lunes, 13 de agosto de 2018

Maratón de Berlín, quinta semana de entrenamientos

Esta semana hemos llegado a la mitad del plan, momento en el que se pueden empezar a sacar algunas conclusiones, por lo menos respecto a los entrenamientos, porque desde luego las verdaderas conclusiones no las podré sacar hasta el próximo 16 de septiembre, cuando me enfrente al Maratón de Berlín.



Lo primero, es que a pesar de estar cargando la semana con más entrenamientos, y más kilómetros, no me estoy notando más cargadas las piernas, también es cierto que una de las sesiones extra es entrenamiento cruzado, optando en esa sesión por la elíptica y por nadar, y la otra sesión extra es un rodaje de 6 kilómetros, que supone poco más de 35´ a ritmo suave.

Para evitar la sobrecarga, intento hacer entre dos o tres sesiones de foam roller, no es un masaje de descarga como tal, pero la verdad es que a mí me ayuda bastante a relajar los músculos y a tratar los posibles puntos gatillo que vayan saliendo por la carga de kilómetros.

Además, como os comenté iba a empezar a usar un suplemento recuperador y pastillas de sales para los entrenamientos. El primero lo tomo tras la sesión de fartlek y tras la sesión de fondo, las sales las tomo una hora antes de salir a hacer la sesión de rodaje larga, la sesión de fartlek y la sesión de fondo. Debo decir que no sé si es psicológico, pero realmente noto que ayudan, el primero a recuperarme bien tras entrenamientos duros y/o intensos, y el segundo a evitar la deshidratación, que en esta época es un grave peligro.

El calor sí que me está afectando en este plan, sobre todo en la cuarta semana que fue horrible, saliendo a entrenar a las ocho de la tarde y con 38º, las piernas no dan todo lo que deberían, pero es algo que hay que asumir, y adaptarte lo mejor que puedes a ello. Aunque lo que de verdad me está afectando es el descanso, la falta de horas de sueño a lo largo de la semana, el tener que levantarme a las seis de la mañana para ir a trabajar, hace que según vayan pasando los días me vaya notando cada vez más cansado, y sí no consigo recuperar bien echándome una siesta o el fin de semana, al final termino sintiéndome muy fatigado.

En resumen, respecto al plan y al mayor número de sesiones, me estoy adaptando bien, el recuperador y las sales, creo que me están ayudando a recuperar bien tras los entrenamientos y a estar bien hidratado, y lo que más me está afectando son otros factores como el calor y el cansancio acumulado por los madrugones del trabajo.

Y ahora paso a contaros los entrenamientos de esta semana.

Día 1.- 12 kilómetros de rodaje a ritmo entre 5:55 min/km y 5:25 min/km, más fortalecimiento.

Las temperaturas dieron un respiro, pude salir a correr con “solo” 32º, que comparado con los 38º de la semana anterior, pues se notaba. Sesión a ritmo tranquilo, sin forzar, en esta ocasión por terreno casi llano, y dejando un poco de lado las cuestas que me han venido acompañando en sesiones anteriores.

La sesión la completé en casa con ejercicios de fortalecimiento, core y estiramiento.



Día 2.- 60 minutos de entrenamiento cruzado más fortalecimiento.

Sesión de entrenamiento cruzado, que pasaba de 45´a 60´, así que hice 30´de elíptica y 30´ de natación, para 1000 metros. Entre medias de ambos ejercicios, hice fortalecimiento de piernas en maquina, core, flexiones y estiramientos.

Día 3.- 13 kilómetros con 10 repeticiones de cambios de ritmo de 500 metros de 2´20” a 2´, y 500 metros recuperando.

Sesión que tenía marcada en rojo, ya que repetía la misma sesión de la primera semana, pero con ritmos más rápidos, así que era un buen test para ver cómo iban asumiendo las piernas los entrenamientos.

En la primera semana de los diez cambios de ritmo solo fui capaz de hacer siete, en esta ocasión si fui capaz de hacer los diez, y además los tres últimos fueron los más rápidos, así que acabé bastante contento con el entrenamiento.

En casa, una merecida sesión de estiramientos.



Día 4.- 25 kilómetros, repartidos en 13 km a 5:35 min/km, 5 km a 5:30 min/km, 5 kilómetros a 5:25 min/km y 2 km a 5:20 min/km.

