Para mi próximo
Maratón voy a verme obligado a un importante cambio, y es que solo voy a tener
10 semanas para prepararlo, en lugar de las 14 semanas de las que suele constar
mi plan de entrenamientos, y eso supone que voy a tener que hacer más sesiones
y más kilómetros semanales de lo que estoy acostumbrado, por lo que voy a
introducir algo que hasta ahora nunca he usado, y que creo que me ayudará a
evitar la fatiga, los recuperadores musculares.
La mayoría de los
recuperadores musculares están compuestos por:
1.- Hidratos de carbono, para reponer los
depósitos de glucógeno agotados tras el ejercicio.
2.- Proteínas,
para la regeneración y reparación del daño muscular.
3.- Aminoácidos,
esenciales y no esenciales, como los BCAA, la Arginina, la Glutamina…
4.- Sales
minerales, para mantener y lograr un adecuado equilibrio electrolítico.
Otras sustancias
como jalea real, colágeno, vitaminas y antioxidantes, para ayudar a fortalecer
nuestro sistema inmunológico y nuestras articulaciones.
A la hora de
elegir un recuperador muscular, debemos tener en cuenta que existen
recuperadores musculares para aumentar la masa muscular, o para regenerar las
fibras musculares de manera más rápida y eficaz. Este segundo tipo es el que
nos interesa a nosotros, los corredores de fondo, y para que su composición sea
ideal, deberán contener 1/3 de proteína por 2/3 de hidratos de carbono.
¿Cuándo tomar los recuperadores musculares?, hay que tener en cuenta, que no hay que
tomarlo cada vez que hagamos un entrenamiento o una carrera, hay entrenamientos
tras los cuales es innecesario tomar un recuperador muscular. Debemos ser
conscientes de la dureza e intensidad de la sesión de entrenamiento, y no
abusar de los recuperadores musculares. Lo recomendable es tomarlo tras un
entrenamiento de series, y en los días de tiradas largas, cuando pasemos de 15
kilómetros, y a buen ritmo, es decir, que no los hagamos a trote.
El momento para
tomar el recuperador muscular es inmediatamente después de acabar el
entrenamiento, y hasta 30 o 45 minutos después de realizar el ejercicio, ya que
el ritmo de recuperación del glucógeno es mucho más rápido al acabar el
entrenamiento, es el periodo conocido como ventana metabólica. La recuperación
será superior si se consume un recuperador muscular inmediatamente después del
ejercicio, que si se consume transcurridas unas horas, aunque siempre será
mejor tomar un recuperador, aunque sea unas horas después de acabar el
entrenamiento, que no tomar nada.
Los suplementos
deportivos, no son los únicos que podemos utilizar como recuperadores musculares, ya que hay estudios que indican que algunos alimentos pueden ser
una alternativa más que aceptable como recuperadores.
1.- El arándano,
tiene compuestos fenólicos y flavonoides, así como betacarotenos, que atribuyen
a los arándanos propiedades antioxidantes y anti-inflamatorias, y pueden
favorecer la recuperación muscular.
2.- Las cerezas, tiene
efectos anti-inflamatorios, y tienen un alto contenido en fitoquímicos, que
tienen propiedades antioxidantes.
3.- La granada,
también ha demostrado tener resultados positivos como recuperador muscular, ya
que es una fruta rica en polifenoles, que protegen contra la mayoría de
radicales libres oxidantes.
4.- La leche y
todos sus derivados, es una rica fuente de proteínas, grasas, aminoácidos,
vitaminas y minerales. Contiene caseína, que evita la degradación de aminoácidos
en sangre, y proteína Whey, que contiene una gran proporción de BCAA, que son
importantes en el metabolismo muscular y la síntesis de proteínas.
Otra buena opción
a tener en cuenta como recuperador muscular es tomar un suplemento con
aminoácidos ramificados BCAA, o aminoácidos como la Arginina o la Glutamina, y
comer un plato de arroz y legumbres que nos va a aportar proteínas e hidratos
de carbono.
Volviendo a los
recuperadores musculares, indicar que por lo general, vienen en formato de
polvos, que se pueden disolver en agua o leche, fabricando un batido fácil de
preparar y tomar.
Otro aspecto
importante para la recuperación muscular, es la rehidratación después de
correr, y es que está contrastado que la disminución de hidratos de carbono y
la aparición de la deshidratación por la pérdida de agua y electrolitos, son
dos hechos que contribuyen al desarrollo de la fatiga.
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