domingo, 26 de noviembre de 2017

Maratón de Valencia 2017 – Parte II

Puedes leer la parte I pinchando aquí. 

Antes de continuar, felicitar a la organización, que tiene muy bien merecida esa etiqueta oro, muy bien la organización de la prueba, la organización de los cajones, los avituallamientos, genial el trabajo de los voluntarios, pero una mención especial a una ciudad y un público que se vuelcan con los corredores, que no paran de animar, y que salvo en contadas avenidas más periféricas, se agolpaban a ambos lados de la calzada para llevarte en volandas.

Con mis dos compis de Forrest Gump Team, y otros dos maratonianos
Las largas rectas, de entre uno y dos kilómetros seguían siendo la tónica habitual. En el tramo entre el kilómetro 15 y el kilómetro 24, volvíamos a pasar, pero en dirección contraria, casi por la misma zona que pasamos en el tramo de la salida al kilómetro 11. En el kilómetro 17, segunda inyección de adrenalina, entre el público se encontraban mi mujer y mi hijo, momento en el que oigo a mi mujer llamándome, y preguntándome cómo voy, y yo cierro el puño y levanto el pulgar, indicándole que todo está OK. Zancada a zancada, nos vamos acercando al punto que marca la mitad del recorrido, yo sigo notándome muy cómodo y llevando un ritmo bastante constante, y sigo con la misma practica de ir hidratándome en cada avituallamiento, sin beber en exceso, y alternando agua con bebida isotónica.

Llegados al punto que marcaba el Medio Maratón, ese que te marca que ya llevas la mitad del camino recorrido, pero que por otro lado te queda otro tanto por recorrer (vaso medio lleno o medio vacío), tocaba hacer una valoración del crono. El GPS, como siempre iba por delante, 1h 51´52”, ritmo medio de la carrera 5:18 min/km (5:18 min/km el ritmo entre el PK15 y el PK21,095), si valoraba esos datos estaba genial, ya que mi idea era pasar por ese punto en torno a 1h 52´ 30”, pero el punto real del Medio Maratón no me daba tantas alegrías, ya que el crono me marcó 1h 53´18”, ritmo medio de la carrera 5:22 min/km (5:22 min/km el ritmo entre el PK15 y el PK21,095), en este caso la valoración no era tan buena, ya que cedía 48” a lo que tenía previsto, aunque siendo realistas, tampoco era tan mala la diferencia.  

Con un conocido de Instagram y su compañero de club
Una vez pasamos el Medio Maratón decidí tomarme el segundo gel, y desconectar un poco haciendo un rápido cálculo mental, si era capaz de hacer la segunda parte igual que la primera me iría a un tiempo de 3h 46´36”, es decir salvo hecatombe, bajaría de las cuatro horas seguro, y por otro lado tenía un margen de 10 minutos para mejorar mi MMP de Sevilla, por lo que igual, salvo hecatombe mejoraría marca. Lo que buscaba de bajar de 3h 50´, también lo tenía en mi mano, o mejor dicho en mis piernas, y por último, el sueño más optimista, que era bajar de 3h 45´, se complicaba, aunque todavía era factible.

En este tramo volvíamos hacía la zona de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, es decir hacía la zona de meta, de la que nos alejaríamos, ya que aún quedaban unos 18 kilómetros para pisar la alfombra azul. En este punto la cantidad de público animando fue impresionante, y aquí tuve dos momentos de subidón, el primero poco antes del kilómetro 24, vi a mis compañeras de Forrest que ya habían acabado su carrera de 10 km, y estaban en ese punto animando, me acerqué a ellas, las saludé, choqué las manos y con el grito de “Vamos Forrest”, seguí adelante. Como un kilómetro más adelante, nuevo subidón, de nuevo mi mujer y el peque animando, grito de “Manuuu, ¿cómo vas?”, sonrisa y pulgar al aire, y es que en ese momento iba en volandas. De nuevo tocaba referencias, por el kilómetro 25 del GPS llevaba un tiempo de 2h 12´29”, ritmo de carrera 5:18 min/km (5:17 min/km el ritmo entre el PK21,095 y el PK25), paso real por el PK25 de 2h 14´21”, ritmo de carrera 5:22 min/km (5:23 min/km el ritmo entre el PK21,095 y el PK25).

