domingo, 26 de mayo de 2019

XII Carrera Liberty 2019

Un año más acudí a mi cita con la carrera Liberty, y con ello ya van seis ediciones, desde que la corrí por primera vez en 2014, es una carrera fija en mi calendario, y junto al Derbi de las Aficiones y el Medio Maratón de Madrid, son las únicas carreras en las que año tras año participo. 

La carrera Liberty, es una carrera solidaria, muy enfocada en la integración de las personas discapacitadas en el mundo del deporte, y por ello, hay carrera de 10 km para Hand Bikes, para silla de ruedas, y además al finalizar, y antes de las carreras infantiles, está la carrera de la superación. 

Este año al igual que el pasado, la retirada del dorsal se hizo en el ABC Serrano, separada por intervalos de dorsales, y muy fluida. Bolsa del corredor muy pobre, solo la camiseta, y un folleto de publicidad, y ya ni siquiera las bolsas son gymsack, directamente una bolsa de plástico. 


Después de seis años, el recorrido es más que conocido para mí. Empezamos con una bajada de casi dos kilómetros, hasta que llegamos a la Plaza de Cibeles, donde encaramos el Paseo de Recoletos, y se deja atrás el terreno favorable. Luego Paseo de la Castellana, y Avenida de Concha Espina, donde está el tramo más duro. A partir de ahí, zona de toboganes, con terreno bastante favorable, hasta que dentro del último kilómetro encaramos la subida de la calle Goya, que nos lleva a la meta. 


Tras el EDP Medio Maratón, me tomé una semana de descanso, y tras ello he retomado los entrenamientos, bajando un poco los kilómetros, pero intentando seguir manteniendo la intensidad, para no perder la chispa, aunque debo reconocer que me está costando un poco. Aún así, en la línea de salida me planté con la idea de mejorar el tiempo del año anterior, que fue de 48´18”. 

A la salida me fui con compañeros de Adidas Runners Madrid, y nos fuimos distribuyendo por los distintos cajones de salida, en mi caso, me coloqué en el cajón de 45´con varios compañeros, aunque luego cada uno nos colocamos dentro del cajón más adelante o más atrás. Lo de los cajones de salida, con entrada libre, es un cachondeo, y una falta de respeto tremenda, y es que a los pocos metros de salir adelanté a una persona que ya iba andando. 


Los dos primeros kilómetros son terreno favorable, y bastante rápidos, lo único malo es el tener que ir esquivando corredores, pero en esta ocasión me pegué bastante a la izquierda, y conseguí llevar un ritmo bastante homogéneo, pasando por el PK 2 con un tiempo de 9´05”, haciendo esos dos kilómetros en 4´38” y 4´27”. También es una parte del recorrido que es bastante bonito, pasando junto a Retiro, Puerta de Alcalá, Palacio de Correos, Casa de América y plaza de Cibeles. 

En el Paseo de Recoletos, dejando atrás el terreno favorable, tomé como referencia a un compañero de Adidas Runners Madrid, que estaba unos metros por delante de mí, y decidí mantener su ritmo, así no me limitaría a dejarme llevar por un ritmo cómodo, sino que saldría de esa zona de confort y mantendría un ritmo más vivo. 


En el Paseo de la Castellana se encuentra el avituallamiento, y el PK5, por el que pasé con un tiempo de 23´37”, haciendo los kilómetros 3, 4 y 5 casi a un ritmo constante, 4´50”, 4´50” y 4´52”. Mi idea inicial era no irme por encima de los 5 min/km en ese tramo, así que lo había conseguido con margen. 

Cuando hacemos el giro de 90º con el que dejamos el Paseo de la Castellana, el recorrido te da un respiro, hay un tramo favorable, por lo que antes de empezar la corta, pero dura subida de Concha Espina, vi que me encontraba bien de piernas, y decidí apretar el ritmo. La subida la hice a un ritmo cómodo, y he de reconocer que me costó más cuando coroné Concha Espina, el volver a retomar la respiración y avivar el ritmo, que lo que fue la subida en sí misma. Por el PK 7 pasé en 32´56”, haciendo el kilómetro 6 en 4´24”, y el kilómetro 7, en 4´55”, siendo el peor kilómetro en ritmo de toda la carrera, sin duda se nota que es donde se encuentra lo más duro de Concha Espina, y el tramo donde me costó volver a coger el ritmo. 

