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miércoles, 7 de junio de 2017

IV Trail de Riaza

El pasado sábado llegó mi debut en un trail, y pude comprobar de primera mano lo que muchos me habíais comentado, que era una experiencia espectacular, muy divertida, y que me iba a gustar, y sin duda así ha sido. Pero antes de ponerme a contar mi experiencia, quiero comentaros que si ya veía con una gran admiración a las personas que se embarcaban a hacer maratones de montaña, o más aún, ultras de montaña, mi admiración ha crecido aún más por esas personas que se lanzan a esas aventuras.

El Trail de Riaza cumplía su cuarta edición, y forma parte de un circuito de varias pruebas de trail en distintas localidades, denominado Trail Challenge. La prueba tenía distintas distancias, 11 km +290, 20 km +929, 40 km +2089 y 60 km +3045, para mi debut yo había decidido empezar por lo “fácil”, haciendo el de 11 km con 290 metros de desnivel positivo.


El mapa de mi primer trail
La organización, muy bien, el dorsal se podía retirar el viernes y el sábado antes de la carrera, que fue cuando yo lo retiré, y fue prácticamente de manera inmediata, con muy poca espera, y muy fluido. A esto ayuda tener las bolsas preparadas, de manera que los voluntarios están a dar las bolsas en lugar de a prepararlas, como pasó en la X Carrera Liberty. La bolsa del corredor fue una sorpresa para bien, últimamente la bolsa del corredor parece más un buzón a la vuelta de las vacaciones de verano, por la cantidad de propaganda que te meten, que una bolsa del corredor con detalles y obsequios de los patrocinadores. En este caso la bolsa del corredor llevaba la camiseta conmemorativa, una manta térmica, una toalla, una muestra con dos tortitas de arroz, una bolsa de cereales y una muestra de protector solar.

Respecto al recorrido, había de todo, algo menos de dos kilómetros transcurrían por asfalto, algo más de un kilómetro transcurría por pista de gravilla, y el resto transcurría por senderos con piedras, rocas, raíces, árboles… vamos, lo que comúnmente se ha venido llamando un camino de cabras. Respecto a dureza, tiene sobre todo tres kilómetros durillos, del Pk 1 al PK 4, en los que se sube la mayor parte del desnivel acumulado, los siguientes kilómetros, hasta el pk 9, tienen algo de llano y mucha bajada, en el pk 10, volvíamos a subir, y el último kilómetro era prácticamente llano y por asfalto.

Recorrido Trail de Riaza
En esta carrera coincidía con mi prima, que ya tiene un año de experiencia en el mundo del trail, y por ello iba a hacer la carrera de 20 kilómetros, pero ambos salíamos juntos, y este hecho me ayudó a la hora de estar más relajado, ya que estuvimos hablando tranquilamente, y esos últimos instantes antes del pistoletazo de salida, se pasaron con menos nervios. Antes de la salida mi prima me aconsejó que si iba a ir rápido, intentase salir lo más adelante posible, ya que en el trail hay zonas en las que el sendero se hace muy estrecho, y tienes que ir en fila de a uno, por lo que si delante de ti tienes gente que va despacio, estás obligado a ir a su ritmo. Como yo para nada tenía pensado ir rápido, y mi prima tampoco, no nos pusimos muy adelante.

El primer kilómetro del trail es muy rápido, ya que se hacen 800 metros bajando, y todos ellos por asfalto, aunque yo fui controlando bastante el ritmo, lo que hizo que mucha gente me pasase. Terminado el asfalto entrabamos a un sendero que poco a poco se iba estrechando, e inclinando hacía arriba. Ese primer kilómetro lo hice en 5´27”.

Altimetría Trail de Riaza
Los tres kilómetros siguientes eran de continua subida, con un desnivel positivo de 230 metros, la mayoría de ellos por senderos estrechos en los que íbamos en fila de a uno. En esos tramos estrechos me acordé de lo que me comentó mi prima en la salida, ya que en muchos momentos me vi detrás de algún corredor que iba bastante despacio, y tenía que esperar que se ensanchará un poco el sendero para adelantarle y avanzar más rápido. Gran parte de esta subida la hice andando pero a un ritmo alto, y en algunos momentos en los que la inclinación no era tan fuerte corría un poco, aunque fue lo menos. En estos kilómetros estábamos rodeados de árboles, y en alguna ocasión hasta teníamos que agacharnos un poco para poder pasar, además de ir con cuidado por las ramas y las piedras que había en el suelo.

En este tramo de subida, dejé a mi prima atrás, e hice un gran tramo de la subida con un corredor detrás de mí, que me subió mucho la moral. Al tenerle detrás le comenté que si me echaba a un lado para dejarle que me adelantase, pero él me dijo, que no, que yo estaba subiendo a buen ritmo, y que prefería ir detrás, así que me iba animando por mi nombre (lo llevo en la parte de atrás de la camiseta), me decía “vamos Manu, que estás subiendo muy bien, o “ahora adelanta, que aquí se puede”… con él detrás coroné la subida, y en paralelo hicimos el tramo de llano que había. Los tres kilómetros de subida los hice en 7´34” el kilómetro 2, en 8´31” el kilómetro 3, y en 7´22” el kilómetro 4.

