jueves, 27 de septiembre de 2018

Madrid corre por Madrid 2018

Tras el Maratón de Berlín, me tomé una semana de descanso, hasta el pasado domingo, que me puse las zapatillas para participar en la carrera Madrid corre por Madrid. Aunque bueno, siendo sinceros, las zapatillas me las volví a poner el viernes, para acudir a un evento que organizaba Adidas Runners Madrid, para la presentación de las nuevas Adidas Solarboost, en donde junto a mi mujer corrí algo más de cuatro kilómetros y medio, a un ritmo muy suave.

Normalmente esta carrera suele ser la primera de la temporada, pero este año no ha sido así, ya que empecé la temporada 2018/2019 con el Maratón de Berlín, por lo que realmente ha sido más una carrera para calibrar como había recuperado tras el Maratón, y la semana de descanso, y con la mente ya puesta en el plan de entrenamiento que me llevará a la línea de salida del Maratón de Nueva York, el próximo 04 de noviembre.


La carrera como es habitual, bien organizada, la retirada del dorsal en el lugar habitual, te mandan un mail con tu número de dorsal, lo imprimes y lo presentas. Al retirar el dorsal, hay intervalos por números, por lo que se hace de manera bastante rápida. La bolsa del corredor, un año más bastante rácana, camiseta, publicidad de Mapoma (el organizador), y una bolsa. El día de la carrera una vez cruzas la meta te dan agua, isotónico, un plátano y una botella de leche de almendras. Lo bueno, es que la carrera es solidaria, y parte de lo recaudado se dona siempre a causas solidarias, por lo que se les puede perdonar que la bolsa del corredor no llevara más detalles.

En esta carrera había bastante gente conocida, pero la verdad es que apenas pude saludar a un par de corredores, y es que llegué bastante apurado de tiempo, y según llegué me fui directamente al cajón de salida, que en esta ocasión era el cajón 1, el cajón de menos de 45 minutos (que lo acreditaba con la marca del Derbi de las aficiones), aunque no me veía con piernas como para intentar esa marca.

Ya lo he comentado en las anteriores ocasiones que he corrido esta carrera, para mí, esta carrera tiene uno de los recorridos más bonitos, recorriendo muchos de los lugares más emblemáticos de Madrid, transcurriendo varios kilómetros por el mismo centro, y pasando por zonas como la Puerta de Alcalá, Cibeles, Gran Vía, calle Preciados, Puerta del Sol, Palacio de Oriente, catedral de la Almudena o Neptuno.


Como os he indicado anteriormente, me encontré con dos corredores conocidos, ambos compañeros en Adidas Runners Madrid, uno de ellos me comentó que su idea era no ir rápido, a 5 min/km más o menos, la otra es una chica con la que comparto muchos entrenamientos, y que lleva un ritmo algo más rápido que el mío, me dijo que pensaba ir “tranquila”, por lo que le dije que iría con ella, hasta que su ritmo “tranquilo” fuese demasiado para mí. Y es que una semana después del Maratón, sinceramente no sabía muy bien cual iba a ser mi ritmo.

Por lo tanto, la idea con la que tomé la salida era clara, que mi compañera me marcase el ritmo, y mientras me encontrase bien, seguirla, y sí veía que no iba cómodo con su ritmo, bajarlo y ponerme yo un ritmo que me fuese más cómodo.

El estar en el cajón 1, y tener a mi compañera haciendo de liebre, supuso que pronto me pusiese a un ritmo alto, haciendo el primer kilómetro en 4´50”. Los kilómetros siguientes, en general el terreno iba a ser bastante favorable, aunque teníamos una parte entre Cibeles y Colón, que el recorrido es de esos falsos llanos, que pican para arriba, y que poco a poco se van notando en las piernas. En los tres kilómetros siguientes pasamos junto a la Puerta de Alcalá, Plaza de Cibeles y Plaza de Colón, donde hicimos un giro de 180º para volver en dirección a la Plaza de Cibeles.

