Igual
que hice tras el Maratón de Madrid, y el de San Francisco, y como continuación
a las dos entradas anteriores sobre mi experiencia en el Maratón de Sevilla
(parte I y parte II), he sacado unas conclusiones sobre la experiencia vivida
en este, mi tercer Maratón.
La primera conclusión es que se puede correr un Maratón, acabarlo, e incluso hacerlo por debajo de las cuatro horas, haciendo un plan de cuarenta y una sesiones, desglosado en tres sesiones semanales durante catorce semanas, haciendo un total de 566,49 km, siendo la semana más dura la décima en la que hice 48,87 kilómetros. Es decir, no hace falta un entrenamiento militar para hacer un Maratón por debajo de las cuatro horas.
La primera conclusión es que se puede correr un Maratón, acabarlo, e incluso hacerlo por debajo de las cuatro horas, haciendo un plan de cuarenta y una sesiones, desglosado en tres sesiones semanales durante catorce semanas, haciendo un total de 566,49 km, siendo la semana más dura la décima en la que hice 48,87 kilómetros. Es decir, no hace falta un entrenamiento militar para hacer un Maratón por debajo de las cuatro horas.
Paso del Maratón junto a la muralla |
Respecto
al plan de entrenamientos, creo que el cambio ha sido muy positivo, sobre todo
el cambiar las sesiones de fondo de entre dos y tres horas, por sesiones de
fondo más cortas, 110 minutos como máximo, pero progresivas. A pesar de esa
reducción en las sesiones de fondo, he hecho más kilómetros que en las dos
anteriores ocasiones, y lo que es más importante, creo que también más
kilómetros de calidad, obligándome a salir de la zona de confort. Aunque, todo
hay que decirlo, al principio el plan no me pareció tan maravilloso. La
luxación de hombro me obligó a estar tres semanas parado, eso hizo que empezase
el plan de entrenamientos sin fondo y sin ritmo, las primeras sesiones se me
atragantaron, y a ello se sumó lo mal que lo pasé en la San Silvestre de Alcorcón. Ahí toque fondo, estuve a punto de tirar la toalla, y cambiar de
plan, pero por suerte no fue así, y estoy muy contento de esa decisión.
El
cambio de plan también ha sido beneficioso mentalmente, las series y el acabar
las sesiones de fondo a un ritmo más fuerte del que empezaba, me fue dando
mucha confianza, a esto hay que sumarle la climatología, soy muy friolero, pero
con una capa más de ropa, y una vez empiezas a correr, el frío se pasa, pero el
calor con el que preparé el Maratón de San Francisco… Al final todo eso ayuda a
que vayas con mejores sensaciones y a que mentalmente vayas mucho más confiado.
Hay
algo muy curioso, y es que con cada Maratón que hago, le voy teniendo más
respeto a la distancia, y es que vas adquiriendo más experiencia, la cual te
demuestra que enfrentarte a los 42.195 metros no es nada fácil. El Maratón de
Sevilla es el primero que hago llano, lo cual en un principio te puede llevar a
pensar que es un Maratón fácil, pero si piensas eso estás KO, ten por seguro
que si infravaloras un Maratón te la vas a pegar. Fijaros en el dato de
Sevilla, había 14.000 corredores inscritos, de los cuales cruzaron la meta 10.143,
es decir, hubo más de un 25% de corredores que no acabaron el Maratón. Un
Maratón, tenga la orografía que tenga, son 42.195 metros, es mucha distancia,
son muchas horas corriendo, y es una prueba en la que no basta solo con
llevarla bien preparada físicamente, también hay que ser fuerte mentalmente, y
también hay que tener una pizca de suerte, ya que cualquier contratiempo te
puede dejar sin cruzar la meta.
Ultimando detalles |
De
los cinco objetivos que tenía en mente, y con los que encaré el Maratón, el
primero (acabar el Maratón), lo conseguí, y decir que como siempre saboreé
mucho esos instantes finales antes de cruzar la meta. El segundo (disfrutar lo
máximo), también lo conseguí, ya no solo por sentirme bien y cómodo por el
ritmo, también por disfrutar de una bonita ciudad como es Sevilla, y del
recorrido que hicimos, qué decir del momento que pasas junto a la Torre del
Oro, o el de la zona de la Catedral, o, sobre todo, el de Plaza de España,
simplemente increíble. El tercero (sufrir lo menos posible), también lo logré,
solo recuerdo dos momentos en los que lo pasé mal, los kilómetros en los que al
pisar me molestaba el pie izquierdo, y el momento en que me entró el flato,
pero fueron puntuales, y salvo obligarme a bajar algo el ritmo, no supusieron
nada más.
Y
respecto al cuarto y quinto objetivo (mejorar mi mejor marca y bajar de las
cuatro horas), pues que lo he conseguido, y con más margen del que esperaba, he
bajado mi marca en casi doce minutos, y crucé la meta con cuatro minutos de
margen sobre las cuatro horas. Creo que ser capaz de llevar durante casi todo
el Maratón un ritmo bastante homogéneo, no notar un exceso de fatiga (no hice
ni un solo kilómetro en 6 min/km o más), ni notar como en otras ocasiones
molestias en los isquios, talones o lumbares, ayudó a que consiguiese el
objetivo de bajar de las cuatro horas, y sobre todo a que disfrutase aún más
del Maratón.
Medalla y dorsal del Maratón de Sevilla 2017 |
En los maratones anteriores había desglosado la carrera en pequeñas carreras de 5 kilómetros, en esta ocasión he optado por otra estrategia, lo primero una carrera de 10 kilómetros, lo segundo un Medio Maratón, aunque en este caso de 22 kilómetros, y ya en el kilómetro 32 una nueva carrera de 10 kilómetros. No sé hasta qué punto es mejor así, lo que si estoy seguro es que en esta ocasión a mí, me ha funcionado.
Y,
¿qué pasa con el temido muro?, pues debo decir, que por suerte, sigo sin
conocerlo, y que posiblemente en esta ocasión haya sido la que más lejos me he
sentido de él. Sin un exceso de fatiga, sin molestias en el cuerpo, y
mentalmente fresco, es más fácil afrontar esos duros kilómetros finales. Decir,
que en esta ocasión iba con algo más de “miedo” a encontrármelo, y creo que por
ello en el cajón de salida estaba más nervioso que en otras ocasiones, y es que
la tirada más larga que hice en los entrenamientos había sido de poco más de 21
kilómetros, y además tenía pensado llevar un ritmo más vivo que en anteriores
ocasiones, por lo que la posibilidad de que apareciese podía ser mayor, aunque
finalmente fue al revés, y no sentí ni que me rozase.
Mi tercer finisher en un Maratón |
Y ahora, casi sin descanso, toca pensar en el
siguiente Maratón, vuelvo a mi ciudad, vuelvo al Maratón en el que debuté, y
vuelvo para disfrutar, sin ninguna presión de tiempo, y sin otro objetivo salvo
el de disfrutar de su 40 edición y de su recién estrenada etiqueta Gold. Dicho
esto, no quiere decir que no lo vaya a preparar a conciencia, ni que lo vaya a
infravalorar, son 42.195
metros para disfrutar, no para prepararlos mal y sufrir.
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