Un
año más, y ya van tres, tenía una cita en la calle Goya con la carrera Liberty,
posiblemente sea uno de los 10 kilómetros más duros en los que yo haya
participado en Madrid, desde luego, lo que sí es, es de los más numerosos.
Como
en años anteriores, además de la carrera de 10 kilómetros estaban la carrera de
hand bikes y las carreras infantiles, estas últimas este año tenían un
significado especial, ya que en la categoría de los súperchupetines (nacidos en
el año 2013, 2014, 2015 y 2016), iba a debutar mi pequeñajo. Además la Liberty es una
carrera con fines solidarios, en este caso los fondos se destinan a ayudar al
equipo Liberty Seguros de Promesas Paralímpicas de Atletismo.
En
la carrera volví a coincidir con mi prima, su marido y mi amigo David, aunque
durante el recorrido con el único que compartí los 10 kilómetros fue con David.
La
Liberty es una carrera consolidada en el circuito de carreras populares de
Madrid, nueve ediciones la avalan, por lo que es una carrera bastante bien organizada,
además el hecho de que la salida se haga desde la calle Goya, junto a la Plaza
de Felipe II, ayuda mucho a la hora de montar todo el despliegue de medios que
tiene una carrera como ésta. El precio de la inscripción está bastante bien,
10 euros para la carrera de 10 kilómetros, y con ello nos daban la bolsa del
corredor, que como viene siendo habitual últimamente era bastante pobre,
camiseta conmemorativa, una lata de conserva de pechuga de pollo, un CD con una
canción y nada más. Para las carreras infantiles el precio de la inscripción
era de 1 euro, y en este caso si estaba bastante bien ya que a los pequeños les
daban dorsal, camiseta conmemorativa, medalla y avituallamiento al terminar la carrera.
Con mi prima, su marido y mi amigo David |
Como
he indicado anteriormente, a mi parecer, la Liberty es una carrera con un recorrido
duro. Desde la salida, en la calle Goya, y hasta casi el kilómetro 2, en la
Plaza de Cibeles, es de bajada, desde ahí y hasta pasar el kilómetro 5, se recorre
el lateral del Paseo de Recoletos y el lateral del Paseo de la Castellana,
llegando al estadio Santiago Bernabeu, todo ese tramo es una subida constante que
se va haciendo notar en las piernas a cada zancada que das. Por si eso fuera
poco entre el kilómetro 6 y el kilómetro 7 se encara la calle Concha Espina, con una tremenda subida de poco menos
de un kilómetro. Tras coronar la calle Concha Espina se gira a la derecha para
encarar la calle Príncipe de Vergara, desde ahí y hasta la calle Goya, pasado el
kilómetro 9, tenemos algo más de dos kilómetros de toboganes, eso sí, con más
bajada que subida, y la carrera acaba de nuevo en la calle Goya con una nueva
subida de poco menos de un kilómetro, bastante dura, y más teniendo en cuenta
que ya estamos al final de la carrera.
Altimetría carrera Liberty |
Ya
lo comenté el año pasado, uno de los fallos que le veo a esta carrera es que se
corre por el lateral del Paseo de Recoletos, y por el lateral del Paseo de la
Castellana, un tramo de más de tres kilómetros bastante estrecho, eso sí, este
año noté que en la salida me coloqué bastante mejor que el año pasado y que a
pesar de la cantidad de corredores no me vi ni encerrado ni frenado en ningún
momento.
Al
plantarme en la línea de salida tenía la gran duda de como responderían mis
piernas, si leísteis la entrada Camino a San Francisco: Estamos a diez semanas del Maratón, ya sabíais que las tenía bastante cargadas, y que ni el jueves en la sesión de
fondo, ni el sábado en la sesión de ritmo me terminé de encontrar bien. Para
intentar descargarlas el sábado me di una sesión de agua fría, con la esperanza
de mejorar las sensaciones el domingo. A pesar de ello, a pesar de esa duda, en
mi mente mantenía la idea de hacer los 10 kilómetros en 50 minutos o menos, así
que en el reloj GPS programé un ritmo de 5:05 min/km, con la esperanza de ser
capaz de llevarlo a cabo, y como siempre con la esperanza de no ceder mucho
ritmo en los kilómetros duros.
Recorrido carrera Liberty |
El
kilómetro 2 se encontraba situado en el lateral del Paseo de Recoletos, con lo
que ya estábamos inmersos en esa continua subida que no acabaría hasta coronar
la calle Concha Espina. En el kilómetro 3 pagamos un poco el cambio del terreno
favorable a la subida, no adecuamos bien el ritmo y lo hicimos en 5:14 min/km,
siendo éste el más lento de los 10 kilómetros. En ese kilómetro nos pasó el
globo de Sub 50´, lo cual en cierto modo nos vino bien, ya que nos sirvió de
referencia, y aunque nos iba sacando cada vez algo de distancia, lo teníamos a
la vista y nos ayudaba a marcar el ritmo. El kilómetro 4 lo hicimos a 5:08
min/km, y el 5 a 5:09 min/km, por lo que al ecuador de la carrera llegamos en
un tiempo de 25:35, algo más lento del ritmo que me marqué en el GPS, pero
dentro de lo razonable.
