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jueves, 24 de mayo de 2018

Andromeda Trail

El domingo hice mi sexto medio maratón del año, en esta ocasión en montaña, el Andromeda Trail, en el Parque Natural Sierra del Norte de Guadalajara, tomando la salida en la localidad de Valdepeñas de la Sierra, y transcurriendo por esa localidad, además de Tortuero y Alpedrete de la Sierra.
Foto Fernando de Juan Elgueta
El Andromeda Trail forma parte del circuito Five Statios Trail, y consta de varias distancias, para que elijas según tu nivel, 13 km +328, 21 km +793 y 41 km +1809. Como os he indicado anteriormente esta prueba supuso mi sexto medio maratón, o lo que es lo mismo, me inscribí en la distancia de 21 km, buscando una prueba medio exigente, con la idea de quitarme el mal sabor de boca del trail de La Cabrera.

Recorrido Andromeda Trail
La retirada del dorsal la realicé el mismo día de la carrera, sin apenas espera, ya que como suele ser habitual en este tipo de pruebas, el número de participantes es muy limitado. La bolsa del corredor incluía un buff y una visera.

El recorrido tenía de todo, una primera parte en la que compartíamos recorrido con la distancia de 13 km, con mucho tobogán, alguna subida fuerte, buenas bajadas, tramos de asfalto y pista, y zonas con suelo de pizarra y arcilla. La segunda parte que ya hacíamos solos los de 21 kilómetros, para mí más bonita, también con mucho tobogán, subidas fuertes, sobre todo una dentro del último kilómetro que si llegabas justo de fuerzas te dejaba clavado, nada de asfalto, y sí muchos arroyos que había que cruzar mojándote los pies.

Altimetría Andromeda Trail
En esta carrera coincidía con dos compañeros de Forrest Gump Team, además de con mi prima y su marido (que se están preparando para el día 09 de junio hacer en Riaza su primer maratón de montaña), y con un amigo de ellos, Rodri, que ya conozco de coincidir en otras carreras. 

En la salida mis compañeros y el marido de mi prima se situaron en la parte delantera, yo decidí quedarme un poco más atrás junto a mi prima y Rodri, que tenían intención de ir más tranquilos, y ese también era mi pensamiento.

Con los compañeros de Forrest Gump Team
La salida del trail se hace rápida, aunque ya he aprendido a no dejarme llevar y fui a un ritmo más pausado, llegando a perder la estela de mi prima y de Rodri. Durante unos 800 metros fuimos bajando, para inmediatamente, empezar a subir, y empezar con los continuos toboganes. Una vez dejamos atrás el asfalto y entramos en la naturaleza, pudimos comprobar que las lluvias del día anterior habían dejado el terreno embarrado, y al ser terreno arcilloso, era muy resbaladizo, hasta el punto que un corredor que llevaba zapatillas de asfalto se dio la vuelta cuando apenas llevábamos dos kilómetros.

El sendero se empezaba a estrechar, por lo que ya íbamos en fila de a uno, yendo justo por detrás de mi prima, la cual no era capaz de seguir el ritmo de Rodri, que se empezó a escapar de nosotros. En una zona en la que el sendero se ensanchó un poco, pasé a mi prima y apreté un poco el ritmo para intentar alcanzar a Rodri. En estos tramos de toboganes, las subidas las hacía andando, pero a un ritmo con el que me acercaba al grupo que iba por delante de mí, y que cerraba Rodri, pero en las bajadas sigo bajando con bastante precaución, y soy bastante lento, por lo que el grupo se me volvía a ir.
Foto Fernando de Juan Elgueta
En estos kilómetros pasamos por zonas muy bonitas, con muchos árboles, por un camino a la vereda de un arroyo, pero también pasamos por zonas de asfalto y carretera, que hacían el recorrido más feo.

Tras un tramo de subida asfaltada, llegamos a una gran bajada, muy estrecha, tanto, que solo daba el ancho de una zapatilla, y además muy resbaladiza al ser toda de arcilla, en ella, tuve un amago de caída, teniendo que poner las manos para no acabar en el suelo, por lo que empecé a bajar con más precaución si cabe, y ya definitivamente perdí el contacto con el grupo que cerraba Rodri.

