Si
hay una carrera a la que le tengo un especial cariño, es sin dudad el Derbi de
las Aficiones, fue en ella, en la que allá por el año 2013, debuté en un 10
kilómetros, y fue ella, sin lugar a dudas, la que hizo que me enganchase
completamente a correr. Todo lo que hoy soy como corredor popular, todos los kilómetros que llevo recorridos, todas las metas que he cruzado, sin duda todo eso, se
lo debo a esta carrera.
Este
año el Derbi de las Aficiones de Madrid era especial, ya que suponía un
importante test a tan solo una semana del Maratón de Valencia, después de los
que ya había hecho en septiembre en Madrid corre por Madrid 2017, y en octubre
en el Medio Maratón de Ávila.
Como
siempre, empezaré por la organización, la retirada del dorsal es muy cómoda, ya
que te mandan un mail con tu dorsal y solo tienes que llevarlo impreso
junto a tu DNI, y se puede hacer desde varios días antes, por lo que cuando yo
fui a retirarlo apenas tuve que esperar. La bolsa del corredor, pues como viene
siendo habitual, bastante rácana, el dorsal, la camiseta, papeles de
publicidad, y una lata de cerveza isotónica 0,0, que eso ni es cerveza ni es
isotónico, y que yo creo que lo regalan en las carreras, porque no me imagino a
nadie pagando por tomarla. El día de la carrera el avituallamiento final está
mejor, zumo, agua, fruta y una bolsa de snacks. Este año criticar un aspecto,
el ropero hasta ahora era gratuito, dejabas las bolsas en unas furgonetas en el
estadio Santiago Bernabéu, y las retirabas posteriormente en el estadio Vicente
Calderón, este año si querías hacer eso, tenías que pagar dos euros adicionales
en la inscripción.
Antes
de la salida, quedada con el grupo de running con el que comparto
entrenamientos, y momento de hacer foto grupal. También en esta carrera
coincidí con mi prima, que al igual que yo estaba en el test previo al Maratón
de Valencia, así como con otros conocidos de Instagram, sin duda, la red social
que más corredores me está dando a conocer.
En
la salida otro cambio, en lugar de salir desde la Avenida de Concha Espina,
fondo sur del estadio Santiago Bernabéu, salimos desde la calle Padre Damián,
lateral este del estadio, con la salida de antes encarábamos el Paseo de la Castellana
a los pocos metros de la salida, pero con la nueva ubicación, vamos en paralelo
al Paseo de la Castellana, y no accedimos a ella hasta casi el primer
kilómetro. El resto igual que años anteriores, dos arcos de salida, uno para
colchoneros y otro para merengues, y salidas con marcas de tiempo para que cada
uno se sitúe en lo que cree que va a hacer, el problema de esto, el de siempre,
que hay muchos corredores irrespetuosos que aunque vayan a ir a un ritmo
inferior, se colocan por delante, lo que hace que luego ralenticen y vayan
estorbando, con el consecuente peligro que ello supone.
El
resto del recorrido el mismo que en ediciones anteriores, bajar por el Paseo de
la Castellana, Plaza de Colón, Paseo de Recoletos, Plaza de Cibeles, Neptuno,
Plaza de las Cortes, Carrera de San Jerónimo, Puerta del Sol, Calle Mayor,
Plaza de la Villa, calle Bailén, Viaducto de Segovia, Gran Vía de San Francisco
el Grande, Puerta de Toledo, Pirámides y Vicente Calderón. Como siempre, una
carrera con un recorrido muy asequible.
Para
esta carrera, debo decir que iba con la idea de mejorar mi marca, e intentar
acercarme lo máximo posible a los 45 minutos, y es que si en la quinta semana
del plan había conseguido hacer 46´13”, estando ya en la semana trece del plan,
y con un perfil más favorable, mejorar en torno a un minuto debería de ser
posible, por otro lado, estaba que el jueves había hecho la sesión de fondo, y
llevaba una carga de 16 kilómetros en las piernas, pero desde luego, por intentarlo
no iba a ser. Y como iba bastante confiado, decir que el Garmin lo fije en un
ritmo de 4:30 min/km, para intentar hacer el mayor número de kilómetros en ese
ritmo.
El
primer kilómetro fue un poco problemático, la nueva ubicación de la salida,
hacía que corriésemos por calles más estrechas, además era como un falso llano
en subida, y a todo ello había que sumarle la gente que se había colocado
bastante por delante de su ritmo, así que aunque quería haber salido algo más
rápido, no lo conseguí, y me tuve que conformar con hacer el primer kilómetro
en 4´58”.
