Hace
unos días comiendo con un amigo, me contaba que después de año y medio de no
hacer nada de deporte había vuelto a retomar el hacer ejercicio, y me decía que en esta nueva toma de contacto con el running estaba teniendo molestias en
la tibia cada vez que corría. Este comentario me hizo rememorar los tiempos en
los que yo empecé a correr, y en los que, a cada zancada, veía las estrellas por
unas punzadas que, como a mi amigo, me daban en las tibias.
Imagen de Clinicaangular.com |
Todo
eso, en mi caso, quedo atrás hace muchos años, y no he vuelto a sufrir esas
molestias, pero el comentario de mi amigo me dio una idea para una nueva entrada e hizo que me documentase sobre la periostitis
tibial, que así es como se denominan estas molestias en las tibias.
Ahora
bien, ¿qué es la periostitis tibial?, pues al parecer es una lesión muy típica
de los corredores, sobre todo los de fondo, y que consiste en la inflamación de
la membrana que recubre la tibia, denominada periostio. El impacto del pie
contra el suelo hace que se genere una vibración constante en los músculos de
la tibia que hace que el periostio se inflame. Estas molestias en más de un
50% de los casos se suelen producir en ambas piernas.
Los
motivos principales por los que puede aparecer esta lesión son un aumento del
volumen de entrenamiento y/o en la intensidad de los mismos, un esfuerzo excesivo
durante un largo periodo de tiempo, superficie de entrenamiento excesivamente
dura, un calzado inapropiado que tenga escasa amortiguación o problemas con los
apoyos, como un exceso de pronación, pie cavo u otros defectos de la pisada. En
un menor número de casos puede ser debido a una mala técnica de carrera, y
también por no hacer ejercicios de fortalecimiento o por no acudir a un
fisioterapeuta que nos haga un masaje de descarga.
La
periostitis es una lesión fácil de diagnosticar, ya que como os he indicado
anteriormente se trata de unas punzadas que se notan en las tibias (en mi caso
lo notaba en ambas), en el momento en el que el pie impacta contra el suelo, y
que puede provocar que incluso modifiquemos nuestra técnica de carrera. Un médico especializado o un fisioterapeuta, lo podrá diagnosticar mediante una exploración de la
parte anterior de la tibia en la que puede llegar a notar algunas “bolitas
inflamatorias”. Tanto en el caso de mi amigo, como en el mío propio, la
periostitis tibial no es grave, y solo se da al correr, pero se puede dar el
caso de que pueda llegar a molestar al andar o al subir escaleras.
Para
evitar llegar a sufrir esta lesión, lo mejor es la prevención, donde como siempre, nuestras zapatillas serán unas grandes aliadas a la hora de prevenir, deberemos
hacernos con unas buenas zapatillas que absorban bien el impacto. Las
superficies duras, como hemos visto también nos van a afectar, por lo que es
recomendable en la manera de lo posible no correr excesivamente por asfalto. El calentamiento
antes de la carrera, y los estiramientos al terminar nos ayudarán a que el
músculo esté menos tenso (de nuevo nos recomiendan estirar tras el
entrenamiento, sin duda estamos ante uno de los grandes debates), y llevar una
planificación de entrenamientos adecuada, donde el volumen y la intensidad vayan aumentando a medida que avanzan nuestros entrenamientos.
Además
de todo lo anterior, también nos ayudará a prevenir la periostitis los masajes
de descarga, el fortalecimiento de la musculatura y realizar los entrenamientos
con prendas de compresión que nos ayuden a evitar las vibraciones de los
músculos de la tibia.
A
la hora de tratar la periostitis lo principal es disminuir el volumen de los
entrenamientos, el uso de la crioterapia, aplicando hielo en la zona, y la
aplicación de una pomada antiinflamatoria. Solo es recomendable dejar de
entrenar en casos muy graves de periostitis. Aunque
existen tratamientos “caseros” para tratar la periostitis, como siempre os
digo, ante cualquier molestia es muy importante acudir a un fisioterapeuta o médico especializado
que nos indicará el tratamiento más adecuado.
A
continuación os dejo unos estiramientos para evitar la periostitis tibial que
he encontrado en la página Triatlonweb.es
1.
Una pierna flexionada delante del cuerpo y la pierna contraria, que es la que
vamos a estirar, retrasada y en extensión con el talón en el suelo. Mantener la
espalda en línea con la pierna retrasada.
2.
Una pierna flexionada delante del cuerpo y la pierna contraria, que es la que
vamos a estirar, retrasada y en flexión con el talón en el suelo. Mantener la
espalda en línea con el talón retrasado.
3.
Sobre una pared o un escalón, flexión de tobillos con las piernas en extensión.
Una variante de este ejercicio es con los dos pies apoyados en una superficie
firme y con las piernas en extensión dejarnos caer hacia delante, hasta que los
tobillos alcancen la flexión adecuada.
4.
Sentados con una pierna flexionada por encima de la otra, tiramos del empeine
del pie hacia nuestro cuerpo (extensión del tobillo), a la vez que con la otra
mano empujamos la rodilla ligeramente hacia abajo.
5.
En posición de cuadrupedia, apoyamos también las puntas de los pies, realizando
una flexión de los tobillos.
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