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miércoles, 16 de marzo de 2016

V Carrera Bomberos de Madrid

Últimamente cada vez que me toca afrontar una carrera lo hago tras pasar unos días flojo de salud, esta temporada está siendo la tónica habitual, me pasó en el Duathlon de Valdebebas, en el Medio Maratón de Córdoba, en la We Run Ciudad de Parla, y también en la carrera en la que participé el pasado domingo, la V edición de la Carrera Bomberos de Madrid. Tan solo la Carrera de la Solidaridad y el Derbi de las Aficiones las he afrontado en plenas condiciones, esperemos que con la llegada de una mejor temperatura, desaparezcan los virus y el resto de la temporada lo afronte en condiciones óptimas, aunque tampoco me puedo quejar de los tiempos que he marcado en cada una de las pruebas mencionadas.

En esta carrera tuve la suerte de coincidir con mi amigo David, y digo lo de suerte porque tal y como me encontraba y sobre todo, como me fui encontrando a lo largo de la carrera, tener a mi lado a una persona con la que he compartido tantas carreras y con la que me adapto perfectamente al ritmo, siempre es un buen apoyo.

David, el pequeñajo y yo
Como hago habitualmente voy a ir desgranando por partes todo lo que me ha parecido la organización y la carrera. El precio 12 euros, un importe que más o menos viene siendo el estándar, aunque todavía puedes encontrar carreras por 10 euros. Eso sí, por lo menos en esta carrera el precio era el mismo para todos los participantes, te apuntases el primero o el último. La bolsa del corredor, pues sinceramente cada vez llevan más papel y menos detallitos, era la primera vez que participaba en esta carrera y no sé como habrá sido en otras ocasiones, pero en esta ocasión la bolsa era una típica bolsa de El Corte Inglés, con la camiseta conmemorativa, una mini crema para los músculos y articulaciones y lo demás propaganda, y en la meta una botella de agua y un plátano, ni bebida isotónica ni nada más. Comparada con otras carreras que se mueven en el mismo precio, la bolsa del corredor de esta carrera me parece un poco vergonzosa. Por cierto talla de camisetas según disponibilidad, por suerte yo tuve de mi talla, y es que si te dan poco y además no tienes la suerte de que haya camisetas de tu talla, pues sinceramente, peor imposible.

Respecto al recorrido de la carrera, lo primero la salida, el marco incomparable, la Puerta del Sol, eso sí, creo que nunca he estado en una salida tan incómoda, ya que la fuente y demás mobiliario urbano estorbaban demasiado a los 4.000 corredores que tomamos la salida, la cual se hizo por la calle Preciados en dirección a Gran Vía. En la calle Preciados teníamos todo el ancho para correr, lo malo es que te encontrabas de sopetón con que el corredor de delante se echaba a un lado, y en su lugar aparecía una papelera, que tenías que esquivar rápidamente, ocurriéndole al corredor que llevabas  detrás lo mismo que te había ocurrido a ti. Por suerte solo este primer tramo era más complicado y estrecho, ya que una vez tomada Gran Vía todo discurría por espacios anchos. El recorrido en sí tenía tres partes muy diferenciadas, desde la salida hasta más o menos el kilómetro y medio tramos de subida y bastante bajada, desde ahí hasta el 6 de subida y desde el 6 hasta el 10 de bajada.


Altimetría Carrera Bomberos de Madrid
Lo bonito de esta carrera es por donde discurre, la salida como ya he dicho en la Puerta del Sol, de ahí a la calle Preciados, Gran Vía, calle Alcalá, Paseo de Recoletos y Paseo de la Castellana, hasta la Plaza de Cuzco, donde hacíamos un giro de 180 grados y volvíamos a recorrer Paseo de la Castellana y Paseo de Recoletos.


