Este
principio de 2018, casi sin darme cuenta, me he visto inscrito en cinco
carreras de medio maratón, que se celebrarán desde el 04 de marzo al 22 de
abril, teniendo apenas tres fines de semana de descanso en todo eso tiempo, y
haciendo tres de ellas en fines de semana seguidos, 08 de abril, 15 de abril y 22 de
abril. Por lo que el pasado fin de semana, en Salamanca, ya corrí la primera de
esas cinco medio maratones.
Listo para la salida |
De
todas estas carreras, la que tengo marcada como mayor reto es el Medio Maratón
de Valencia, del próximo 24 de marzo, por lo que a Salamanca acudí con la idea
de hacer un entrenamiento en competición, a modo de test, sin presionarme para
nada en ritmos, ni en tiempo a hacer en meta, solo con la idea de correr por
sensaciones, y ver cómo van asimilando las piernas los entrenamientos que voy
realizando. Lo bueno de este test, es que era una carrera con un recorrido
bastante más duro que el de Valencia, ya que mientras que este último es a
nivel del mar, y llano, Salamanca está a 800 metros, y la carrera tenía un
desnivel acumulado positivo de 183 metros.
La
organización de la prueba bastante buena, los dorsales se recogían en un
pabellón situado junto a la meta, el precio de la carrera 13 euros, y una buena
bolsa de corredor con toalla, guantes, buff y un hornazo, que es una especie de
empanada, rellena de embutido, muy típica de Salamanca. A esto había que
añadir el avituallamiento final donde te daban bebidas, fruta y pastas, y la
bien merecida medalla finisher.
Altimetría Medio Maratón de Salamanca |
El
recorrido era bastante rompepiernas, con continuos toboganes en sus primeros
kilómetros, para ir bajando poco a poco hasta la altura del río Tormes, más o
menos en el kilómetro 8. Todo ese tramo se hacía por la parte vieja de la
ciudad, y haciendo varios kilómetros por el casco antiguo, convirtiéndose la
carrera en un precioso paseo turístico.
Una vez que cruzas el río, el recorrido
se hace más feo, las callejuelas del casco antiguo dan paso a largas rectas, y
se endurece, ya que pasado el kilómetro 10, y casi hasta el 12 estás
continuamente subiendo, y no un falso llano, sino una importante cuesta. De
vuelta al centro de la ciudad, cruzas el Tormes por el puente romano de Salamanca, y tras
hacer varios kilómetros a la vera del río, corriendo por el carril bici,
encaras los últimos kilómetros con una nueva e importante subida, de cerca de
dos kilómetros, que ya te deja a las puertas de la meta. En resumen, recorrido
muy bonito en su parte inicial, bastante rompepiernas, y con dos subidas muy exigentes
para los corredores.
Recorrido Medio Maratón de Salamanca |
Para
esta carrera, nos desplazamos el día anterior a Salamanca, y allí coincidí con
otros compañeros de Forrest Gump Team, que como yo, iban a participar al día
siguiente en el Medio Maratón, por lo que no solo pudimos disfrutar de la
carrera, sino que también pudimos disfrutar de un día muy bueno y de agradable
compañía. Lo malo el tiempo, y es que prácticamente todo el sábado estuvo
lloviendo.
Como
os he indicado antes, la carrera iba a ser un test de cara al Medio Maratón de
Valencia, y aunque la idea era la de dejarme llevar por sensaciones, en el
Garmin me puse un aviso de ritmo de 5:10 min/km, vaya a ser que me dejase ir en
exceso, y el test saliese demasiado lento. Tenía muy claro que no iba a ir a
buscar marca, eso será en Valencia, pero tampoco quería irme por encima de 1
hora y 50 minutos, y con el ritmo que me había marcado en el Garmin, me
aseguraba estar por debajo de ese tiempo.
En el Parque de la Alamedilla |
En
la salida me separé de mis compañeros, cada uno de nosotros tenía pensado hacer la carrera a un
ritmo, el mío en principio era situarme junto al globo de 1 h 50´, para coger
ritmo los primeros kilómetros, y luego ya ver como se comportaban las piernas.
Junto al globo hice el PK1 en 5´10”, y el PK2 en 5´09”, y hasta ahí llegó mi
aventura junto al globo, ya que pasado el kilómetro dos apreté un poco el ritmo
y lo dejé atrás, me notaba bien de piernas, y yendo junto al globo me sentía
frenado, así que decidí dejarme llevar. El paso por el PK5 lo hice en 24´54”, a
un ritmo de 4:59 min/km.
En
los primeros kilómetros, sobre todo entre el PK3 y el PK7 aproximadamente,
atraviesas gran parte del casco histórico de Salamanca, pasando por la calle
Zamora, junto a la Catedral, junto a la Universidad de Salamanca, y su famosa fachada,
junto a la Casa de las Conchas, y para mí, uno de los momentos más bonitos fue
cuando atravesamos la Plaza Mayor, en torno al PK4. Este tramo se corre entre
calles estrechas, algunas adoquinadas, y un sinfín de toboganes, haciendo que
entre unas cosas y otras, vayas corriendo muy emocionado, y yendo casi en
volandas.
