domingo, 23 de febrero de 2020

We Run Parla 2020

El pasado domingo participé en una nueva carrera, la We Run Parla 2020, una carrera que me resulta muy conocida, ya que era la cuarta vez que participaba, la cual denominan como el 10K más rápido de Madrid, pero que no es así, por mucho que te lo pongan en la publicidad, y lo repita el spiker a lo largo de la carrera. 


Para mí, lo bueno de esta carrera, es que es cerca de mi casa, no hay que madrugar, ya que es a las 10 de la mañana, el recorrido es bastante llano, no es una carrera muy masificada, acaba en pista de atletismo, te dan medalla, y su precio no llega a diez euros. Que no sea una carrera masificada se agradece en la recogida de dorsales, ya que no hay nada de esperas, y su precio económico se nota en la bolsa del corredor solo lleva camiseta y publicidad, por el contrario, como he comentado anteriormente, dan medalla finisher. 

La carrera es por un circuito urbano, sin ningún atractivo, algo estrecho en sus primeros kilómetros, en los que o vas esquivando corredores, o retrovisores de coches, o te subes a las aceras, y eso a pesar de no ser una carrera masificada. El recorrido en su mayoría es llano, solo con una ligera subida en el kilómetro 3, y con los últimos dos kilómetros que pican un poco hacia arriba. La animación también es escasa, solo al inicio de la carrera, luego en torno al kilómetro 3, y al final. 

 
Llevo un comienzo de año un poco raro, sin una meta en mente, que me motive, por lo que al final estoy haciendo kilómetros, pero sin intensidad, y aunque no noto mal las piernas, si me veo mal de cabeza, sin la motivación necesaria para apretar, así que en la línea de salida me planté con la sola idea de cruzar una meta más, y de no hacer mucho peor tiempo que en 2019, que fue de 46´03”. 

En esta carrera coincidí, como en años anteriores, con mi primo y su mujer, la idea de él era acompañar a su mujer, y me dijo de hacer la carrera con ellos, su ritmo iba a ser en torno a 6 min/km, por lo que decliné la oferta, no estaba muy motivado con la carrera, pero tampoco me apetecía irme a una hora para hacer lo diez kilómetros. 


Como acredité la marca del Derbi de las Aficiones, estaba en el cajón de menos de 45´, una vez dentro del cajón me situé por la parte central, y pegado a la derecha, no iba a ir a ritmo de menos de 45´, por lo que no quería molestar a otros corredores, y menos aún en los primeros kilómetros que se hacen por la zona más estrecha. 

El primer y el segundo kilómetro son los más estrechos, no hay espacio suficiente en la calzada para todos los corredores, intenté hacer el mayor número de metros por la calzada, pero finalmente tuve que subir a la acera, lo cual es un inconveniente, ya que tienes que ir esquivando mobiliario urbano, además de tener que subir y bajar bordillos, y que te ves en el lado izquierdo de la calle, cuando al final de esta haces un giro a la derecha. El primer kilómetro lo hice en 4´47”, y el segundo en 4´45”, pasando por el PK2 en 9´32”. 

 
En el tercer kilómetro el recorrido cambia, empezamos a correr por zonas más anchas, además hay una recta en la que se agolpa bastante público, y es donde siempre se pone mi mujer y el peque para animar, lo cual se agradece, ya que en esa zona es donde se encuentra el único punto complicado de la carrera, no es que sea una subida dura, pero en un recorrido tan llano, se nota esa pequeña subida. Por el PK3 pasé con un tiempo de 14´18”, es decir, ese kilómetro lo hice en 4´46”. 

Tras la subida, hicimos un giro a la derecha, y a partir de ese punto, empezamos a bajar los metros que habíamos subido anteriormente, y que al igual que no es una dura subida, tampoco es que sea una bajada con mucha pendiente. En esa bajada se encuentra el PK4, en una avenida amplía en la que haces ida y vuelta, tras hacer un giro de 180º en una glorieta. El kilómetro 4 lo hice en 4´41”, y el kilómetro 5 en 4´43”, pasando por la mitad de la carrera con un tiempo de 23´42”. 

 
Las sensaciones a esas alturas no eran malas, me encontraba bien de piernas, de respiración, me sentía cómodo en el ritmo, y sentía que tenía margen para apretar más, pero seguía sin la motivación necesaria como para meter más intensidad a las piernas, y menos con el recorrido que tenía por delante. 

Los siguientes kilómetros son un continuo zigzag, en poco más de dos kilómetros y medio se hacen hasta once giros de 90º, lo cual no ayuda, vas corriendo a tirones, por lo que opté por intentar mantener el ritmo y sobre todo no salirme de la carrera mentalmente, y en eso me ayudó el Garmin, que en un par de ocasiones me pitó indicando que el ritmo era de más de 5 min/km. El kilómetro 6 lo hice en 4´46”, y el kilómetro 7, fue el peor de la carrera y lo hice en 4´48”. 

 
Una vez acabada la zona de curvas de 90º, pasábamos por una zona más ancha, decidí apretar un poco el ritmo, tampoco es que fuese al límite de mis posibilidades, pero si que le metí un poco de más intensidad a las piernas, y si anteriormente había hecho el peor kilómetro de la carrera, en esta ocasión hice el mejor de todo el recorrido, pasando por el PK8 en 37´58”, haciendo ese kilómetro en 4´34”. 

Los dos últimos kilómetros intenté mantener el ritmo, en un momento pensé en apretar un poco más, pero la verdad es que no me apetecía, a esas alturas de carrera poco podía adelantar ya, así que me limité a recorrer la distancia que me quedaba, para cruzar mi meta número 46 en un 10K. Esos dos últimos kilómetros los hice en 4´38”, el kilómetro nueve, y en 4´37” el kilómetro 10. 

