El 26 de enero fue el día de mi primera carrera de 2020, y la elegida, al igual que el año pasado, fue la Carrera Fundación Real Madrid, una carrera que supone un buena toma de contacto tras las navidades, y todo lo que suponen esas fechas de excesos.
El año pasado la entrega de dorsales se hizo en el Centro Comercial La Esquina del Bernabéu, pero este año como están con las obras de remodelación del estadio, lo trasladaron al Palacio de Cristal, y como no es una carrera de una participación multitudinaria, el acceso y la recogida del dorsal fue muy fluida. En la bolsa del corredor, chicles, barrita energética, crema de manos y la camiseta, todo en un Gymsak, no nos podemos quejar, teniendo en cuenta como vienen últimamente las bolsas del corredor.
Este año han cambiado el recorrido, el año pasado salimos desde el Estadio Santiago Bernabéu, y en esta ocasión lo hicimos desde la Plaza de la Lealtad, junto al Paseo del Prado, subimos hasta el estadio, lo bordeamos, subimos Concha Espina, y volvimos por Príncipe de Vergara, Serrano, Plaza de Cibeles y de nuevo a la Plaza de la Lealtad. Una carrera dura, donde estás subiendo más de cinco kilómetros, siendo el resto del recorrido una zona de toboganes, con bastante terreno favorable, aunque con las piernas castigadas de los kilómetros anteriores.
Este año he empezado poco motivado, aún no tengo planificada la temporada, no he encontrado una meta que me motive especialmente, y eso en mi caso hace que no esté entrenando, sigo corriendo, sigo saliendo tres días en semana, pero salgo a correr, no ha entrenar, no pongo intensidad en mis kilómetros, aún así en la línea de salida me presenté con la idea de no irme por encima de los 47´.
A la salida me fui con compañeros de Adidas Runners Madrid, en esta carrera no hay cajones de salida, así que nos fuimos distribuyendo entre la gente como cada uno pensó. En mi caso, me quedé con un compañero, su idea era hacer la subida a 4:45 min/km, y a partir de ahí apretar más, así que le dije que haría la primera parte con él, y después lo que me diesen las piernas.
La salida fue lenta, llegó incluso a hacerse un tapón que nos frenó bastante, así que en cuanto la carrera se ensanchó un poco, nos dedicamos a esquivar corredores e ir adelantando, aún así el primer kilómetro nos salió a 5´03”, más lento de lo esperado, y en el segundo, aunque mejoramos algo el ritmo, tampoco estábamos en el ritmo planeado, ya que lo hicimos en 4´53”.
Pegado a mi compañero de Adidas Runners Madrid, seguí avanzando por el Paseo de la Castellana y acercándome al ritmo que nos habíamos propuesto, ya que el tercer kilómetro lo hicimos en 4´48” , iba bastante cómodo, cogiendo ritmo, hasta que llegamos a una parte del recorrido que se me atragantó, fue el tramo entre Nuevos Ministerios y el Estadio Santiago Bernabéu. En ese tramo las piernas no me iban bien, me costaba la zancada, y empecé a ceder metros con mi compañero, aunque intenté no perder su referencia para no caer en un ritmo cómodo, y ceder más de lo que quería, más o menos lo conseguí, y el kilómetro cuatro lo hice en 4´52”.
Pasado el kilómetro cuatro giramos a la derecha, y bordeamos el Estadio Santiago Bernabéu, momento en el que el recorrido nos dio un respiro, siendo un terreno más favorable, pero eso solo era un espejismo, ya que tras un giro a la izquierda nos encontramos con la subida de la Avenida Concha Espina, ya bastante conocida por mí, pero eso no la hace menos dura. Durante la subida se encuentra el paso por el PK5, por el que pasé con un tiempo total de 24´13”, haciendo el kilómetro cinco en 4´37”, para un ritmo de 4:51 min/km para esa mitad de carrera.
La Avenida de Concha Espina es una subida corta, pero dura, en ese punto ya había perdido la referencia de mi compañero, así que me puse un ritmo cómodo para realizar la subida, pero intentando no perder mucho ritmo. Una vez coronada, y recuperado el ritmo de la respiración, era momento de recuperar un ritmo más alegre, aunque la verdad es que puedo estar contento del ritmo durante la subida, ya que el kilómetro seis lo hice en 4´42”.
Llegaba el terreno favorable, aunque con sus toboganes, de piernas me veía bien, pero no así de cabeza, como he dicho anteriormente, no estoy motivado, y eso hizo que en carrera, a pesar de sentirme bien, fuese más frenado de lo que las piernas querían, es por ello que los kilómetros siete, ocho y nueve, en lugar de apretar los dientes, me dejase llevar por un ritmo cómodo, haciendo esos kilómetros en 4´34” el séptimo, en 4´34” el octavo, y en 4´30” el noveno.
Tras el paso por el PK9, cabeza y piernas se pusieron de acuerdo, y apreté un poco más el ritmo, fue un momento en el que me demostré que aunque no esté motivado, las piernas siguen respondiendo si les aprieto un poquito, haciendo ese último kilómetro en 4´15”, cruzando la meta en 46´48”. Consiguiendo estar por debajo del tiempo que me había marcado en la
salida, que era de 47´.
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