El pasado domingo dejé el asfalto y volví a la
montaña, dando un salto más en la distancia, pasando ya al Medio Maratón de
Montaña, y también en la altimetría, ya que tenía ante mí un desnivel acumulado
positivo de 2.000 metros. La verdad es que como tenía muy reciente el Maratón
de Valencia, me veía con fondo y fuerte de piernas, por lo que decidí enfrentarme al
trail que tiene el cartel de ser el Medio Maratón más duro de Madrid. Este
trail, cumplía su cuarta edición, y además de la distancia de 21K, también
había un 10K con +770 de desnivel.
La organización, para ser la cuarta edición, creo que tiene bastantes puntos
que mejorar, para empezar, en la inscripción te piden la talla de camiseta,
pero cuando llegas a recoger el dorsal no hay camiseta, son unos manguitos para
los del 21k, y una buff para los del 10k, y lo peor es que tienen toda la pinta
de ser sobrantes de otros años, ya que llevan impreso el texto Cabrera Trail, y
las tres distancias que se hacían antes, 10k, 21k y 42k, cuando el 42K, ya
llevan dos años sin hacerlo. Después el dorsal es solo eso, dorsal, ningún chip
ni nada, el control del tiempo es totalmente manual, todos con el mismo tiempo
de salida, en el tercer avituallamiento, hacen un control, basado en una persona que te toma el dorsal y
apunta la hora en la que pasas, y ya en meta, una persona mira tú dorsal, y otra
apunta en un portátil el tiempo. Por no haber, no hay ni crono en el arco de meta, nada de
nada. Y bolsa del corredor, los manguitos y dos hojas de propaganda, ni un detalle más, de hecho no te dan ni una simple bolsa de plástico.
Listo para la salida |
Listo ya para la salida, opté por no ponerme muy
adelante, intentando no salir muy acelerado, ya que la carrera era muy larga,
prefería salir más retrasado y más pausado, e ir cogiendo algo más de ritmo con
el paso de los kilómetros, o eso pensaba yo. El recorrido tenía cinco subidas
muy importantes, dos de ellas por encima de los 1.500 metros de altitud (1.547
metros y 1.526 metros), otras dos por encima de 1.400 metros (1.422 metros y
1.421 metros), y la primera de las subidas era a 1.340 metros. Antes del PK5 ya
habríamos hecho las dos primeras subidas, la tercera se hacía entre el PK7,5 y
el PK10, y en los últimos 7,5 kilómetros se hacían las dos restantes.
Desde el primer metro, y aún por asfalto se puede
decir que ya íbamos subiendo, y más aún, cuando giramos a izquierda y empezamos
a encarar la subida por camino de tierra. Esta primera subida se hace en gran
parte por sendero, y se puede llevar un ritmo más o menos cómodo, siendo la
parte final la más dura. El problema de este primer pico no es tanto la subida
como la bajada, entre rocas y arbustos y casi en vertical, no quedaba otra
opción que bajar el culo al suelo, e ir con mucho cuidado, porque en cualquier
descuido podías irte para abajo. El último tramo de la bajada
ya se puede hacer corriendo, y disfrutar un poco, pero claro con lo que no contábamos
el grupo en el que yo iba, era con que la chica que debía de estar en un cruce se ausentase de su sitio, y entre eso, y que no había buena señalización,
nos fuimos por el camino que no era, recorriendo un buen trecho, hasta que
desde atrás nos gritaron que por ahí no era.
Tras volver al camino, tuvimos un terreno de
pista en el que se podía correr, y llegamos al primer avituallamiento. A este
respecto indicar que igual que he criticado la “bolsa del corredor”, los
avituallamientos estaban muy bien preparados, agua, bebida isotónica, fruta,
galletas, ampollas de glucosa y gominolas, en todos y cada uno de los cuatro
avituallamientos, más el de meta.
Pasado el avituallamiento empezamos con la
segunda subida, y bueno, la verdad es que yo no esperaba encontrarme lo que me
encontré. Vale que es montaña, vale que hay rocas, arboles, que es subida, vale
que es naturaleza y pueda haber subidas duras en las que hasta andar cueste, pero encontrarte
ante una subida, en la que no hay ni rastro de sendero, y en la que tienes que
ir trepando por las rocas, para eso yo no estaba preparado. Cuando tu carrera ya no depende
solo de tus piernas, sino que también debes de tirar de brazos, y tienes que
escalar, creo que en ese punto eso deja ya de ser un trail, para ser otro tipo
de deporte, mucho más cercano a la escalada. Prácticamente toda esa subida la tuvimos que hacer así, trepando,
menos mal que por el frío llevaba guantes, porque si no, me habría dejado las
manos. Una vez hicimos cima, respiré de tranquilidad, y por un momento me
dediqué a ver las maravillosas vistas que había, en ese punto había restos de
nieve y el paisaje era muy bonito, además de helador.
La bajada de esta cima, era en parte por pista, que tenía
el inconveniente de tener muchas piedras sueltas, y otra parte por zonas
de rocas, con el inconveniente que había zonas con hielo, y había que tener
cuidado de no caer. El problema de las piedras sueltas es que mi tobillo
izquierdo se resiente mucho, han sido muchos los esguinces que he tenido
jugando al fútbol, y ese terreno no me viene nada bien, ya que en cuanto la superficie no es estable y se me dobla el tobillo, sufro muchos
pinchazos en él, y durante varios metros arrastro un incómodo dolor.
Altimetría del Cabrera Trail 21K |
Otro punto malo que yo vi de la organización, fue
la señalización, lo normal es que desde una baliza veas la otra, pero en este
caso había muchos tramos que no era así, o te encontrabas con balizas a la altura de las
rodillas, con lo cual era difícil verlas, había tramos que parecía más un
ejercicio de orientación que un trail.
La cuarta subida volvía a ser complicada, de
nuevo volvía a tocar trepar, una vez más volvía a sentir que lo que estaba
haciendo se parecía poco a un trail, de nuevo sentía que me había confundido al
escoger esa carrera. La bajada era un poco mezcla de todo, el problema a esas
alturas es que había perdido todo el interés por la carrera, y ni en tramos en
los que se podía correr, me apetecía hacerlo.
Cima del tercer puerto a 1.547 metros |
Esa quinta subida tardé en hacerla 40 minutos, posiblemente la más dura de todas, trepando desde el primer metro, por zonas complicadísimas, y para complicarlo más, me caí, escalando una roca, al apoyar el pie izquierdo me fallaron las fuerzas y me caí hacia el lado izquierdo, golpeándome la parte exterior del muslo contra una roca. En ese momento si hubiese podido me habría retirado, pero ya quedaba poco para hacer cima, y solo quedaba la bajada. Tras hacer cima, me quedaban 40 minutos antes del cierre de meta, pero no sabía la distancia, aun así, ya ni quería, ni casi podía correr, así que hice lo que quedaba andando, menos los metros finales, que por orgullo si los hice corriendo. La meta la crucé en un tiempo de 5 h 53´53”, a una media de 16:51 min/km, y siendo el antepenúltimo corredor. Decir que de los 193 corredores que empezamos el trail, lo acabamos 172.
El texto de la medalla lo resume todo |
En mi caso lo tengo claro, voy a huir de este
tipo de trail, donde se ponga tan al límite a los corredores, y optaré por
trail con menos desnivel, menos técnicos, y sobre todo menos arriesgados, en
los que pueda disfrutar más de la montaña, y no terminar aborreciéndola,
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