De esos tres kilómetros, dos los aguanté bien junto a mi compañera, 4´39” el PK2, y 4´31” el PK3, pero en el cuarto me descolgué un poco, aunque manteniéndola siempre a la vista, y haciendo ese PK4 en 4´37”.


El kilómetro 5 es prácticamente todo de subida, desde la Plaza de Cibeles hasta la Plaza de Callao, y una subida con importante pendiente, que se me atragantó bastante en las piernas, y que supuso que perdiese de vista a mi compañera. La verdad es que en ese tramo noté que las piernas no iban tan bien como en los kilómetros anteriores, y que solo una semana antes estaba corriendo por las calles de Berlín. Ese kilómetro en subida lo hice en 5´06”.

Tras la subida, entramos en la calle Preciados, algo estrecha para la cantidad de corredores que íbamos, por lo que había que ir adecuando el ritmo a los otros corredores. En ese tramo pasamos junto a la Puerta del Sol, y encaramos la calle Arenal en dirección al Palacio de Oriente, previo paso por el Teatro Real. Tras pasar por el Palacio Real, La Catedral de la Almudena, encaramos la calle Mayor, de nuevo en dirección a la Puerta del Sol. Siendo este tramo de la calle Mayor otro en que el recorrido se complica, ya que por un lado es una zona estrecha, y por otro, es una subida, que se nota en las piernas.

El kilómetro 6 lo hice en 4´35”, recuperando algo del ritmo perdido en Gran Vía, pero el kilómetro 7 que fue el que transcurrió por la zona estrecha y de subida de nuevo me salió más lento de lo deseado, 4´53”.


Tras el tramo estrecho de la calle Mayor, y la Puerta del Sol, pasamos por la Plaza de Canalejas, que se encontraba en obras, y que tampoco ayudó a mejorar el ritmo, aunque tras esto encaramos la calle Alcalá, en dirección a la Plaza de Cibeles, con una considerable cuesta abajo. En ese punto, las piernas aún no terminaban de coger bien el ritmo, por lo que decidí recuperarme un poco, haciendo el kilómetro 8 en 4´42”.

Lo bueno es que a partir de ese momento, y durante más de un kilómetro el terreno era favorable, y las piernas volvieron a responder bien al ritmo alto, consiguiendo hacer el kilómetro 9 en 4´24”. El último kilómetro tenía parte favorable, hasta que hacíamos un giro de 180º para encarar hacía meta, convirtiéndose el terreno favorable en desfavorable, momento en el que de nuevo, a pesar de querer mantener el ritmo, no pude, e hice el kilómetro 10 en 4´42”, cruzando la meta en un tiempo total de 46´59”.


Comparado con el año pasado, que hice un tiempo de 46´13”, este año me ha salido 46” más lenta la carrera, pero teniendo en cuenta que una semana antes estaba corriendo el Maratón de Berlín, que las piernas sobre todo en las subidas las notaba cansadas, y que al entrenar un Maratón, el ritmo siempre es más lento, la verdad es que estoy bastante contento con como fue la carrera.


domingo, 23 de septiembre de 2018

Maratón de Berlín 2018 – Parte II

Puedes leer la parte I pinchando aquí. 

Es momento, antes de continuar, de felicitar a Eliud Kipchoge, que en Berlín pulverizo el récord de maratón, dejándolo en 2h 01´39”, bajando en 1´18” el anterior récord mundial. Sin duda algo increíble, un atleta fuera de lo normal, que ha corrido 11 maratones y ganado 10 de ellos. A título personal, puedo decir que corrí el mismo Maratón en el que se pulverizó el récord mundial.

Y ahora continuo. Aprovechando el avituallamiento que se encontraba un poco antes del kilómetro 20, me tomé la segunda pastilla de sal. Si la primera me costó tragarla, esta segunda fue peor, y necesité dar dos sorbos de agua para tragarla.