Sin duda la peor sesión de lo que llevo. Esta sesión la suelo hacer el sábado tarde/noche, para tener más horas de recuperación desde la sesión de fartlek del jueves, y también para no tener que madrugar y recuperar horas de sueño que pierdo durante la semana, pero en esta ocasión tenía planes para la tarde, y tuve que adelantar la sesión a la mañana, teniendo que madrugar para evitar el calor.

El resultado no pudo ser peor. Los motivos (que no excusas), fue que no habían pasado ni 36 horas desde la intensa sesión de fartlek, no pude recuperar horas de sueño, me costó levantarme, no conseguí salir tan temprano como quería, tuve malas sensaciones desde la primera zancada, y no conseguí revertir la situación, sino que cada vez fue a peor. No llevaba ni diez kilómetros y ya tuve que hacer una parada en una fuente a refrescarme, e intentar recuperar un poco de sensaciones.

Al final, de los 25 kilómetros que tenía que hacer me quedé en 22,40 km, y es que en ese punto pasé cerca de casa, y sinceramente, preferí parar que seguir estirando un entrenamiento en el que desde el principio fui sufriendo.

Estiramientos en casa, recuperador, y a pensar en positivo.



Día 5.- 6 kilómetros de rodaje a ritmo entre 5:55 min/km y 5:25 min/km.

Tras el pinchazo del día anterior, me tomé la sesión con bastante tranquilidad, dejando a las piernas ir a su ritmo, olvidándome de todo y centrándome en intentar disfrutar de esos kilómetros, y la verdad es que lo conseguí, y me quité las malas sensaciones del día anterior.



Acabada la semana de entrenamientos, con un sabor agridulce, por las buenas sensaciones del jueves, pero por la mala sesión de fondo, esta nueva semana se ve de otra forma, ya que en el horizonte tengo las vacaciones, que me van a venir muy bien para recuperar horas de sueño, y dejar de acumular esa fatiga que hace que llegue al fin de semana arrastrándome, por otro lado toca ver cómo voy cuadrando los entrenamientos con las vacaciones, pero ese “problema” no es tan importante.


jueves, 9 de agosto de 2018

La frecuencia cardíaca en el running

Hay un tema que siempre había obviado a la hora de correr, y no es otro que la frecuencia cardíaca, esto era debido por un lado, porque me parecía súper incómodo correr con la banda en el pecho, y por otro, porque siempre he sido de correr por sensaciones, sin tener en cuenta la frecuencia cardíaca. El primer “problema” ya no lo tengo, ya que ahora uso el Garmin 235, que tiene sensor en la muñeca, por lo que sé mi frecuencia cardíaca sin necesidad de correr con banda. Ahora lo que necesito es aprender los conceptos de la frecuencia cardíaca, para intentar que esto me ayude en mis entrenamientos.


La frecuencia cardíaca, como todos ya sabemos es el número de pulsaciones por minuto de nuestro corazón, y podemos oír hablar de la frecuencia cardíaca en reposo, que es el número de pulsaciones en un periodo de total inactividad, lo mejor recién despiertos. La frecuencia cardíaca máxima, que es el número más alto de pulsaciones que puede tener una persona en un minuto, y que nos sirve para determinar los niveles de intensidad en un entrenamiento. La frecuencia cardíaca de recuperación, que es la que se registra normalmente un par de minutos después de realizar una sesión.

Como he indicado anteriormente, la frecuencia cardíaca máxima (FCM), nos va a resultar de gran ayuda en nuestros entrenamientos, ya que es la mejor referencia para conocer la intensidad que llevamos en nuestro entrenamiento, y con ello podremos programar zonas de referencia para las distintas sesiones de entrenamiento que hagamos. Pero para ello, antes debemos conocer cuál es la nuestra, ya que no es la misma para cada persona. Para determinarla, lo ideal sería hacernos una una prueba de esfuerzo con análisis de gases, con esta prueba no solo determinaremos exactamente la FCM, sino también el umbral aeróbico y anaeróbico. En caso de no querer hacernos esta prueba, se puede obtener a través de diferentes formulas, pero esto será un dato aproximado, nunca será totalmente real.

