi mujer y el peque estaban animándome. Comentar que decidí saltarme el avituallamiento del kilómetro 7,5, y en el del 10 cogí un vaso de agua, al que apenas le di un sorbo, y es que después de la experiencia del Maratón de San Francisco con los avituallamientos, en este no quería arriesgarme a tener de nuevo problemas estomacales. En el kilómetro 10 tenía mi primera referencia de paso, según yo me había marcado, debía pasar en 56:40, y lo hice en 55:05, a un ritmo de 5:31 min/km, así que en esos primeros diez kilómetros había conseguido mejorar lo planeado en 1´35”.

El peque viendo pasar a los maratonianos
La primera parte de la carrera ya estaba hecha, ahora llegaba la segunda que me había marcado, del kilómetro 10 al 32, en el que debía intentar que el ritmo fuese de 5:30 min/km, lo bueno es que no tenía que acelerar el ritmo, sino mantener el que estaba llevando hasta ese momento.

Altimetría del Maratón de Sevilla
Los siguientes kilómetros fui bastante cómodo, la gente ya había adecuado su ritmo, más o menos ibamos en un ritmo homogéneo, había más espacio para correr, ya que la gente se había dispersado, y todo ello se agradeció y mentalmente ayudó, ya que no tenía que ir tan pendiente del entorno, lo cual no quita que no te fijases y disfrutases de los lugares por los que ibas pasando, que en este tramo de la carrera fueron el Parlamento Andaluz, parte de la muralla, y aunque no pasamos justo al lado, pero si cerca de la Basílica de la Macarena. En este punto también estaba de nuevo mi mujer y mi hijo para animarme, y al no haber mucha gente, incluso mi mujer hizo unos metros corriendo a mi lado, preguntándome cómo iba y dándome ánimos. Por el kilómetro 15 tocaba de nuevo ver la referencia, lo marcado en el plan era 1:24:10, y lo hice en 1:22:33, a un ritmo de 5:30 min/km, seguía por debajo del ritmo planeado, mejorando en 1´37”.

Puedes leer la segunda parte de mi experiencia pinchando aquí.  A continuación un vídeo de mi paso por el kilómetro 15.



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