El
pasado sábado 18 de febrero llegó el momento de viajar hasta Sevilla, para
correr mi tercer Maratón, nos separaban más de 500 kilómetros en coche de
nuestro destino, pero por suerte mi mujer conduce, y fue ella la que en esta
ocasión llevó el coche, haciendo yo de copiloto, intentando de esta forma
llevar las piernas más relajadas.
Según
llegamos a Sevilla nos fuimos directos a la Feria del Corredor, a retirar el
dorsal, y dar una vuelta, viendo los stands que allí había montados. Recogimos
el dorsal y la bolsa del corredor, que en esta ocasión en lugar de venir con
una camiseta conmemorativa, venía con un cortaviento, lo cual se agradece, ya
que al final vas acumulando camisetas, y un cortaviento siempre viene muy bien.
Como era la hora de la comida, y allí mismo se celebraba la comida de la pasta,
pues lo aprovechamos, con el dorsal yo tenía el acceso gratuito, así como el
peque, a mi mujer le cobraron 4 euros. Era la primera vez que acudía a la
comida de la pasta, y la verdad es que la impresión fue muy buena, te daban un
plato abundante de pasta con queso y orégano, una bolsa de patatas fritas, un
zumo, una manzana, un paquete de galletas y bebida, todo muy bien organizado, e
incluso con voluntari@s que te ayudaban por si, como era nuestro caso, ibas con niño
y carrito, a llevar la bandeja. Sinceramente, me pareció impecable.
Tras eso, nos fuimos al hotel a dejar las
cosas, y como aún era temprano, aprovechamos para dar una vuelta por los
alrededores del hotel, viendo parte de la antigua muralla, y la Basílica de la
Macarena, y poco más, ya que aunque Sevilla es una ciudad que llama a hacer
turismo, teniendo al día siguiente el Maratón, no era plan de pasar horas
recorriendo la ciudad, que para eso ya habría tiempo. Así que cena tranquila,
un baño relajante y a dormir, que al día siguiente a las seis y media había que
estar en pie.
El
día del Maratón los nervios no me dejaron dormir, y poco antes de las seis de
la mañana ya estaba levantado, bueno estábamos, porque se ve que mis nervios
afectaron también a mi mujer y al peque, y los tres no despertamos uno detrás
de otro. Una vez me puse a prepararme vi un cartelito de bienvenida del hotel,
que no había visto el día anterior, y que decía “Hoy voy a conseguir todo lo
que me proponga”, la verdad que me hizo mucha gracia, y deseé que fuese
premonitorio. Como es habitual en mí, desayuné poco, un zumo, un té, una
tostada y una tortita de maíz, lo justo para no ir con el estómago vacío. Al
final la previsión del tiempo no era tan mala como habían indicado el viernes,
así que no usé las mallas, aunque si usé la camiseta técnica interior.
Como
a la salida nos desplazamos en coche, salimos con bastante antelación, la hora
de la salida era a las 8:30, pero nosotros ya estábamos por la zona a las 7:15,
aunque a pesar de ello, no fuimos los primeros, ya que en la zona del parking y
alrededores del Estadio de La Cartuja ya había muchos corredores. Allí
aproveché para quitarme el chándal, y cambiarme de zapatillas (ya sabéis que
tengo la manía de no ir con las zapatillas que voy a usar en la carrera),
reposar un poco el desayuno, y tras todo ello dirigirnos a la zona de la
salida, donde intenté localizar a otros corredores que he conocido por las
redes sociales para saludarnos y desvirtualizarnos, pero a los que no tuve la
suerte de ver. Tras la foto de rigor, me despedí de mi mujer y del peque y me
metí en mi cajón. Debo decir que en está ocasión estaba más nervioso de lo
habitual, creo que yo mismo me había presionado en demasía con el reto de bajar
de las cuatro horas, y en esos momentos previos a la salida lo estaba pagando
con un exceso de nervios.
Instantes antes de dar la salida |
Los
primeros cinco kilómetros transcurrieron por la Isla de La Cartuja, pudiendo
contemplar la Torre de Cajasol y pasando cerca del Barrio de Triana. En esos
kilómetros fueron muchos los corredores que me adelantaron, es un momento que yo considero bastante
importante, ya que era fácil dejarse llevar por la emoción, por tener
las piernas frescas, y por el ritmo de otros corredores, así que había que tener
la mente muy centrada y no dejarse llevar, porque quedaban muchos kilómetros por delante.
En el kilómetro 5 primer punto de avituallamiento, y en este aspecto, felicitar
a la organización, primero mesas a la izquierda, y una vez terminadas estas,
mesas a la derecha, de modo que siempre quedaba un lado por el que correr. En
este primer avituallamiento dudé, pero al final cogí una botella, le di un par
de sorbos y la tiré a un lado. A partir de aquí los avituallamientos se
repetirían cada dos kilómetros y medio. En el kilómetro 5 no tenía pensado
tomar ninguna referencia de tiempo, pero como iba por encima del ritmo planeado
si me fije en el crono, tiempo 27:41, a 5:32 min/km, mi idea era haber ido a
5:41 min/km, así que estaba yendo 9 segundos más rápido por kilómetro. De nuevo
dudé sin frenar un poco, pero me estaba encontrando cómodo con el ritmo, así
que lo mantuve.
Recorrido Maratón de Sevilla |
El peque viendo pasar a los maratonianos |
Altimetría del Maratón de Sevilla |
Los
siguientes kilómetros fui bastante cómodo, la gente ya había
adecuado su ritmo, más o menos ibamos en un ritmo homogéneo, había más espacio para
correr, ya que la gente se había dispersado, y todo ello se agradeció y mentalmente
ayudó, ya que no tenía que ir tan pendiente del entorno, lo cual no quita que
no te fijases y disfrutases de los lugares por los que ibas pasando, que en este
tramo de la carrera fueron el Parlamento Andaluz, parte de la muralla, y aunque
no pasamos justo al lado, pero si cerca de la Basílica de la Macarena. En este
punto también estaba de nuevo mi mujer y mi hijo para animarme, y al no haber
mucha gente, incluso mi mujer hizo unos metros corriendo a mi lado,
preguntándome cómo iba y dándome ánimos. Por el kilómetro 15 tocaba de nuevo
ver la referencia, lo marcado en el plan era 1:24:10, y lo hice en 1:22:33, a
un ritmo de 5:30 min/km, seguía por debajo del ritmo planeado, mejorando en
1´37”.
Puedes leer la segunda parte de mi experiencia pinchando aquí. A continuación un vídeo de mi paso por el kilómetro 15.
Puedes leer la segunda parte de mi experiencia pinchando aquí. A continuación un vídeo de mi paso por el kilómetro 15.
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