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miércoles, 5 de octubre de 2016

El cuidado de nuestras zapatillas

Uno de los bienes más preciados que tenemos los corredores son las zapatillas, en mi caso, es con mucho, el material al que más dinero destino cada año, y es por ello que intento cuidarlas para alargar su vida lo máximo posible. Hay aspectos de las zapatillas sobre los que no podremos influir mucho, como es el desgaste de la suela por el uso y la acumulación de kilómetros, pero hay otros aspectos sobre los que si podemos actuar para alargar las propiedades de las zapatillas.


En los momentos del año en que nos encontramos es fácil qué, si corremos por parques o caminos de tierra, ésta esté muy seca y terminemos con las zapatillas llenas de polvo, en cambio, en épocas de más lluvia, esos caminos acaban encharcados, y es el barro el que se convierte en el gran enemigo de muestras zapatillas. Esto, junto con el sudor, va a afectar mucho a la transpirabilidad de nuestras zapatillas.

¿Qué hago yo para limpiarlas?, pues depende del estado y grado de suciedad que tengan. En el caso de que la suciedad sea leve, simplemente uso toallitas húmedas, para ser más concreto las de los bebes, casi sin frotar y en un par de pasadas las zapatillas vuelven a mostrar su mejor aspecto. Tras ello un enjuague en la ducha con agua fría o templada y a dejarlas secar.

Qué pasa si la suciedad ya no es tan leve, pues le quito los cordones y las plantillas y las meto en la lavadora. Noooooo, era broma, no penséis que estoy tan loco, por mucho que te pueda parecer la mejor opción, estarías cometiendo una atrocidad, las zapatillas nunca se pueden limpiar en la lavadora, ¿por qué?, pues muy simple, porque las zapatillas tienen distintos materiales que van pegados, y al meterlas en la lavadora podríamos hacer que esos materiales se despegasen, que la zapatilla se deforme y que los materiales pierdan sus propiedades. Vamos que las zapatillas podrían ir de la lavadora al cubo de la basura perfectamente.


Yo lo que hago es quitarles las plantillas y meto en un barreño tanto las zapatillas como las plantillas, lo lleno de agua fría o templada y, o bien las dejo un poco en remojo para que se reblandezca el barro, o bien directamente paso a limpiarlas si la capa de suciedad es solo polvo, o las esté limpiando porque lleve tiempo sin hacerlo. Llegados a este punto hay gente que usa jabón neutro y un cepillo de cerdas suaves para limpiarlas, yo no uso ningún tipo de jabón o detergente, ni para las plantillas, ni para las zapatillas, simplemente las froto con un cepillo, y tras ello las paso a la ducha, para aclararlas, y dejarlas secar.

Ya que hemos hablado de dejarlas secar, ¿cuál es la mejor forma para secarlas?, pues lo primero descarta estas tres opciones, que son el secador de pelo, ponerlas sobre el radiador en invierno, o sacarlas a la terraza a que les dé el sol en verano. Ninguna de esas tres opciones son válidas, y es qué al igual que pasa si las metes en la lavadora, es muy posible que tus zapatillas terminen deformándose y perdiendo cualidades.

Entonces, ¿qué hacemos?, primero, escurrirlas bien, sin estrujarlas, para quitar la mayor cantidad de agua, y después, de nuevo hay varias opciones, hay quién les mete papel de periódico para que se sequen más rápido, yo simplemente las pongo a secar en la terraza, en una zona en la que el sol nunca les dé de lleno.

¿Qué hacéis si no usáis vuestras zapatillas, bien por descanso o una lesión?, en mi caso tengo dos pares de zapatillas, unas que uso en tiradas largas y carreras como el Medio Maratón, o el Maratón, y otras que uso para tiradas cortas y carreras de 10 kilómetros. Cuando compras unas zapatillas suelen venir con un cartón o plástico con la forma de la puntera, que usan para que no se deformen las zapatillas antes de ser vendidas, pues yo lo que hago es no tirar ese cartón o plástico, y cuando no uso las zapatillas se lo pongo para que no se deformen, y las guardo en el armario.

Varias cosas más que hago para cuidar las zapatillas, aunque reconozco que alguna de ellas puede más llegar a ser una manía, son:

1.- Nunca voy a las carreras con las zapatillas de correr puestas, las llevo en la mochila y me las pongo cuando voy a correr, y me las quito al terminar. El motivo es muy sencillo, cuando andamos no pisamos igual que cuando corremos, yo por ejemplo andando soy pronador y corriendo corrijo y soy neutro, por lo tanto el desgaste de la suela no será el mismo si las uso para andar que si las uso para correr.

2.- Una vez termino de correr me desato los cordones, así que hago el enfriamiento y el estiramiento con los cordones desatados, primero por comodidad, ya que el pie tras correr está más hinchado y la zapatilla aprieta más, y segundo para intentar que la zona de los agujeros de los cordones no se dé de si, perdiendo su eficacia. A este respecto, también indicaros que nunca me quito la zapatilla sin desatar, ya estropeé unas zapatillas por hacer eso, y he aprendido la lección.

3.- Y por último, si después de correr entro al gimnasio a hacer ejercicios de fortalecimiento me cambio de zapatilla, no uso las zapatillas de correr para hacer los ejercicios del gimnasio, aunque bueno, esto no es del todo cierto, si uso zapatillas de correr para el gimnasio, pero zapatillas que por su uso, por su kilometraje, ya las he retirado del running, pero que todavía se les puede dar un uso en otro sentido.

Estas son algunas de las cosas que yo hago para cuidar e intentar alargar la vida de mis zapatillas, ¿qué añadiríais vosotros?

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