Trayecto por la Plaza Mayor |
Tras
estos bonitos kilómetros, se cruza el río y encaramos unos kilómetros bastante
desangelados, una larga recta, en la que a nuestra izquierda no había nada, y a
la derecha, teníamos algunas edificaciones, son de esos momentos en los que es
importante que la cabeza no te juegue una mala pasada. Y con esta visión
desangelada, llegamos al PK10, por el que pasé en un tiempo de 49´22”, a un
ritmo de 4:56 min/km, y lo mejor de todo es que me encontraba bastante cómodo.
En esta zona de largas rectas, podías ver venir en la otra dirección a los
corredores que iban por delante.
En
este tramo era fácil ver lo que te esperaba más adelante, y lo que nos esperaba
pasado el kilómetro 10 era una importante subida, que iba haciendo curva y que
se perdía de la vista al meterse en una zona de urbanizaciones. Tocaba subir la
cuesta, callejear por las urbanizaciones, de nuevo zona de toboganes, subir
otra pequeña cuesta, y volver a bajar por la cuesta que hacía curva, alcanzando
con todo ello el PK13. Estos kilómetros pusieron bastante a prueba las piernas,
tanto por las subidas, como por los toboganes, y los tiempos fueron de 5´02” en
el PK11, 5´08” en el PK12, y 4´50” en el PK13. Continuaríamos nuestro viaje de
vuelta, por la larga recta desangelada, pero en esta ocasión corriendo por la
zona del carril bici y paseo peatonal. Por el PK15 pasé con un tiempo de 1h
14´22”, a un ritmo de 4:57 min/km.
Poco
antes del PK16, otro momento muy bonito, al pasar el Puente Romano, y tras
ello, llegó un tramo de casi dos kilómetros que hicimos en paralelo al río
Tormes, de nuevo por zona de carril bici y paseo peatonal. Ese tramo se me hizo
muy pesado, tanto que me afectó a la concentración, dejándome llevar en exceso,
y solo la alarma del Garmin me hacía salir de mi letargo al indicarme que mi
ritmo era más lento que el que le había marcado de 5:10 min/km. A pesar de los avisos del Garmin, esa falta de
concentración se hizo notar en el crono, ya que el PK17 lo hice en 5´14”.
Abandonamos este “paseo” junto al Tormes con una pequeña subida, pero muy
intensa, que además acababa con una curva de 180º, una pequeña recta, y otra
curva de 180º, coincidiendo ya con el PK18, que hice en 5´08”.
Y
coincidiendo con los últimos kilómetros llegamos a la parte más dura del
recorrido, una larga cuesta que empezaba antes del PK19, y acababa pasado el PK20,
más o menos dos kilómetros de subida que parecía que nunca iba a acabar, y es que al estar de nuevo por una zona de avenida amplía, se veía perfectamente desde
abajo todo lo que te quedaba por subir, o no. No se veía todo lo que quedaba
por subir, porque donde parecía que acababa la subida, girábamos a la
izquierda, y de nuevo nos encontrábamos con más subida. El peor kilómetro en
cuanto a ritmo se refiere coincidió con el PK20, ya que lo hice en 5´34”, está
claro que a esas alturas de carrera, y sin tener ningún pensamiento de marca en
mente, subí la cuesta demasiado relajado, dejándome llevar demasiado. El PK20
lo pasé en 1h 40´38”, a un ritmo de carrera de 5:02 min/km.
En plena subida camino del PK20 |
Pasado
el PK20, aún nos quedaba un tramo de subida, pero ya con la cercanía de la meta
tan cerca, era más llevadera. Una vez acabada la subida, no nos quedaba ni un
kilómetro de carrera, pero ya era todo muy favorable, primero un tramo cuesta
abajo, y luego todo llano. Ese escenario favorable lo aproveché para apretar un
poco, intentando despertar a las piernas del letargo en el que habían entrado
subiendo la cuesta, y eso lo conseguí, ya que el PK21, a pesar de que tenía un
tramo de subida, lo hice en 4´51”.
La
meta estaba situada dentro del parque de la Alamedilla, un final en el que
muchos corredores esprintaron, yo por mi parte, como suele ser habitual,
mantuve mi ritmo, y disfrute de esos metros finales, contento por la carrera
que había hecho, por cómo me había sentido, y por lo bien que me había ido la
estrategia de correr dejándome llevar, y el resultado fue tan bueno, y tan
sorprendente, que el tiempo en meta fue de 1h 45´57”, es decir, sin ir a tope,
sin buscarlo, me había quedado a solo 37" de mi mejor marca en un Medio
Maratón.
Mostrando la medallajunto a mis compis de Forrest Gump Team |
No hay comentarios:
Publicar un comentario