Llegamos a un punto en el que es imposible no tomar referencias, y evaluar la carrera, el punto del Medio Maratón, donde ya llevamos tanto camino recorrido, como el que queda por recorrer. El GPS, para variar, fue por delante de la marca oficial, 1h 54´08”, ritmo medio de carrera 5:25 min/km, seguía manteniéndome en el ritmo que me había marcado de salida. El PK21,095 oficial lo pasé en 1h 55´44”, a un ritmo de 5:29 min/km, lo cual me supuso una alegría, ya que aunque no iba pensando en marca, la idea de bajar de las cuatro horas si que era un reto que me había marcado, y con ese tiempo de paso por el medio maratón, me dejaba un margen de 2h 04´15”, lo cual me parecía un margen suficiente.

Poco después del paso por el medio maratón, una nueva inyección de adrenalina, de nuevo me encontraba con mi mujer entre el público, como es habitual es ella la que me ve a mí, me llama, y me pregunta que tal voy, y yo, pulgar hacia arriba le indico que me encuentro bien.

En el siguiente avituallamiento tocó tomarme las gominolas, de nuevo las fui masticando de una en una, y las tragué con agua, a la vez que me refrescaba la nuca y las piernas. No sé a partir de que avituallamiento fue, pero comentaros que en los avituallamientos empezaron a haber coches de bomberos y aspersores grandes echando agua, y yo, como el calor se empezaba a notar bastante, cada vez que me encontraba uno aprovechaba para mojarme.



Por el kilómetro 25, el GPS me marcó un tiempo de 2h 15´31”, manteniendo el ritmo de 5:25 min/km, siendo el paso oficial por el PK25 de 2h 17´19”, ritmo de carrera 5:30 min/km. Cada vez me acercaba más a la meta, mis piernas seguían respondiendo bien, y mi cabeza aún no me llenaba de dudas, pero también es cierto que ya no tenía que frenar tanto mi ritmo como en la primera parte de la carrera, lo cual era normal, ya llevaba bastantes kilómetros encima.

Mentalmente no llegaba bien al Maratón, como ya he indicado tenía muchas dudas, lo que hacía que fuese más negativo que positivo, respecto al Maratón, y además a nivel personal mi familia está atravesando un momento duro, y es que en junio a mi padre le diagnosticaron un cáncer, por lo que para mí, mentalmente fue muy difícil de gestionar el Maratón. Cada kilómetro recorrido, era un kilómetro menos para llegar a recorrer los 42.195 metros del Maratón, pero para mi cabeza era un kilómetro menos para que la falta de semanas del plan de entrenamiento se notasen, y me fallase el fondo.

Por el kilómetro 30, según el GPS pasé en 2h 43´09”, a un ritmo de 5:26 min/km, mientras que el tiempo oficial fue de 2h 45´26”, a un ritmo de 5:31 min/km, por lo que mi ritmo había bajado un poco, aunque realmente me seguía encontrando bien de piernas.



En el siguiente avituallamiento me tomé el tercer paquete de gominolas, y pasados unos cuatro kilómetros me tomé la tercera pastilla de sales. En ambas ocasiones al coger el vaso de agua, me eché un poco al lado para tomarme la suplementación más tranquilo, y es que la respiración ya no era tan acompasada, por lo que masticar, tragar y respirar se complicaba, y por ello decidí hacerlo más tranquilo. Llegaban los kilómetros más duros, de más dudas, donde mi cabeza me pedía andar, pero donde mis piernas seguían mandándome buenas sensaciones, momentos en los que me acordaba de la lucha de mi padre contra el cáncer, de sus interminables sesiones de quimio, momentos en los que su fuerza me ayudaba a dar una zancada más, a recorrer un kilómetro más, a acercarme a la meta.