En
ese kilómetro 5 se encontraba el avituallamiento, el cual en esta ocasión me
resultó muy cómodo, y es que normalmente las mesas de avituallamiento solo
suelen estar en la derecha de la calzada, por lo que la gente tiende a irse a
ese lado al verlas, como hizo mi compañero David, pero en este caso algo más
adelante había mesas también en la izquierda con lo me encontré con tres
personas dándonos agua a unos pocos corredores. Avisé a David para que no se
metiese en el jaleo del avituallamiento, y compartimos la botella que cogí yo.
Pasado
el avituallamiento, giro a la derecha, y a encarar la calle Concha Espina, una
importante subida en la que muchos corredores bajaron su ritmo. Nosotros por
contra lo aumentamos, sin duda en ese momento las piernas respondieron como
debían, e incluso mejor de lo esperado, ya que hicimos los dos siguientes kilómetros,
6 y 7, en 4:43 min/km y 4:58 min/km. Teniendo en cuenta que entre esos dos
kilómetros estaba el final del tramo del Paseo de la Castellana y la subida a
Concha Espina, el ritmo llevado estaba muy bien.
Junto al pequeñajo antes de su carrera |
Lo
que quedaba de recorrido eran continuos toboganes, como ya he comentado con más
bajadas que subidas, y un último kilómetro de nuevo bastante duro, debido a la
subida que nos llevaría desde la esquina de la calle Príncipe de Vergara con la
calle Goya, hasta la meta. Debo decir que aunque en el tramo final de nuevo me
encontré muy bien, e hice la subida a buen ritmo, pasando corredores e incluso
acelerando, noté algo de pesadez en las piernas en esos kilómetros, señal de
que aún no estaban del todo frescas. Pero a pesar de ello, el ritmo en esos
tres últimos kilómetros también fue bueno, 4:37 min/km para el kilómetro 8,
4:44 min/km para el kilómetro 9, y 4:41 min/km para el kilómetro 10.
En el vídeo entro en meta justo debajo del reloj, cuando marca 50:24, junto a mi amigo David.
En el vídeo entro en meta justo debajo del reloj, cuando marca 50:24, junto a mi amigo David.
Al
final en meta, el GPS me marcó 10,10 km y un tiempo de 49:42, según la
organización un segundo menos, 49:41, así que objetivo cumplido, una nueva
carrera que he estado en 50 minutos o menos.
En
estas tres temporadas que llevo haciendo carreras populares, solo hay cuatro
carreras que las haya hecho todos los años, son el Derbi de las Aficiones, la
carrera de la Solidaridad de Navidad, el Medio Maratón Villa de Madrid y la
carrera Liberty, y ellas son las que me indican la mejora que he ido teniendo
cada temporada, como podéis ver en el cuadro que hay a continuación.
2013/2014
|
2014/2015
|
2015/2016
|
|
Derbi
de las Aficiones
|
0:54:29
|
0:50:44
|
0:47:44
|
Carrera
de la Solidaridad de Navidad
|
0:53:35
|
0:52:12
|
0:50:57
|
Medio
Maratón Villa de Madrid
|
1:56:52
|
1:50:00
|
1:49:57
|
Carrera
Liberty
|
0:53:55
|
0:51:19
|
0:49:41
|
Y
una vez terminada la carrera de 10 kilómetros, llegó el momento de las carreras
infantiles, y con ello llegó el debut del pequeñajo. Aunque en su categoría estaban
los niños nacidos en 2013, 2014, 2015 y 2016, la organización separo por años y por
sexo, aun así se notaba que el pequeñajo es de noviembre de 2014, y que era de los más
pequeños, por eso nos colocamos en un lado (en el vídeo estamos casi pegados al
lado izquierdo), para no estorbar al resto de niños. Cómo indiqué al principio, el precio de
la inscripción era de 1 euro, a cada niño le habían dado una camiseta y un
dorsal, (todos con el número 1), y en la categoría de súperchupetines tenían
que recorrer 80 metros, una vez cruzada la meta, les entregaban una medalla, un
zumo, un botellín de agua y una chocolatina. Debo decir que el pequeñajo es
muy, muy travieso, fuera del carro no para, y como le quieras poner algo que a
él no le guste puedes darlo por imposible, y eso pasó con el dorsal, que se lo
tuvimos que poner en la espalda, ya que si se lo poníamos en el pecho intentaba
romperlo, así que con eso tuvimos una anécdota, ya que una persona de la
organización nos dijo que el dorsal debía ir en el pecho, le invité a que se lo
cambiase él, pero se ve que no tenía muchas ganas de pelear con el niño…
Respecto a la carrera, el pequeñajo empezó corriendo, pero como a la
mitad se agarró a mi pierna para que le cogiese en brazos, yo, en vez de cogerle, me puse delante de él, andando de espaldas para que así fuese corriendo
mientras me intentaba coger. Los últimos metros los hicimos cogidos de la mano,
y como si él supiese donde acababa la carrera, una vez cruzada la meta se tiró de rodillas en el suelo, (casi al final del vídeo en la parte izquierda) y ya
tuve que cogerlo en brazos. Sin duda el
pequeñajo no entiende de que iba todo eso, pero tanto a mi mujer como a mí nos
hizo mucha ilusión que corriese esta pequeña carrera y que tenga su primera
medalla.
El pequeñajo con su medalla |
No hay comentarios:
Publicar un comentario