Un método muy extendido para obtener la FCM en los hombres es 220 menos su edad, y en las mujeres 226 menos su edad. En mi caso que tengo 45 años, mi FCM sería 220 – 45, es decir 175. Pero se ha demostrado que esta fórmula, en el caso de deportistas no es del todo exacta, ya que nuestro corazón está más acondicionado que el de una persona que no realiza actividad física, por lo que hay otras formulas de estimar la frecuencia cardíaca de manera más exacta, como es la empelada por Tanaka, que es en el hombre 208,75 – (0,73 x edad), y en la mujer 208,1 – (0,77 x edad). En mi caso 208,75 – (0,73 x 45) = 175,9 pulsaciones por minuto, como veis muy cercana a la de la fórmula anterior.

Con el dato de la FCM, y con el dato de la frecuencia cardíaca en reposo, podemos obtener la frecuencia cardíaca de reserva, que no es otra cosa que la diferencia entre ambas frecuencias. Mi frecuencia cardíaca en reposo es de 61, por lo que mi frecuencia cardíaca de reserva será 175,9 – 61 = 114,9 pulsaciones por minuto.

Una vez tenemos la FCM, FCReposo y FCReserva, podemos marcar las zonas objetivo de nuestros entrenamientos, mediante la fórmula de Karvonen, que es:

Frecuencia cardíaca objetivo = (FCReserva x % intensidad) + FCReposo

Para el % de intensidad, debemos de tener en cuenta las cinco zonas de entrenamiento objetivo que hay, y que nos ayudan a programar el entrenamiento, y son:

1.- Zona 1, (50 – 60%), es una intensidad muy suave, que es lo mejor para el calentamiento y la recuperación.

Frecuencia cardíaca objetivo = (114,9 x 0,5) + 61 = 118,45 pulsaciones
Frecuencia cardíaca objetivo = (114,9 x 0,6) + 61 = 129,94 pulsaciones

Mi Z1 estará entre 118 y 130 pulsaciones

2.- Zona 2, (60 – 70%), es la denominada zona quemagrasa, es una intensidad suave, que mejora la resistencia aeróbica.

Frecuencia cardíaca objetivo = (114,9 x 0,6) + 61 = 129,94 pulsaciones
Frecuencia cardíaca objetivo = (114,9 x 0,7) + 61 = 141,43 pulsaciones

Mi Z2 estará entre 130 y 141 pulsaciones

3.- Zona 3, (70 – 80%), es de intensidad moderada, es la zona aeróbica, es optimo para el ejercicio cardiovascular, y mejora la capacidad cardíaca, pulmonar y circulatoria.

Frecuencia cardíaca objetivo = (114,9 x 0,7) + 61 = 141,43 pulsaciones
Frecuencia cardíaca objetivo = (114,9 x 0,8) + 61 = 152,92 pulsaciones

Mi Z3 estará entre 141 y 153 pulsaciones

4.- Zona 4, (80 – 90%), es un entrenamiento intenso, entramos en la zona anaeróbica, nuestro músculo empiezan a producir ácido láctico, nos ayudará a mejorar la resistencia a altas velocidades, pero a cambio sobrecargamos nuestro cuerpo, por lo que no debemos entrenar mucho tiempo a esta intensidad.

Frecuencia cardíaca objetivo = (114,9 x 0,8) + 61 = 152,92 pulsaciones
Frecuencia cardíaca objetivo = (114,9 x 0,9) + 61 = 164,41 pulsaciones

Mi Z4 estará entre 153 y 164 pulsaciones

5.- Zona 5, (90 – 100%), es un entrenamiento muy intenso, que ayuda a mejorar la velocidad de sprint y tonifica el sistema neuromuscular, pero estamos en un nivel de intensidad máximo, por lo que no es recomendable llevarlo más allá de dos minutos.