Con mi prima, nueva maratoniana
Antes del kilómetro 25, y hasta pasado el kilómetro 27, todo era una recta, nos alejábamos de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, y nos acercábamos más al centro de la ciudad, dejando atrás las amplías rectas y entrando en calles más viradas, pero con bastante amplitud, y aunque parecía imposible, cada vez con más público, y es que era difícil ver en esa parte del recorrido un solo metro sin alguien animando. Además esa zona de Valencia la conozco de otras veces que visité la ciudad, y digamos que, al pasar por zonas conocidas, me sentía más en casa. Nuevo paso de referencia el kilómetro 30, 2h 39´06”, ritmo de carrera 5:18 min/km (5:19 min/km el ritmo entre el PK25 y el PK30), esto según el GPS, pero el paso real por el PK30 fue de 2h 41´ 34”, ritmo de carrera 5:23 min/km (5:27 min/km el ritmo entre el PK25 y el PK30). En este tramo el desfase ya empezaba a ser demasiado, y no sé si fue porque el GPS en la zona de calles más estrechas no tomaba bien las referencias o qué, pero el salto de desfase en esos cinco últimos kilómetros fue muy importante.

Llegaban los kilómetros en los que todo el mundo dice que empieza el Maratón, donde se empieza a notar el desgaste físico y mental acumulado, donde empiezas a visualizar la meta con más ganas, y donde los miedos empiezan a aparecer. Para mí, los kilómetros del 32 al 41, fueron 9 kilómetros que mentalmente se me hicieron muy duros por varios motivos; no veía los puntos kilométricos, ya no me fiaba de lo que me iba marcando el GPS, y los fantasmas del pasado aparecían en mi mente intentando hacer que parase. El kilómetro 32, que yo creo que es un punto clave, ya que desde ahí solo quedan 10 kilómetros, y todos los maratonianos tenemos más que dominada esa distancia, lo pasé según el GPS en 2h 50´11”, el PK32 real, el de la organización lo pasé en 2h 52´49”, en ese momento hice un cálculo, digamos conformista, y es que si decaía hasta hacer esos diez kilómetros finales a un ritmo de 6 min/km, sin duda bajaría de las cuatro horas, mejoraría la marca de Sevilla, pero no lograría bajar de las 3h 50´.

Mordiendo la medalla de finisher
A partir de ese PK32 empezaron los problemas, como os he dicho antes, desde el kilómetro 30 empecé a desconfiar mucho del GPS, el desfase era demasiado como para que las referencias fuesen fiables, y por otro lado, no sé si por la cantidad de gente o qué, pero no conseguía ver los kilómetros marcados por la organización, estar debían de estar, pero yo desde el 32 no vi ninguno hasta el 35, y para colmo, en ese momento yo pensaba que debería estar más o menos por el kilómetro 36, pero no, me encontré con el carte del PK35, y eso en cierto modo fue un mazazo. En ese PK35 el crono marcaba 3h 09´07”, a un ritmo de carrera de 5:24 min/km (5:31 min/km entre el PK30 y el PK35), los datos de paso del GPS los he visto a posteriori al descargar la información y fueron de 3h 06´23”, a un ritmo de carrera de 5:20 min/km (5:27 min/km entre el PK30 y el PK35).

Y tras ese PK35 más problemas, el hecho de ese kilómetro que yo pensaba que era el 36, pero en realidad era el 35, fue un mazazo, a eso, se juntó, que ya no vi un nuevo punto kilométrico hasta el 41, con lo que al no fiarme del GPS por el desfase, hice seis kilómetros prácticamente a ciegas, y para colmo mi mente decidió sacar los fantasmas del pasado. Mi mente no paraba de recordarme lo mal que lo pasé los últimos kilómetros del Maratón de San Francisco, por los problemas estomacales, y los últimos kilómetros del Maratón de Madrid, en el que los problemas con los isquiotibiales hicieron que tuviese que ponerme a andar dos kilómetros, y eso me pedía el cuerpo, ponerme a andar. Fueron varios kilómetros complicados, ya que me tocó luchar contra todo eso, para seguir adelante, por suerte de piernas iba bien, había bajado el ritmo, pero seguía yendo muy cómodo de piernas, y además mentalmente empecé a pensar en positivo, no había problemas estomacales, no había ningún tipo de molestia, y empecé a recordar esos entrenos con Adidas Runners en los que iba mal, pero aún así lograba ir con la gente de adelante, y todo eso me ayudó a comerme cada metro que me separaba de la meta.