Los siguientes kilómetros los fui haciendo con distintos corredores, que me adelantaban o les adelantaba, sin llegar a quedarme en ningún grupo en concreto, andando en las subidas, e intentando mantener un ritmo aceptable en las bajadas. Y esa fue la dinámica hasta que llegué al primer avituallamiento, que además era el punto en el que se separaban los recorridos de los 13 kilómetros y los 21 kilómetros.
Foto Fernando de Juan Elgueta
En ese punto me encontré con uno de mis compañeros de Forrest Gump Team, al que me uní, y junto a otro corredor formamos un grupo de tres, para continuar la carrera. Durante dos kilómetros fuimos los tres juntos adaptando el mismo ritmo, charlando, y haciendo más amena la carrera, hasta que en un momento determinado en una zona de bajada, algo estrecha y con suelo de pizarra, vimos que estaban atendiendo a un corredor, y si eso de por sí ya es algo malo, peor fue cuando llegamos hasta la zona, y vimos que era una corredora y que era nuestra compañera de Forrest Gump Team, que se había caído en esa zona y tenía la rodilla malherida (cinco puntos le tuvieron que dar), pero por lo demás se encontraba bien.

Tras ese percance mi compañero de Forrest, se quedó con nuestra compañera, ya que habían ido juntos en su coche desde Madrid, y yo continúe la carrera de nuevo en un grupo de tres, ocupando una corredora que se nos unió, el lugar de mi compañero.


Una vez pasada esa zona de pizarra, empezó la parte más bonita del recorrido, mucho árbol, muchísima zona verde, arroyos que cruzar saltando o metiendo los pies en ellos, subidas más constantes, bajadas menos resbaladizas, y zonas de senderos por las que correr.

Al grupo que formábamos, se nos unieron dos corredores más, por lo que ya formábamos un grupo de cinco corredores, en el que mi posición iba variando en función de si subíamos (adelantaba posiciones), o de sí bajábamos (retrocedía posiciones). Pero lo mejor es que me sentía muy cómodo, en determinados momentos me sentía como un niño chico, corriendo, saltando, metiendo los pies en el agua… disfrutando mucho del recorrido y reconciliándome de nuevo con la montaña.


En torno al kilómetro 18 llegamos al segundo avituallamiento, hicimos una pequeña parada para beber y comer algo, y cada uno a su ritmo, por lo que cuando retomamos la marcha volvíamos a ser de nuevo los tres corredores que formábamos el grupo desde el punto en el que se cayó mi compañera, ya que uno de los corredores apenas se paró en el avituallamiento, y el otro, se tomó más descanso del que nos tomamos nosotros.

Lo que quedaba de recorrido era una subida, que de nuevo hice andando, pero a un mejor ritmo que mis compañeros, por lo que me situé en cabeza del grupo. Tras la subida, una nueva bajada, de nuevo mi respeto por las bajadas hizo que mis dos compañeros me pasasen, diciéndome cuando pasaban a mi lado “ahora en la subida nos vuelves a coger”. Y así fue, tras la bajada empezamos la última subida, posiblemente una de las de mayor inclinación, sobre todo en su inicio, y en ella volví a pasar a mis compañeros, primero a la corredora, que ya se quedó rezagada, y luego al otro corredor, que siguió mi estela el resto de la subida.

Foto Fernando de Juan Elgueta
Al coronar la subida, apenas quedaban quinientos metros de carrera, también en subida, aunque ya mucho más llevadera, y que se podía hacer corriendo, y fue en ese tramo donde el otro corredor, que había sido mi compañero desde el primer avituallamiento se quedo atrás, él optaba por hacer lo que quedaba andando.

La entrada en Valdepeñas de la Sierra se hacía por la zona donde habíamos aparcado el coche, por lo que al verlo me animé mucho, ya conocía lo que quedaba, aceleré un poco más, me fui cruzando con otros corredores que volvían a sus coches y que me animaban, así como gente del pueblo, pero lo más emocionante fue llegando a meta, el peque me vio y se lanzó corriendo a por mí, y juntos, de la mano, cruzamos la meta del Andromeda Trail.


Al acabar la carrera estaba muy contento y satisfecho, la única referencia que tenía en esta distancia en montaña era La Cabrera (5 h 53´53”), y eso fue más escalada que correr, por lo que no estaba seguro de cómo se me iba a dar e iba con bastante respeto, pero el Andromeda Trail nada tenía que ver con La Cabrera, aquí no había que escalar, las subidas se podían hacer bien, y aunque en mi cabeza esperaba estar en un tiempo entre las tres horas y tres horas y media, la carrera se me dio mejor, y crucé la meta en 2 h 47´07”.
Con mi prima, su marido, Rodri, mi mujer y el peque

2 comentarios:

  1. Buen resumen y buena memora para acordarte de todo compañero. La próxima vez vamos en grupo. Un abrazo (Rodrigo)

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    1. Muchas gracias Rodrigo!!, al verdad es que no me quejo de memoria, jajaja, y luego ayuda mucho el Garmin cuando vuelcas los datos.

      La próxima espero que no te me escapes en las bajadas.

      Un abrazo.

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