Frecuencia cardíaca objetivo = (114,9 x 0,9) + 61 = 164,41 pulsaciones
Frecuencia cardíaca objetivo = (114,9 x 1) + 61 = 175,9 pulsaciones

Mi Z5 estará entre 164 y 176 pulsaciones

Con nuestra frecuencia cardíaca, y las zonas objetivo, podemos planificar nuestro entrenamiento, teniendo en cuenta que lo recomendable es una frecuencia cardiaca entre el 60-75% para tiradas largas, entre el 75-85% para entrenamientos medios y más del 85% para las series.

lunes, 6 de agosto de 2018

Maratón de Berlín, cuarta semana de entrenamientos

Este maratón que estoy preparando puede que sea uno de los más complicados, por disponer de menos semanas para prepararlo, por haber aumentado las sesiones de la semana, por el horario del trabajo, y a ello esta semana se ha unido otro factor para complicarlo un poco más, el sofocante calor, temperaturas muy altas que por la noche no te dejan descansar, que durante el día hacen insoportable estar en la calle, y que a la hora de correr se pegan a tu cuerpo, haciendo que lleves un sobrepeso que hace que los entrenamientos sean bastante sufridos.



Debido a las altas temperaturas y a la mayor sudoración de nuestro cuerpo, es muy importante una buena hidratación, antes, durante y después de cada entrenamiento. Antes y después es fácil, ya que te encuentras en casa y mantenerse bien hidratado no supone un problema, pero ¿durante?, pues durante yo llevo en todos los entrenamientos el cinturón de hidratación, o si la tirada es corta llevo un soft flask, en ambos casos con bebida isotónica.

Pero con el calor de estas semanas, y en especial de esta última, el cinturón de hidratación con bebida isotónica no es suficiente, por eso tengo localizadas varias fuentes a lo largo de los recorridos que hago. De esta forma, si es necesario puedo parar a refrescarme echándome un poco de agua por la cabeza, y el cuello, y os puedo asegurar que esta semana ha sido muy necesario parar, no ya para beber, si no, para refrescarme, e incluso he llegado a pasar junto a jardines que estaban regando, y me he metido entre los aspersores para refrescarme.

En resumen, en estos días de calor en los que tenemos que salir a correr sí o sí, no os olvidéis de salir hidratados, de tener localizadas fuentes, y de hacer todo lo que sea necesario con tal de no sufrir deshidratación, ni un golpe de calor.

Y ahora paso a contaros los entrenamientos de esta semana.

Día 1.- 12 kilómetros de rodaje a ritmo entre 5:55 min/km y 5:25 min/km, más fortalecimiento.

Este día compartí sesión de rodaje y charla con un compañero, fue a un ritmo tranquilo en el que podíamos mantener una charla sin problemas de respiración, y en la que íbamos completamente ajenos a los ritmos.

Como es habitual, esta sesión la acabé en casa haciendo algunos ejercicios de fortalecimiento, core y estiramiento.



Día 2.- 45 minutos de entrenamiento cruzado más fortalecimiento.

Sesión de entrenamiento cruzado, que calqué a la de la semana anterior, primero 25´ de elíptica, para continuar con ejercicios de fortalecimiento de piernas en maquina, core, flexiones y estiramientos, y luego 20´en la piscina en la que hice 750 metros.

Día 3.- 13 kilómetros con 2 repeticiones de cambios de ritmo de 4000 metros a 21´20” y 20´, y 1000 metros recuperando.

Este día la ola de calor me dio de lleno, a pesar de salir a correr a las 20 horas, me encontré con 38º, por lo que os podéis imaginar que correr bajo tanto calor dificulta mucho conseguir el 100% de mi rendimiento. Me costó mucho poner las piernas a funcionar, y sobre todo llevar ritmos buenos, fue un entrenamiento de mucha cabeza, porque os aseguro que lo que más me apetecía era tirarme en el césped junto a uno de los aspersores que funcionaban en ese momento.

Ya en casa, sesión de estiramientos.



Día 4.- 23 kilómetros, repartidos en 12 km a 5:35 min/km, 5 km a 5:30 min/km, 4 kilómetros a 5:25 min/km y 2 km a 5:20 min/km.

Para evitar el calor salí a correr a las nueve de la noche, pero aún así, no me libre de los 35º, y os puedo asegurar que hacer una tirada larga con esa temperatura es muy, muy complicado, me bebí los dos botellines de bebida  isotónica que llevo en el cinturón, además de parar tres veces en fuentes para refrescarme echándome agua en la cabeza, piernas, mojar la gorra y beber.

En esta sesión me olvidé del ritmo progresivo ya que bastante tenía con ir avanzando metro a metro, fue un entrenamiento bastante duro, pero que conseguí sacar adelante, aunque los últimos kilómetros costasen mucho.

