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miércoles, 10 de febrero de 2016

Lesiones: La Periostitis Tibial

Hace unos días comiendo con un amigo, me contaba que después de año y medio de no hacer nada de deporte había vuelto a retomar el hacer ejercicio, y me decía que en esta nueva toma de contacto con el running estaba teniendo molestias en la tibia cada vez que corría. Este comentario me hizo rememorar los tiempos en los que yo empecé a correr, y en los que, a cada zancada, veía las estrellas por unas punzadas que, como a mi amigo, me daban en las tibias.

Imagen de Clinicaangular.com
Todo eso, en mi caso, quedo atrás hace muchos años, y no he vuelto a sufrir esas molestias, pero el comentario de mi amigo me dio una idea para una nueva entrada e hizo que me documentase sobre la periostitis tibial, que así es como se denominan estas molestias en las tibias.

Ahora bien, ¿qué es la periostitis tibial?, pues al parecer es una lesión muy típica de los corredores, sobre todo los de fondo, y que consiste en la inflamación de la membrana que recubre la tibia, denominada periostio. El impacto del pie contra el suelo hace que se genere una vibración constante en los músculos de la tibia que hace que el periostio se inflame. Estas molestias en más de un 50% de los casos se suelen producir en ambas piernas.

Los motivos principales por los que puede aparecer esta lesión son un aumento del volumen de entrenamiento y/o en la intensidad de los mismos, un esfuerzo excesivo durante un largo periodo de tiempo, superficie de entrenamiento excesivamente dura, un calzado inapropiado que tenga escasa amortiguación o problemas con los apoyos, como un exceso de pronación, pie cavo u otros defectos de la pisada. En un menor número de casos puede ser debido a una mala técnica de carrera, y también por no hacer ejercicios de fortalecimiento o por no acudir a un fisioterapeuta que nos haga un masaje de descarga.

La periostitis es una lesión fácil de diagnosticar, ya que como os he indicado anteriormente se trata de unas punzadas que se notan en las tibias (en mi caso lo notaba en ambas), en el momento en el que el pie impacta contra el suelo, y que puede provocar que incluso modifiquemos nuestra técnica de carrera. Un  médico especializado o un fisioterapeuta, lo podrá diagnosticar mediante una exploración de la parte anterior de la tibia en la que puede llegar a notar algunas “bolitas inflamatorias”. Tanto en el caso de mi amigo, como en el mío propio, la periostitis tibial no es grave, y solo se da al correr, pero se puede dar el caso de que pueda llegar a molestar al andar o al subir escaleras.

Para evitar llegar a sufrir esta lesión, lo mejor es la prevención, donde como siempre, nuestras zapatillas serán unas grandes aliadas a la hora de prevenir, deberemos hacernos con unas buenas zapatillas que absorban bien el impacto. Las superficies duras, como hemos visto también nos van a afectar, por lo que es recomendable en la manera de lo posible no correr excesivamente por asfalto. El calentamiento antes de la carrera, y los estiramientos al terminar nos ayudarán a que el músculo esté menos tenso (de nuevo nos recomiendan estirar tras el entrenamiento, sin duda estamos ante uno de los grandes debates), y llevar una planificación de entrenamientos adecuada, donde el volumen y la intensidad vayan aumentando a medida que avanzan nuestros entrenamientos.

Además de todo lo anterior, también nos ayudará a prevenir la periostitis los masajes de descarga, el fortalecimiento de la musculatura y realizar los entrenamientos con prendas de compresión que nos ayuden a evitar las vibraciones de los músculos de la tibia.

A la hora de tratar la periostitis lo principal es disminuir el volumen de los entrenamientos, el uso de la crioterapia, aplicando hielo en la zona, y la aplicación de una pomada antiinflamatoria. Solo es recomendable dejar de entrenar en casos muy graves de periostitis. Aunque existen tratamientos “caseros” para tratar la periostitis, como siempre os digo, ante cualquier molestia es muy importante acudir a un fisioterapeuta o médico especializado que nos indicará el tratamiento más adecuado.

A continuación os dejo unos estiramientos para evitar la periostitis tibial que he encontrado en la página Triatlonweb.es

1. Una pierna flexionada delante del cuerpo y la pierna contraria, que es la que vamos a estirar, retrasada y en extensión con el talón en el suelo. Mantener la espalda en línea con la pierna retrasada.


2. Una pierna flexionada delante del cuerpo y la pierna contraria, que es la que vamos a estirar, retrasada y en flexión con el talón en el suelo. Mantener la espalda en línea con el talón retrasado.


3. Sobre una pared o un escalón, flexión de tobillos con las piernas en extensión. Una variante de este ejercicio es con los dos pies apoyados en una superficie firme y con las piernas en extensión dejarnos caer hacia delante, hasta que los tobillos alcancen la flexión adecuada.


4. Sentados con una pierna flexionada por encima de la otra, tiramos del empeine del pie hacia nuestro cuerpo (extensión del tobillo), a la vez que con la otra mano empujamos la rodilla ligeramente hacia abajo.


5. En posición de cuadrupedia, apoyamos también las puntas de los pies, realizando una flexión de los tobillos.

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