Llegué al kilómetro 35 según mi GPS en 3h 11´37”, a un ritmo de 5:28 min/km, según el PK35 oficial el tiempo fue de 3h 13´54”, a un ritmo de carrera de 5:32 min/km, haciendo esos duros 5 kilómetros a un ritmo de 5:42 min/km.

Mi cabeza seguía siendo mi peor enemigo, seguía martilleándome con que me parase, pero mis piernas y el crono eran mis aliados, había bajado el ritmo, sí, era normal llevaba 35 kilómetros, pero seguía llevando un buen ritmo, había hecho sesiones de fondo a peor ritmo y sintiendo verdaderamente mal las piernas. Y para intentar evitar cualquier bajón, en el siguiente avituallamiento me tomé el cuarto paquete de gominolas, en este caso con cafeína, para el último empujón.



A pesar de mis aliados me resultó imposible ser positivo, luchar contra la mente cuando no llegas fuerte mentalmente, es difícil, y al final en el kilómetro 39 terminé saliéndome mentalmente de la carrera, al final cedí, y me puse a andar, pasando de hacer el kilómetro 38 en 5´42”, a hacer el 39 en 6´49”, sin duda un sinsentido, ya que el ritmo antes de andar seguía siendo más que aceptable. Por suerte, mientras que la cabeza me decía de andar, las piernas me pedían correr, y tras el grito de una mujer de “CAN´T STOP”, me puse de nuevo a correr.

En Postdamer Platz, me encontré a mi mujer, me fui hacia ella, le di un beso, y cuando me preguntó como estaba, le dije que fundido, pero que ya estaba hecho, lo cual era una realidad, ya que un poco más adelante el GPS me marcó el kilómetro 40 en 3h 41´18”, a un ritmo de 5:32 min/km, el PK40 oficial fue de 3h 44´21”, a un ritmo de 5:37 min/km, ya solo quedaban 2,195 metros.

La distancia que quedaba hasta la meta la salvé tranquilamente, bajé el ritmo (esos 2.195 metros los hice a un ritmo medio de 6 min/km), y me dediqué a disfrutar de lo que quedaba. Tras un giro a la izquierda me encontré con la majestuosa Puerta de Brandenburgo, la meta estaba situada unos cientos de metros más atrás, pero solo el verte ante ella, y sobre todo, pasar por debajo de ella ya significaba acabar el Maratón, y es que los metros que te separan de la Puerta de Brandenburgo a la meta son para saborear lo que acabas de conseguir, para aplaudir al público que hay allí, para levantar tres dedos de cada mano, uno por cada Maratón que he hecho, para tocarme el corazón y desear mucha fuerza a mi padre, para acordarme de mi mujer, y del peque, que en esta ocasión se había quedado en Madrid, y como no, para dar las gracias a mi ángel de la guarda particular, mi abuela.



El tiempo final del GPS fue de 3h 57´35”, con un recorrido de 42,640 km, a un ritmo de 5:34 min/km, mientras que el oficial, el que realmente vale fue de 3h 57´31” para hacer los 42,195 km, a un ritmo de 5:38 min/km, consiguiendo por tercera vez bajar de las cuatro horas, y cruzando por primera vez la meta de un Major.



jueves, 20 de septiembre de 2018

Maratón de Berlín 2018 – Parte I

El viernes por la noche volamos hasta Berlín, llegando al destino sin más tiempo que para hacer el check-in, e irnos a dormir. Para los pocos días que íbamos solo llevábamos equipaje de mano, pero aunque hubiésemos facturado, cosa que sí haremos en el viaje a Nueva York, hay una cosa que tengo muy clara, la ropa, accesorios y suplementación que vaya a usar en el Maratón, viajan conmigo, sin facturar, que no es plan de llegar a destino y que te pierdan la maleta.