A
partir de ese primer kilómetro y casi hasta el seis, empezaba terreno favorable,
además de bastante ancho, por lo que tocaba empezar a recuperar tiempo, me
coloqué a la izquierda de la calzada, y empecé a acelerar el ritmo,
aprovechando lugares que eran más llanos, para recuperar un poco, y en seguida
volver a apretar, pero intentando llevar siempre un ritmo fijo, sin muchos
acelerones ni frenazos. Entre el kilómetro 2 y el 3, conseguí pasar al globo de
los 45´, lo cual fue una importante inyección de moral para los kilómetros
siguientes. Los cuatro kilómetros siguientes los hice en 4´18” el PK2, 4´25” el
PK3, 4´25” el PK4 y 4´29” el PK5.
Por
tanto a mitad de carrera llevaba un tiempo de 22´35”, lo que significaba que
podría estar dentro de los 45´ al final de la carrera, como yo tenía en mente.
Pasado
el avituallamiento, en el cual decidí no pararme, ya que no hacía nada de
calor, y no necesitaba hidratarme, giramos a la derecha, y nos
encontramos con el PK6 (el cual hice en 4´24”), y con la mayor complicación
de la carrera, una subida con una importante pendiente que iba desde Paseo del
Prado hasta la Carrera de San Jerónimo. La subida se empieza a notar un poco
antes del Congreso de los Diputados, el ritmo se ralentizó, y yo decidí echarme
a la izquierda para adelantar corredores. El kilómetro 7, junto con el
kilómetro 1, son los más complicados, en este caso primero por la subida, y
segundo porque pasa por unas zonas muy bonitas, muy emblemáticas, como es la
Puerta del Sol y la calle Mayor, pero donde el espacio se estrecha mucho, y
como no consigas ir haciéndote hueco, terminas frenando en exceso, y todo eso
al final se nota en el crono, el PK7 lo hice en 4´48”. En ese kilómetro me
llevé una mala sorpresa, y es que el globo de los 45´ se puso a mi par, lo cual
me puso en alerta, no podía dormirme, estaba en tiempo de entrar en los 45´,
pero no podía descuidarme si no quería quedarme con la miel en los labios.
Acabada
la calle Mayor, lo que quedaba de recorrido era algo más de dos kilómetros, un
primer tramo con algo de toboganes, posteriormente una bajada con una
importante pendiente, para continuar con un tramo de falso llano con algo de bajada, y
encarar la última subida, con un importante estrechamiento de la calzada, ya
dentro del último kilómetro, tras ello, un doble giro a izquierda, para encarar
la línea de meta.
El
PK8 lo hice en 4´23”, y lo pasé con el globo de los 45´ pegado a mí, y ahí lo
tuve hasta que llegamos a la bajada de la Puerta de Toledo, en la que decidí
apretar el ritmo, e ir lo más rápido posible, pero siempre con cabeza, ya que
lo importante no era el crono de ese día, sino el Maratón del 19 de noviembre.
Pero a pesar de ello corrí, vaya si corrí, hasta el punto de hacer mi kilómetro
más rápido en una carrera, y es que el PK9 lo hice en 4´09”, y aún quedaba un
kilómetro, en el que estaba el repecho final, así que decidí seguir apretando
el ritmo, y en la subida tuve la suerte de ponerme detrás de un corredor que
llevaba un buen ritmo y que me fue abriendo paso, lo cual fue de agradecer, ya
que eso supuso que no tuviese que bajar casi mi ritmo.
Una
vez hechos los dos giros a izquierda encaré la recta de meta, en ese momento
pase el Garmin de la opción ritmo a la opción crono, y vi que el crono marcaba
poco más de 44´, en ese momento ya si baje el ritmo, extendí los brazos y
encaré los últimos metros haciendo el avión, y es que el domingo fue como me
sentí, me sentí como un avión, haciendo mi 10 kilómetros más rápido, y
consiguiendo algo que no había ni soñado, ser sub 45. El PK10 también lo hice
en 4´09”, para un total de 44´28”, a un ritmo de 4:27 min/km, y de nuevo
haciendo todos los kilómetros por debajo de 5´, y no solo eso, haciendo ocho
kilómetros por debajo de 4´30”, algo impensable hace unos meses.
A
modo de anécdota decir que en mi debut en 2013, hice esta carrera en 54´29”, es
decir, en cuatro años, he bajado 10 minutos mí tiempo en la misma carrera. Y en
lo que respecta a mi mejor marca anterior, que era de 46´13”, en las ocho
semanas que han pasado del plan, la he bajado en 1´45”.
Y
tras las carreras de los mayores, las carreras infantiles, donde volvió a
participar el pequeñajo, su quinta carrera ya, y como ya no es un bebe, empieza
a disfrutarlas y a ser más competitivo, aunque lo mejor el detalle final, cuando
le dieron la medalla, e imitando el gesto que yo hago (el cual es imitación del
que hace Nadal), sin nosotros decirle nada, cogió la medalla y la mordió.
Enhorabuena!! Espero que haya ido bien el maratón esta semana
ResponderEliminarMuchas gracias, todo fue muy bien, esta semana espero poder contarlo en el blog.
EliminarSaludos.