Recorrido Carrera Bomberos de Madrid
Antes de la carrera David me preguntó por el ritmo a llevar, era una carrera con algo más de cuatro kilómetros relativamente duros, más debido a que era una subida constante que a la inclinación, pero el resto de la carrera era bastante asequible, así que aunque no me encontraba muy bien, le dije que con los entrenamientos que llevábamos ya, mínimo hacer 50 minutos, y todo lo que pudiésemos bajar de ese tiempo, pues mejor. Tal vez fue un exceso de confianza, teniendo en cuenta como me encontraba, pero este año me he propuesto en las carreras de 10 kilómetros estar en 50 minutos o menos, y no quería tirar la toalla antes de tomar la salida. Debo decir que me encontraba peor que en la We Run Parla, ya que en esa ocasión solo tenía congestión nasal, en esta tenía congestión nasal, irritación de garganta y tos. Es lo que tiene tener un pequeñajo en casa. 

Compartiendo desayuno con el pequeñajo
Ya en carrera y pasado el tramo de la calle Preciados, se empieza a ir muy rápido, ya que pasamos por Gran Vía y la calle Alcalá, y además de ser calles anchas, todo es en bajada. El paso por el kilómetro 1 lo hicimos en 5;17 min/km. Durante el segundo kilómetro dejábamos el terreno favorable de la calle Alcalá para afrontar el Paseo de Recoletos, y algo más de cuatro kilómetros de subida, eso sí, en el crono se notaba que habíamos tenido mucho terreno favorable pues hicimos ese kilómetro en 4:46 min/km. El tercer kilómetro era el primero integro de subida, y fue donde empecé a notarme mal, el esfuerzo era mayor, y entre la congestión nasal y la irritación de garganta no terminaba de llevar una respiración fluida y empezaba a no sentirme nada cómodo, por lo que ese kilómetro lo hicimos en 5:08 min/km, para un total de 15:11 minutos.

Los tres siguientes kilómetros 4, 5 y 6, de constante subida se me hicieron muy pesados, la respiración cada vez era menos fluida, el esfuerzo era mayor, y sentía que cada vez me costaba más respirar y llenar los pulmones, sin duda ahí es donde mejor me vino la compañía de David, ya que al final el tenerle al lado me obligaba a mantener su ritmo y a no venirme abajo, eso y desde luego ir viendo los tiempos que íbamos marcando por kilómetro, que dadas las circunstancias no estaban siendo nada malos. El kilómetro 4 lo hicimos en 5:05 min/km y el kilómetro 5 lo hicimos en 5:15 min/km, para un tiempo de paso a mitad de carrera de 25:31 minutos. Pasado el kilómetro 5 avituallamiento, algo que hacemos ya de libro, apenas sin cambiar de ritmo, con los líos que nos montábamos en las primeras carreras para coger el agua, que hasta ¡nos perdíamos!, en esta ocasión David se encargó de coger la botella, y así afrontamos el último kilómetro de subida, con la respiración más fluida y con el ánimo de pensar que lo que quedaba a partir de hacer el giro en la plaza de Cuzco era todo terreno favorable. El kilómetro 6 lo hicimos en 5:03 min/km.

Los siguientes cuatro kilómetros la verdad que tuvieron poca historia, todo terreno favorable donde tocaba apretar el ritmo para intentar recuperar el tiempo perdido en la subida, que rondaba más o menos los 35 segundos. Estaba más o menos claro que a poco que apretásemos no nos íbamos a ir por encima del minuto 50, la duda era si seríamos capaces de recuperar esos 35 segundos para bajar de los 50 minutos. El kilómetro 7 lo hicimos en 4:36 min/km, el 8 en 4:50 min/km, el 9 en 4:49 min/km y el kilómetro 10 lo hicimos en 4:42 min/km, por lo que finalmente cruzamos la meta en un tiempo de 49:31 minutos. Por cierto en esta ocasión los 150 metros de más que midió el GPS en la We Run Parla, los midió de menos en esta carrera

Al terminar la carrera me encontré con mi prima que desde que debutó el año pasado en la Carrera de la Mujer, empieza a ser una habitual de las carreras de 10 kilómetros, bueno ya de mayor distancia, por que el 03 de abril me la volveré a encontrar en el Medio Maratón Villa de Madrid.

Un poco de todo
Y quiero acabar esta entrada con una costumbre que últimamente he perdido, y no debería de ser así, y es dar las gracias a esas personas que te encuentras animándote en las carreras, y en especial a mi mujer, que junto con el pequeñajo se pega el madrugón para acompañarme en cada carrera que hago, desde luego sin sus ánimos y su apoyo esto sería mucho más difícil. 

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