En casa, sesión de estiramientos, y por supuesto una ducha bien fresquita!!



Día 5.- 6 kilómetros de rodaje a ritmo entre 5:55 min/km y 5:25 min/km.

Sesión muy tranquila, la ola de calor me está dejando las piernas entumecidas y cuesta mucho ponerlas en funcionamiento, así que estas sesiones de rodje que son a ritmo tranquilo, voy a lo que las piernas den, sin forzar lo más mínimo. Este día también salí a correr a las 21 horas, y de nuevo con 35º.



Semana complicada la que he pasado, esperemos que para la quinta semana el calor dé un poco de tregua, y permita entrenar en mejores condiciones, y si no es así, seguiré adaptándome a las circunstancias, sacando los entrenos lo mejor posible.




jueves, 2 de agosto de 2018

Suplementación con gominolas en un maratón

Hace una semana os hablaba de los geles energéticos en un maratón, y hoy os traigo otro tipo de suplementación para un maratón, las gominolas. Sí, estáis leyendo bien, otra opción que tenemos de suplementación para los deportes de fondo, diferente de las clásicas barritas energéticas o los geles, son las gominolas, que están teniendo una muy buena aceptación gracias a su fácil digestión y su comodidad para ingerirlas.



En mi caso, aún no he probado las gominolas como suplemento, sí las he comprado ya, y las tengo listas para probarlas en el próximo entrenamiento de fondo, ya que mi idea de cara a los maratones de Berlín y Nueva York, es dejar de lado los geles energéticos, y probar la opción de las gominolas. En cambio, si tengo conocidos que me han hablado de las gominolas como suplemento, las han probado, y me han hablado muy bien de ellas, por la comodidad al llevarlo, por la facilidad a la hora de tomarlos, y por los resultados.

Las gominolas, por tanto, van a realizar la misma función que los geles, suministrar al cuerpo energía de la que hacer uso, una vez que las reservas de glucógeno están vacías. Y al igual que los geles, contienen principalmente una combinación de carbohidratos, agua, aminoácidos, sodio, potasio, y cafeína, diferenciándose de los geles en la cantidad de agua, ya que las gominolas están solidificadas, por lo que la composición nutricional de unos y otro va a ser muy parecida.

Si comparamos la composición de ambos suplementos, vamos a ver una diferencia importante, y es la cantidad a consumir, ya que por regla general para obtener el mismo aporte que un gel, vamos a tener que tomarnos cuatro gominolas, pudiendo aprovechar esto, para tomar una dosis más pequeña, que sí tomas un gel, que por regla general al abrirlos son de una sola toma.

Por su pequeño tamaño, las gominolas nos van a permitir llevarlas más cómodamente que los geles, que a mí personalmente siempre me supone un estrés, por el espacio que necesito para llevarlos, y es que en el caso de un maratón que llevo en torno a cinco o seis geles, es bastante complejo el llevarlos.

Las gominolas, al igual que los geles, se recomienda tomarlos cada 20 o 45 minutos, y por supuesto, también acompañadas de agua para favorecer la asimilación y evitar problemas gastrointestinales. En este caso, las gominolas también presentan ventajas respecto a los geles a la hora de tomarlos, ya que al ser masticables su ingesta, bajo mi punto de vista, es más cómoda que la de los geles, que primero te tienes que pelear con el abre fácil y, una vez que los has abierto, tomarlos de una sola vez, y una vez tomados beber el agua, porque, por lo menos para mí el beberlos junto con el agua me resulta bastante incómodo.

Al respecto de la absorción de ambos por nuestro organismo, al tener la misma composición, no presenta diferencias, pero si debemos tener en cuenta, que al igual que sucede con los geles, debemos plantearnos una estrategia de suplementación para la carrera, y ponerla en práctica en los entrenamientos.

En mi caso, este año lo haré con mayor motivo, ya que llevo años tomando los mismos geles y llevando la misma estrategia a la hora de tomarlos en carrera, y en esta ocasión voy a cambiar los geles por las gominolas, y además voy a cambiar de marca de comercializadora, por lo que tengo que probar bien como los digiere mi organismo, que no me creen problemas gastrointestinales, y que realmente note esa suplementación y aporte de energía.