 
En meta el tiempo fue de 47´05”, es decir, el año pasado fui a esta carrera súper motivado, y la hice en 1´02” menos que este año pasado, lo que supone más de 6” por kilómetro, y esa es la diferencia entre ir a una carrera con o sin motivación. 


domingo, 2 de febrero de 2020

Fundación Real Madrid 2020

El 26 de enero fue el día de mi primera carrera de 2020, y la elegida, al igual que el año pasado, fue la Carrera Fundación Real Madrid, una carrera que supone un buena toma de contacto tras las navidades, y todo lo que suponen esas fechas de excesos. 

El año pasado la entrega de dorsales se hizo en el Centro Comercial La Esquina del Bernabéu, pero este año como están con las obras de remodelación del estadio, lo trasladaron al Palacio de Cristal, y como no es una carrera de una participación multitudinaria, el acceso y la recogida del dorsal fue muy fluida. En la bolsa del corredor, chicles, barrita energética, crema de manos y la camiseta, todo en un Gymsak, no nos podemos quejar, teniendo en cuenta como vienen últimamente las bolsas del corredor. 

Este año han cambiado el recorrido, el año pasado salimos desde el Estadio Santiago Bernabéu, y en esta ocasión lo hicimos desde la Plaza de la Lealtad, junto al Paseo del Prado, subimos hasta el estadio, lo bordeamos, subimos Concha Espina, y volvimos por Príncipe de Vergara, Serrano, Plaza de Cibeles y de nuevo a la Plaza de la Lealtad. Una carrera dura, donde estás subiendo más de cinco kilómetros, siendo el resto del recorrido una zona de toboganes, con bastante terreno favorable, aunque con las piernas castigadas de los kilómetros anteriores. 

 
Este año he empezado poco motivado, aún no tengo planificada la temporada, no he encontrado una meta que me motive especialmente, y eso en mi caso hace que no esté entrenando, sigo corriendo, sigo saliendo tres días en semana, pero salgo a correr, no ha entrenar, no pongo intensidad en mis kilómetros, aún así en la línea de salida me presenté con la idea de no irme por encima de los 47´. 

A la salida me fui con compañeros de Adidas Runners Madrid, en esta carrera no hay cajones de salida, así que nos fuimos distribuyendo entre la gente como cada uno pensó. En mi caso, me quedé con un compañero, su idea era hacer la subida a 4:45 min/km, y a partir de ahí apretar más, así que le dije que haría la primera parte con él, y después lo que me diesen las piernas. 

 
La salida fue lenta, llegó incluso a hacerse un tapón que nos frenó bastante, así que en cuanto la carrera se ensanchó un poco, nos dedicamos a esquivar corredores e ir adelantando, aún así el primer kilómetro nos salió a 5´03”, más lento de lo esperado, y en el segundo, aunque mejoramos algo el ritmo, tampoco estábamos en el ritmo planeado, ya que lo hicimos en 4´53”. 

Pegado a mi compañero de Adidas Runners Madrid, seguí avanzando por el Paseo de la Castellana y acercándome al ritmo que nos habíamos propuesto, ya que el tercer kilómetro lo hicimos en 4´48” , iba bastante cómodo, cogiendo ritmo, hasta que llegamos a una parte del recorrido que se me atragantó, fue el tramo entre Nuevos Ministerios y el Estadio Santiago Bernabéu. En ese tramo las piernas no me iban bien, me costaba la zancada, y empecé a ceder metros con mi compañero, aunque intenté no perder su referencia para no caer en un ritmo cómodo, y ceder más de lo que quería, más o menos lo conseguí, y el kilómetro cuatro lo hice en 4´52”. 


Pasado el kilómetro cuatro giramos a la derecha, y bordeamos el Estadio Santiago Bernabéu, momento en el que el recorrido nos dio un respiro, siendo un terreno más favorable, pero eso solo era un espejismo, ya que tras un giro a la izquierda nos encontramos con la subida de la Avenida Concha Espina, ya bastante conocida por mí, pero eso no la hace menos dura. Durante la subida se encuentra el paso por el PK5, por el que pasé con un tiempo total de 24´13”, haciendo el kilómetro cinco en 4´37”, para un ritmo de 4:51 min/km para esa mitad de carrera. 

La Avenida de Concha Espina es una subida corta, pero dura, en ese punto ya había perdido la referencia de mi compañero, así que me puse un ritmo cómodo para realizar la subida, pero intentando no perder mucho ritmo. Una vez coronada, y recuperado el ritmo de la respiración, era momento de recuperar un ritmo más alegre, aunque la verdad es que puedo estar contento del ritmo durante la subida, ya que el kilómetro seis lo hice en 4´42”. 


Llegaba el terreno favorable, aunque con sus toboganes, de piernas me veía bien, pero no así de cabeza, como he dicho anteriormente, no estoy motivado, y eso hizo que en carrera, a pesar de sentirme bien, fuese más frenado de lo que las piernas querían, es por ello que los kilómetros siete, ocho y nueve, en lugar de apretar los dientes, me dejase llevar por un ritmo cómodo, haciendo esos kilómetros en 4´34” el séptimo, en 4´34” el octavo, y en 4´30” el noveno. 

Tras el paso por el PK9, cabeza y piernas se pusieron de acuerdo, y apreté un poco más el ritmo, fue un momento en el que me demostré que aunque no esté motivado, las piernas siguen respondiendo si les aprieto un poquito, haciendo ese último kilómetro en 4´15”, cruzando la meta en 46´48”. Consiguiendo estar por debajo del tiempo que me había marcado en la salida, que era de 47´.