El sábado por la mañana nos fuimos a la feria del corredor, como os podéis imaginar, la feria del corredor de un major es impresionante. Estaba situada en el aeropuerto de Tempelhof, una de las pocas instalaciones que aún quedan de la época nazi, ocupaba tres hangares, además de parte de las pistas exteriores, y estaba montada de tal forma, que hay dos zonas a las que solo podíamos acceder los corredores, la zona donde te ponían la pulsera que tienes que enseñar al día siguiente para acceder a la zona de salida del Maratón, y la zona de recogida de dorsales. Evidentemente, la zona de recogida de dorsales, estaba situada al final del último hangar, de manera que tenías que pasar junto a los stands de las distintas marcas que estaban en la feria. En esa zona te daban el dorsal, el chip, y la bolsa del corredor, que tenía un gel de ducha y un desodorante de Adidas, una barrita energética, una bolsa de copos de avena y publicidad. ¿Camiseta?, pues camiseta no había, si la querías tenías que adquirirla aparte por 30€, y además el chip no era gratuito, tenías que pagar 6€ por el alquiler, y si no lo devolvías, te cobraban 25€ más. Y eso que el dorsal costaba 110€, que por suerte me salió gratis, gracias al sorteo de Adidas Runners Madrid.

En la feria del corredor quedé con un compañero de Adidas Runners, a él también le había tocado el dorsal. Otros dos compañeros del grupo, también estaban en Berlín para correr el Maratón, pero ellos habían llegado a la ciudad el jueves, y el trámite de ir a recoger el dorsal ya lo habían hecho el viernes. Tras la feria del corredor nos fuimos a la tienda de Adidas, donde Adidas Runners Berlín nos regaló una camiseta por pertenecer a la comunidad de Adidas Runners.


La noche del Maratón dormí muy bien, algo raro, ya que normalmente no suelo dormir bien la noche del Maratón, y suelo despertarme antes de que suene el despertador, pero en está ocasión no fue así, dormí hasta que sonó el despertador. El día anterior en un supermercado habíamos comprado para desayunar, no me quería arriesgar, y solo desayuné té y un par de plátanos.

Nos desplazamos hasta la línea de salida en metro, ya os podéis imaginar que en el vagón se empezaba a vivir el ambiente del Maratón, con tantos corredores y amigos y familiares acompañando. Unas fotos en la Puerta de Brandenburgo, y me dirigí hacía la zona donde solo tenían acceso los corredores, por lo que me despedí de mi mujer. Al contrario de lo habitual, desde la zona de roperos, incluida,  ya solo pueden acceder los corredores, por lo que una vez pasé la zona de acceso todos éramos corredores o voluntarios.

La organización te avisaba que estuvieses en la zona una hora antes, y una vez te dispones a ir a tu cajón de salida lo entendí, y es que tienes que caminar bastante hasta que por fin te encuentras el acceso a tu cajón de salida, por suerte yo fui con tiempo y ese recorrido lo hice tranquilo, pero si llegas a ir apurado de tiempo… no me lo quiero imaginar.



En el cajón de salida, aproveché que no conocía a nadie, para sentarme y relajarme, meditar sobre la carrera, preparar el GPS, y poner el avisador de ritmo entre 5:25 min/km y 5:35 min/km, con ello optaba por ser conservador, renunciando a la idea  de ir a buscar MMP, pero intentaría bajar de las cuatro horas.

El momento más esperado por fin llegó, pistoletazo de salida, fuera todos los nervios, y con la columna de la victoria como espectadora de lujo, tocaba empezar a recorrer los 42.195 metros que nos separaban de la línea de meta.

Una cosa buena que tiene Berlín es que al ser 40.000 corredores, hacen diferentes salidas, los populares salimos en tres olas, con un margen de 10 minutos entre ellas, y al ser una avenida muy ancha, al contrario que en otras carreras, no tienes mucha aglomeración, y es fácil coger ritmo, sin la molestia de tener que verte frenado o esquivando a otros corredores.