Ya en el terreno favorable, aunque con sus toboganes, volví a coger un ritmo bueno, me encontraba muy bien de piernas y con bastante buenas sensaciones, por lo que decidí apretar el ritmo, haciendo el kilómetro 8 en 4´27”. 

En el kilómetro 9, llegó mi momento desconexión, ese tramo en el que me dejo llevar, y voy con un ritmo cómodo en lugar de apretar los dientes, cosa que cambió cuando vi que ya estaba en el último kilómetro, momento en el que desperté del letargo, y volví a apretar el ritmo, intentando no ceder mucho en el tramo final de subida que hay en la calle Goya, y ya casi hasta que cruzas la línea de meta. 


El kilómetro 9 lo hice en 4´35”, y el kilómetro 10 en 4´36”, cruzando la meta con un tiempo de 46´34”. Por lo tanto, había conseguido lo que me había propuesto, mejorar el tiempo de 48´18” del 2018, aunque para mi sorpresa, había ido mejor de lo esperado, ya que lo había mejorado en 1´44”´. 

 
Luego llegó el turno de la carrera de la superación, y de las carreras infantiles, en donde este año debutaban mis dos sobrinas de seis y cuatro años (que ya han dicho que quieren repetir), y donde el peque corría por cuarta vez en la Liberty, para un total de once carreras en sus cuatro años y medio.


miércoles, 15 de mayo de 2019

EDP Rock´n´Roll Madrid Medio Maratón 2019

El pasado sábado 27 de abril participé en mi segundo medio maratón del año, de nuevo en Madrid, misma ciudad, misma distancia, pero para mí entender un recorrido bastante más complicado que el del Movistar Medio Maratón, de tres semanas antes. 


Este año al ser la carrera en sábado, supuso que fuese a la feria del corredor el jueves, tras trabajar, para evitar la más que probable aglomeración del viernes. Esto también supuso que no fuese, como en todas las ocasiones, acompañado de mi mujer y el peque, por otro lado, me dio la posibilidad de acudir a un entrenamiento que organizó Adidas Runners, saliendo desde la feria del corredor. 

El día de la carrera, quedé en el ropero con Dani, con el que llevaba tiempo sin coincidir, también nos encontramos con María, que se encontraba antes su décimo Maratón, además de encontrarnos también con Jesús, todos ellos conocidos gracias a Instagram. 

Semanas antes, en la salida del Movistar Medio Maratón, estaba muy confiado, y con la esperanza de conseguir bajar de 1 hora 40 minutos, pero en esta ocasión, no tenía tanta confianza, más bien tenía dudas, y es que la alergia, la semana santa, un poco de hacer el vago en los últimos entrenamientos, y un recorrido rompepiernas, no hacían presagiar una buena carrera, así que desde el principio opté por dejarme llevar por el ritmo de las piernas, sin imponerme ningún ritmo, ni ningún reto de marca. 

La salida se toma al principio del Paseo de la Castellana, y se llega hasta las cuatro torres, siempre subiendo, con algunos falsos llanos que daban un pequeño respiro, un terreno más que conocido, y en el que sabía cuando podía apretar un poco más, o cuando no forzar en exceso, para no quemar energías antes de tiempo. A pesar de que la salida se hace por cajones de tiempos, el juntarnos en la salida los corredores del Medio Maratón, y del Maratón, hace que haya corredores con distintas metas, lo que supone distintos ritmos, y que no fuese una salida del todo fluida. 

Los primeros kilómetros de la carrera, me encontré bastante cómodo, me pegué a la izquierda, e iba adelantando corredores, y eso a pesar de que en mi mente estaba más preocupado de no quemar energías antes de tiempo, que de ir a un ritmo rápido. Por el PK5 pasé en un tiempo de 24´51”, a un ritmo de 4:58 min/km. 