Con los Forrest Gump Team
Como os he comentado antes, desde el PK35, no volví a ver otro cartel hasta el PK41, pero antes de pasar por ese cartel, por cuarta vez, mi mujer y mi hijo me dieron una inyección de adrenalina, estaban ahí, unos cientos de metros por delante del cartel, de nuevo animándome, mi mujer gritándome que ya tenía el quinto maratón, y en ese momento no me lo pensé dos veces, me fui hacía ellos, me paré, les abracé y les besé, los últimos kilómetros había corrido sin mirar el GPS, no sabía que margen de tiempo tenía, si es que lo tenía, para bajar de las 3h 50´, pero me daba igual el tiempo que perdiese en ese momento, o que luego me costase arrancar de nuevo, ellos forman parte de cada meta que cruzo, mi mujer se recorre cada ciudad haciendo su particular maratón, y sin duda se merecían esos segundos que yo les dediqué. A las piernas, tras el parón, les costó arrancar, pero me obligué a forzarlas y tirar para adelante, ya estaba pasando junto al PK41, miré el crono, y sonreí, marcaba 3h 43´01”, me quedaba 1,195 km para acabar, y tenía siete minutos de margen para mi objetivo, bajar de las 3h 50´, así que más que nunca empecé a ir en volandas, más aún, cuando más adelante vi el cartel de “900 metros para meta”, y tras él empezamos a entrar en el recinto de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

Los metros finales fueron increíbles, muchísimo público a cada lado de la valla, y yo disfrutando de cada zancada, con muchas imágenes en la mente, los entrenamientos, las metas de los otros dos maratones del año 2017, y así hasta llegar a la alfombra azul, en ese momento se te va todo de la cabeza, te dejas llevar, miré a las gradas y les aplaudí dando las gracias por el apoyo de la ciudad durante todo el Maratón, levanté la mano abierta, cinco dedos, uno por cada Maratón, miré al cielo y le lancé un beso a mi ángel de la guarda particular, y sobre todo, me emocioné, disfrutando de cada metro de alfombra azul que recorría, acercándome a la meta, y cruzándola con un gesto de rabia, liberando toda la tensión acumulada.



El tiempo final del GPS fue de 3h 49´34” (el desfase final del GPS respecto al kilometraje real fue de 575 metros, ya que me marcó 42,770 metros), pero el bueno, el de la organización fue de 3h 49´30”, a un ritmo de carrera de 5:26 min/km, consiguiendo bajar en 6´31” mi mejor marca, la que obtuve nueve meses antes en el Maratón de Sevilla. Pero más allá de todo eso, lo realmente importante es que había cruzado la meta de mi quinto Maratón, el tercero de 2017.

Tras cruzar la meta, y avanzar unos metros, la emoción me pudo, y empecé a llorar. Llamé a mi mujer, pero prácticamente no podía ni hablar, y ya tras recoger la medalla, el plástico y el avituallamiento final, llamé a mi madre, que como todas las madres siempre se preocupa, para que supiese que ya había acabado.

Mis datos en el Maratón
Según los datos de la organización, acabaron la prueba 16.172 corredores, que el ganador masculino fue Sammy Kirop Kitwara, con un tiempo de 2h 05´15”, siendo record de la prueba, y en mujeres, ganó Aberu Mekuria Zennebe con un tiempo de 2h 26´17”.

Comentaros antes de acabar, que mis dos compañeros de Forrest, así como mi prima y su marido, todos debutantes en el Maratón, cruzaron la meta en la Ciudad de las Artes y las Ciencias, convirtiéndose en maratonianos. Y por supuesto, como siempre, muchas gracias por las muestras de apoyo y las felicitaciones, en especial a mi mujer, que este año se ha recorrido tres ciudades con el niño, para verme en el mayor número de puntos posible, no me cansaré de repetir, que cada medalla finisher, en gran parte se la debo a ella.

Con mi mayor fan

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