Hace poco leía una frase que decía "no siempre estarás motivado, por lo que deberás aprender a ser disciplinado". Sin duda ambas son muy necesarias para que una vez que nos propongamos nuestros retos, consigamos llevarlos al éxito final, aunque bien es cierto que a la hora de la verdad se necesita de algo más que motivación y disciplina.
La motivación va a ser el primer paso, es lo que va a hacer que nos planteemos el hacer algo, el proponernos un reto, en mi caso, no hay nada que me motive más que cruzar la meta de un Maratón, y es curioso porque la motivación por hacer algo, no quiere decir que ese algo sea lo que más te guste.
En lo que a distancia se refiere, a mí personalmente, ya sabéis que lo que más me gusta es el Medio Maratón, pero ello no quiere decir que sea lo que más me motive, supongo que se debe al hecho de que cruzar la meta en un Maratón me sigue pareciendo un reto increíble, lo cual no me pasa con el Medio Maratón, y mucho menos con una carrera de 10 kilómetros, aunque esto no quiere decir que no disfrute como el primer día de cada meta que cruzo, sea de la distancia que sea.
Y en lo que a tiempos se refiere, he de decir que ni siquiera el proponerme bajar de 1h 40´ en el Medio Maratón, o asentarme en ser sub 45´ en los 10 kilómetros me motiva tanto como el hecho de preparar un Maratón, con la premisa principal de acabarlo.
Una vez tenemos la motivación necesaria para lanzarnos a por nuestro reto, necesitamos ser disciplinados para cumplir con los entrenamientos que requieren nuestro objetivo, y es que como se trate se un objetivo a medio o largo plazo, puede que nuestra motivación vaya decayendo en algunos momentos, por lo que la disciplina en los entrenamientos será básica para seguir adelante con el plan.
En este punto, a mí, de nuevo me pasa como en el anterior, un plan de entrenamientos para un Maratón me hace ser muy disciplinado, tomarme muy en serio cada entrenamiento y cumplir a rajatabla con el plan de entrenamientos, Mientras que un plan para un Medio Maratón no lo consigue, ni este año que me he visto con cinco carreras de Medio Maratón en mes y medio, ni siquiera poniéndome el reto de intentar bajar de 1h 40´ he conseguido ser tan disciplinado y cumplir con el plan de entrenamientos que me había propuesto, como cuando me pongo delante de un plan de entrenamientos para un Maratón. De un plan de entrenamientos para 10 kilómetros ni hablo, ya que para esa distancia no me planteo ni siquiera ponerme a hacer un plan de entrenamientos.
Antes os comentaba que además de motivación y disciplina, se necesitaba algo más para conseguir tus retos, y es que personalmente, pienso que la fuerza de voluntad es muy importante, y de nuevo me pongo como ejemplo, y usando como no, la comparativa entre un plan de entrenamientos para un Medio Maratón y un Maratón. Mi primer Maratón lo hice llegando a casa de trabajar cerca de las 20:30 horas, saliendo a entrenar casi a las 21 horas, la fuerza de voluntad hacía que saliese sin ningún problema, sin pensármelo, y a lo largo de los cinco maratones que he hecho, he tenido entrenamientos en todas las estaciones del año, sin que ninguna climatología sirviese como excusa para que no saliese a entrenar.
En cambio para el Medio Maratón, llegando a casa de trabajar a la 19 horas, ha habido días que me ha dado pereza salir a entrenar, aunque finalmente lo hacía, eso sí, siempre que no lloviese, como estuviese lloviendo, y este final de invierno ha llovido mucho en Madrid, no salía a entrenar, o simplemente iba al gimnasio a hacer fortalecimiento, es decir, no tenía la fuerza de voluntad suficiente para ser disciplinado con el plan de entrenamientos Esto sin duda es porque preparar un Medio Maratón no me motiva tanto como preparar un Maratón.
A mi forma de ver, el Maratón enciende todas mis alarmas, y eso hace que sea mucho más disciplinado, y que no encuentre excusas a la hora de realizar un plan de entrenamientos, además, supongo que al no ser una persona que le de mucha prioridad a hacer marcas, el motivarme con ese aspecto es difícil.
Por último, hay un aspecto importante, pero que en este caso no depende de nosotros, y es que el día D, tengamos la suerte de que todo se de bien, y no haya ningún inconveniente que haga que toda nuestra motivación, disciplina y fuerza de voluntad se quede en nada y no logremos el reto que nos hayamos propuesto.
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