La
mayoría de los corredores, hayan o no hayan corrido un Maratón, han oído hablar
del famoso muro, muchos incluso habrán sufrido en su cuerpo ese
desfallecimiento repentino que en muchos casos se suele producir entre el kilómetro
30 y 35 del maratón, aunque puede pasar antes o después de ese tramo, y que en determinados casos, no
obliga solo a bajar drásticamente el ritmo, sino que a muchos les lleva a tomar
la decisión de abandonar la carrera.
Son
muchos los corredores, que llegan hasta el kilómetro 30, e incluso más allá, y
de repente notan esas malas sensaciones, que no son solo físicas, también
mentales, y empiezan a correr preguntándose qué habrán hecho mal, no
consiguiendo llevar de nuevo el ritmo de carrera que tenían planeado. El
problema, es que aunque nos preguntemos qué hemos hecho mal, no hay un
remedio mágico, ya que hasta corredores de élite están expuestos a ello, pero
si podemos conocer sus causas y cómo podemos intentar prevenirlo para acabar
nuestro maratón.
El
muro, podríamos decir que se va construyendo poco a poco, y que quien lo
construye es nuestro propio cuerpo, ya que en el mismo momento en el que vamos
avanzando kilómetros, y pasan los minutos, nuestro cuerpo va utilizando glucógeno. Este se obtiene de las reservas que tengamos almacenadas en nuestro organismo,
pero como estas reservas no son inagotables, llega un momento en el que nuestro
organismo cambia el sistema del que obtiene energía, pasando de obtener la
energía del glucógeno (un método muy eficiente), a obtenerlo de las reservas de
grasa de nuestro cuerpo (método mucho menos eficiente).
Cuando
se produce este cambio en el método de obtener energía, en nuestro organismo se
produce el denominado bonking, el cual, puede aparecer en diferentes grados.
Nuestro organismo puede que solo baje el ritmo que llevamos de carrera,
intentando alargar de esta forma la reserva de glucógeno, o puede ser que
lleguemos al punto en el que nos sintamos mareados con ganas de vomitar, o
incluso, no podamos seguir corriendo.
Otro
de los motivos que van a influir es la fatiga. En ese momento entran en juego
nuestras piernas, por lo que será muy importante haber realizado trabajo
específico de fuerza de nuestros miembros inferiores. Cuando nuestro organismo
llega al punto de la fatiga, requerirá más energía al organismo para
mantenerse en movimiento, es decir, reclama más glucógeno, el cual ya se encontrará
bajo de reservas, por lo que optará en segundo lugar por la vía anaeróbica, lo
que supone una mayor producción de lactato en nuestras piernas, que tendrá
como resultado un mayor efecto del bonking.
La
sobrecarga muscular acumulada de toda la carrera, puede producir otro efecto
del muro, y son los calambres, y es que la mencionada sobrecarga va a generar
la fatiga del sistema nervioso, por lo que la contracción muscular deja de
funcionar como debe, y se producen los calambres.
Pero
el muro, no va a ser solo cuestión física, también es cuestión mental. El
cerebro también se nutre de glucosa, y en momentos de déficit de glucosa, el
cerebro disminuye la respuesta neuronal, bajan los niveles de dopamina, y
empieza a transmitir a los músculos la necesidad de parar.
Todos
debemos tener en cuenta que el muro se puede evitar, o que incluso se puede
superar, si hemos tenido la mala suerte de chocarnos con él.
Una
de las formas de evitar el muro es con los entrenamientos, debemos preparar a
nuestro organismo a obtener la energía de las grasas de una manera más eficaz,
para que nuestro cerebro y nuestros músculos puedan funcionar correctamente, y
eso se consigue con las tiradas largas a ritmo suave.
Hay
que combinar el trabajo aeróbico, con los entrenamientos de fuerza, de manera
que tengamos una adecuada resistencia muscular, y debemos tener en cuenta una
buena planificación del tapering, disminuyendo el volumen y la intensidad las
semanas antes a la carrera.
Debemos
planificar bien nuestra estrategia de carrera, el ritmo al que vamos a correr
será muy importante, así como conocer el recorrido, y la altimetría, adelantándonos
a lo que nos vayamos a encontrar.
Los
días previos al Maratón es importante llevar una dieta rica en hidratos de
carbono y baja en fibras, y durante el Maratón, debemos ser conscientes de la
importancia de los avituallamientos, tanto de geles como de líquidos.
Y
algo muy importante, entrena tu mente, la dopamina es el neurotransmisor que controla
la motivación, y su falta puede llevarte a chocar contra el muro. En este caso,
la cafeína puede ayudar a retrasar la fatiga mental.
Estos
son algunos puntos que nos pueden ayudar a salvar el muro, y a que obtengamos
la gran satisfacción de cruzar la meta tras 42.195 kilómetros.
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