Al llegar a las cuatro torres, hacíamos un giro de 180º, comenzando con algo de terreno favorable, aunque la alegría dura poco, ya que llegando a Plaza Castilla, se encuentra el primer punto de avituallamiento, el cual, ya se por experiencia que es un poco caótico, muchos corredores, todos muy juntos tras la subida, y muchos que en esos momentos se olvidan que no están solos y se cruzan de un lado a otro como pollos sin cabeza, poniendo en peligro su integridad, y la de los demás corredores. 

A partir del PK6 empieza un terreno más favorable, y a pesar de los kilómetros de constante subida que habíamos hecho, notaba las piernas bien, y pidiendo algo más de ritmo, por lo que empecé a hacer kilómetros por debajo de 4´45”, e incluso llegando a hacer el kilómetro 8 en 4´26”. En esos momentos las piernas me pedían ir más rápido, pero la cabeza me decía que no había llegado en plena forma, y aún quedaban muchos kilómetros, y una parte bastante rompepiernas, con muchos toboganes. Por el PK10, pasé en un tiempo de 48´06”, a un ritmo de 4:49 min/km, haciendo el tramo del PK5 al PK10 a 4:39 min/km. 

Los siguientes kilómetros el ritmo seguía siendo bastante bueno, me notaba muy bien de piernas, y los ritmos estaban por debajo de 4´40”, estaba llevando bastante bien la zona de toboganes, no afectándome mucho al ritmo las subidas, y acelerando en las bajadas, siendo el mejor kilómetro el 13, que me salió a un ritmo de 4´30”, no así los dos siguientes kilómetros, donde noté que el terreno se empinaba y pasé a hacerlos por encima de 4´55”. Por el PK15 pasé con un tiempo de 1h 11´52”, a un ritmo de 4:48 min/km, haciendo el tramo del PK10 al PK15 a 4:46 min/km. 

El kilómetro 16 es una recta en continua subida, que discurre por la calle Velázquez, no guardaba muy buen recuerdo de ese kilómetro del año pasado, ni de hace dos años cuando hice el Maratón, y pasábamos por ahí en torno al kilómetro 40. Este año no estaba dispuesto a qué me pasase lo mismo, así que me mentalicé para no dejarme llevar, e intentar no ceder mucho, pero aún así me salió un ritmo de 5´06” en ese kilómetro. 


También como el año pasado, el kilómetro 17 se hace especial, ya que es el momento en el que se separan las dos carreras, los corredores del Maratón giran a la derecha, mientras que los del Medio Maratón seguimos nuestro camino recto, dirigiéndonos ya a la meta. 

Los siguientes kilómetros fueron un poco, quiero y no puedo, quería acelerar el ritmo, aprovechar que el terreno era favorable, pero en ese momento noté que las piernas no daban más de sí, que no eran capaces de llevar el ritmo que hubiese podio llevar con un poco más de entrenamientos. Por el PK20 pasé en 1h 36´10”, a un ritmo de 4:49 min/km, haciendo el tramo del PK15 al PK20 a un ritmo de 4:52 min/km. 


La recta de meta la encaré muy satisfecho, con la sensación de haber dado todo, y de haber disfrutado de la carrera. Poco antes de entrar en meta, se encontraba mi mujer con el peque, les saludé, y me dieron el empujón necesario para encarar los últimos metros, cruzando la meta en un tiempo de 1h 41´27”, a un ritmo de 4:49 min/km, y lo que marca la mejoría con respecto al año pasado, es que hice 3´49” menos que en 2018. 

Este año he cambiado la forma de entrenar, menos kilómetros, pero con más intensidad, buscando de esta forma quitarme los kilómetros basura, e intentando llegar menos cargado de kilómetros, y parece que el cambio ha funcionado, ya que en los dos medios maratones de Madrid, he mejorado mis marcas anteriores, y me he acercado bastante a ser sub 1h 40´.