Con mi prima en la línea de salida
Comentaros que las vistas una vez coronamos eran impresionantes, con montañas a nuestro alrededor, todo verde, y transmitiendo una gran tranquilidad, a pesar de los corredores que allí nos hallábamos, la verdad que daban ganas de pararte y ponerte a hacer fotos, en lugar de seguir corriendo.

La parte más difícil, en lo que a subida se refiere, ya la habíamos pasado, ahora encarábamos un tramo más accesible, un tramo de bajada que aunque no peligroso, si había que tener cuidado con alguna que otra roca. En este tramo se notó mi poca experiencia, y mi compañero en la subida vio que mi ritmo de bajada no era tan bueno y decidió despedirse de mí, desearme suerte y comenzar a bajar más rápido. Terminada la bajada salimos a una pista de gravilla en la que nos separamos los que íbamos a hacer los 11 kilómetros de los que iban a hacer los 20 kilómetros.

Más o menos el kilómetro siguiente transcurría por esta pista, que me recordaba mucho a la zona del Parque Polvoranca, donde he entrenado para este trail, aunque según avanzábamos por la pista, la gravilla iba dejando paso a piedras cada vez más grandes y sueltas, y en alguna ocasión no pisé bien, y el tobillo se quejó de ello. El kilómetro 5 lo hice en 5´19”, notándose el tramo de bajada, y el kilómetro 6 en 5´26”. En el PK 6 se encontraba el avituallamiento, donde nos daban un vaso de agua que tenías que beberte allí mismo, depositando el vaso en los cubos de basura habilitados. En mi caso, el agua no me la bebí, si no que me la eché por la cabeza, ya que el calor empezaba a notarse, y además prefería beber de la bebida isotónica que llevaba en los bidones del cinturón de hidratación.


Con mi mujer, mi gran punto de apoyo
Los siguientes kilómetros tenían mucha bajada, con algunos tramos difíciles, ya que en la bajada el terreno era prácticamente o roca cortada o grandes piedras, y a ello había que sumar que la noche anterior había llovido, por lo que yo decidí tomármelo con calma y bajar con bastante cuidado, tal vez demasiado, es posible que a pesar de la inexperiencia pudiese haber bajado más rápido, pero no quería arriesgar y acabar por los suelos en mi primer trail, por lo que preferí ir más despacio, asegurando la pisada. El kilómetro 7 lo hice en 5´56”, el kilómetro 8 en 6´25”, y el kilómetro 9 en 6´32”.

El kilómetro 10 era el último antes de volver al asfalto, y para despedirnos, teníamos una nueva subida, aunque nada que ver con la subida del inicio del trail, de hecho hice más rápido este kilómetro, en 6´01”, que los anteriores que habían sido en bajada. En ese momento me acordé de un consejo que me dieron, y fue que no me extrañase si en algún tramo de bajada iba más lento que en algún tramo de subida, como así fue.

Imagen Trail de Riaza
Una vez ya en el asfalto, debo decir que me sentí algo raro, un camino tan liso, después de los kilómetros que había hecho, resultó hasta extraño, y también debo decir que por segunda vez (la primera fue a los 800 metros, para ver cuánto habíamos hecho de asfalto antes de empezar los senderos), miré el Garmin para ver lo que marcaba.

Los que me seguís, ya sabéis que para mí cada meta que cruzo es especial, haga el tiempo que haga, todas son importantes, y esta no iba a ser menos, era mi primer trail, y que mejor que compartirla con mi peque. Ya he cruzado un par de metas con él en brazos, pero en esta ocasión, y dado que no había la aglomeración que hay en una carrera de asfalto, lo hice “corriendo” de la mano con él. Un momento inolvidable, para mi primer trail.


Al final crucé la meta en 1 h 09´28”, puesto general 87 de 263, y en mi categoría el 62 de 122. La verdad, que muy contento con el debut, e incluso sorprendido porque pensaba que se me iba a dar peor, de hecho hubo tramos en los que no veía a nadie detrás de mí, y pensaba que iba el último.

Clasificación Trail de Riaza
Comentaros, que para este debut mi desembolso en material específico ha sido cero, la diferencia con una carrera de 10 kilómetros en asfalto es que he llevado el cinturón de hidratación que en carreras de asfalto nunca lo llevo (mientras que la mayoría de la gente llevaba mochilas de hidratación), y las perneras y un gel, que en asfalto para carreras de esta distancia no llevo nunca. Las zapatillas he usado unas Adidas Marathon 10, fueron mis primeras zapatillas de running, pero hace años las dejé de lado por otras zapatillas más específicas de running, y ahora al tener la suela taqueada me han venido muy bien para mi aventura en el trail, ya que en ningún momento noté que no agarrasen o me resbalase.

En resumen, una experiencia muy buena, he disfrutado mucho, por momentos me recordó a mi infancia, cuando saltaba y corría por los alrededores del chalet que mis tíos tenían junto al río Tajo, y desde luego tengo muy claro que repetiré experiencia.

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