Hace
unos meses, cuando iba a empezar la preparación del Maratón de Madrid, que empalmaba
con la preparación del Maratón de Sevilla, el fisio me dijo que tuviera cuidado
con la fractura por estrés, que en general en los deportistas era más habitual de lo que nos imaginábamos, y
que en los corredores en particular, por la repetición del impacto, es una lesión más común de
lo que creemos. Y como todo en esta vida, una vez que oyes hablar de algo, y le
pones un poco de atención, te encuentras que varios conocidos de las redes
sociales sufren o han sufrido ese tipo de lesión.
La
factura por estrés, realmente es una fractura incompleta del hueso, que suele
ser causada por una tensión acumulada, debido a una sobrecarga reiterada de los
huesos, y que lógicamente, a los corredores les suele suceder en los huesos de
las piernas o de los pies, y por desgracia, es una lesión difícil de diagnosticar
con prontitud y con certeza.
La
dificultad de su diagnóstico se debe, a que no se producen por un impacto, ni
un suceso en especial, sino que son causadas por una repetición continua de un
determinado impacto, y parecen llegar de improvisto en una carrera o
entrenamiento, y una vez aparecen, en una radiografía solo se aprecia como una
astilla o una grieta muy pequeña en el hueso.
Como
os he indicado anteriormente, en los corredores las zonas con más riesgo de fractura
por estrés son los huesos de la pierna y del pie, y dentro de ellos podemos
destacar los metatarsos del pie, en especial el quinto metatarsiano, el maléolo
interno del tobillo, y la tibia.
Para
saber a qué se debe la fractura por estrés, antes debemos saber que los huesos
necesitan de un descanso para repararse a sí mismos tras la tensión sufrida
durante el entrenamiento. Nuestro cuerpo necesita adaptarse, por lo que si en
un espacio corto de tiempo, aumentamos la duración, intensidad y/o frecuencia
de nuestro entrenamiento, aplicaremos a nuestros huesos una tensión
extraordinaria, que puede agotar la capacidad del hueso de autorepararse, por
lo que empezaremos a sentir una leve molestia, e incluso una posible
inflamación en la zona, la cual acabará convirtiéndose en una fractura por
estrés si continuamos aplicando tensión a los huesos.
Las
causas de las fracturas por estrés, lamentablemente, no se van a deber solo a
una mala planificación de nuestros entrenamientos, ya que puede ser debida a
otros tipos de causas, como pueden ser:
1.-
Mala técnica de carrera.
2.-
Descompensación muscular.
3.-
Baja densidad ósea, lo cual se suele dar en corredores veteranos.
4.-
Cambios bruscos de la superficie por la que corremos.
5.-
Mala nutrición, poco aporte de calcio y fósforo en nuestra alimentación.
Como
todas las lesiones, en nuestra mano tenemos la posibilidad de tomar medidas de
prevención, y a continuación os indico una serie de consejos bastante útiles
para evitar la fractura por estrés:
1.-
El cuerpo se adapta a los entrenamientos, por lo que debemos planificar bien
los entrenamientos, realizando un aumento de kilómetros, intensidad y duración de
manera gradual.
2.-
Buen material deportivo, en este caso, llevar un calzado apropiado para nuestro
peso, kilómetros y pisada. En este caso un buen análisis biomecánico es muy
recomendable.
3.-
No hay estudios que prueben que las fracturas por estrés se den más en
corredores de superficies duras que en corredores de superficies blandas, pero
sí que se indica que es recomendable evitar los cambios bruscos de superficies.
4.-
Los músculos fuertes protegerán mucho mejor a nuestros huesos, además de
absorber mejor los impactos, por lo que es muy recomendable realizar ejercicios
de fuerza en nuestra rutina de entrenamiento.
5.-
Realizar una buena alimentación, ingiriendo suficientes calorías, nutrientes y
aportando los valores de calcio adecuados.
6.-
Mejorar nuestra técnica de carrera y hacer trabajo de propiocepción.
En
el caso de que tengamos la mala suerte de sufrir una fractura por estrés, la
primera premisa es muy clara, no podemos seguir corriendo. Lo ideal es que si
sentimos dolor al correr, y además también tenemos molestias al estar de pie,
paremos y vayamos a ver a un especialista, ya que la fractura por estrés no
tiene término medio, o el semáforo está en verde, o está en rojo. Llegado el
caso, tendremos que guardar reposo, y el tiempo dependerá de dos factores, la
gravedad de la fractura y en qué hueso se ha producido, ya que por ejemplo,
una fractura en un metatarsiano curará más lentamente que una fractura en la
tibia. Durante la recuperación tendremos prohibido todo ejercicio de impacto,
pero podremos practicar otros deportes como la natación.
Una
vez recuperados de la fractura deberemos ser conservadores, empezaremos a
probar a andar, si no notamos molestias ni al andar ni al estar de pie, podemos
probar a trotar un poco, y podremos pasar a correr siempre y cuando no notemos ninguna molestia, ya que
en caso contrario deberemos parar. Una vez estemos totalmente recuperados
deberemos hacer un plan de entrenamientos en el que vayamos aumentando el
kilometraje poco a poco.
Y
como siempre os digo, ante una lesión o molestias, lo mejor es acudir a vuestro
fisioterapeuta o al médico especialista.
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