Como os he comentado, decidí ser conservador, llegué a Berlín con muchas dudas, no por el ritmo, sabía que las piernas tenían ritmo para intentar hacer MMP, pero dudaba del fondo, llegaba con 137 kilómetros menos que a Valencia, donde hice MMP, y eso son muchos kilómetros, además de que las sensaciones en los entrenamientos con calor no habían sido buenas. Así que casi desde el principio corrí frenado, ya que las piernas pedían más ritmo, pero la cabeza me decía que no, que el Maratón era muy largo, como para arriesgar.


En el primer punto de referencia, en el kilómetro 5, el GPS me marcó 27´03”, a un ritmo de 5:25 min/km, sin embargo el PK5 estaba situado más delante de lo que me lo marcó el GPS, y el paso fue de 27´30”, a un ritmo de 5:30 min/km. Ya llevaba un desfase de 27”, pero como no buscaba marca, tampoco me importó.

La temperatura no era tan fresca como esperaba, y además había sensación de humedad (ya me habían avisado de ello), por lo que otra cosa que decidí, y que lleve a rajatabla, fue la de hidratarme en todos los avituallamientos. La táctica en todos fue la misma, un par de sorbos cortos, un poco de agua a la nuca, y otro poco que me echaba en las piernas, para mantenerlas frescas.

Otra cosa que me habían comentado, y que me di cuenta, es que muchas calles están asfaltadas con caída de derecha a izquierda, no era una inclinación bestial, pero se notaba, y era una sensación rara, incómoda, como si corrieses por la playa. Y otra cosa que había leído, y que me di cuenta, es que el recorrido no es tan llano como lo venden, es un recorrido rápido, cómodo, pero con muchos falsos llanos, bien de subida o de bajada. También es un recorrido con muchas zonas arboladas, lo que se agradecía, porque el sol se dejaba notar mucho cuando ibas por zonas sin sombra.



Para la suplementación de este Maratón también innovaba, dejaba de lado los geles y optaba por las gominolas, y a ello además le sumaba sales minerales, para evitar la deshidratación.  Y en torno a los 50 minutos, coincidiendo con un avituallamiento, ya que al igual que los geles hay que tomarlas con agua, me tomé la primera de las tres pastillas de sales que llevaba. Decir que tragarte una pastilla con agua a la vez que corres es algo bastante incómodo.

El kilómetro 10, como era de esperar, el GPS me lo marcó antes, 54´12”, a un ritmo de 5:25 min/km, es decir, al ritmo más rápido que me había marcado en el GPS. El paso por el PK10 oficial fue de 54´56”, a un ritmo de 5:30 min/km. Antes, en torno al kilómetro 8 se encontraba mi mujer, animándome y como siempre dándome un subidón al verla.

Ya había hecho los 10 primeros kilómetros, con buenas sensaciones, frenándome en muchas ocasiones, pero consiguiendo mantener un ritmo de 5:25 min/km (según GPS), me encontraba cómodo, e iba disfrutando mucho, y no solo centrado en la carrera, también visualizando las zonas por las que pasábamos, y descubriendo más de la ciudad.


El recorrido seguía siendo bastante cómodo para correr, hacía algo más de calor de lo esperado, pero en los avituallamientos seguía refrescándome, y las zonas de árboles también ayudaban mucho. Comentar que también es un Maratón con mucha animación, son 40.000 corredores, y eso supone también muchos acompañantes, a lo que hay que sumar la gente que se acerca a animar sin tener conocidos corriendo, y los puntos de animación, que eran de lo más variopintos, pero creo que a pesar de eso, se queda un poco por detrás de lo que viví en Valencia.

Poco antes del kilómetro 15, aproveché un avituallamiento para tomarme el primer lote de gominolas, en este caso más cómodo que tragarme la pastilla de sal, ya que de una en una, las mastiqué bastante bien, y me las tomé acompañadas de agua.

El kilómetro 15, según el GPS lo pasé en 1h 21´00”, a un ritmo de 5:24 min/km, mientras que el paso oficial por el PK15 fue de 1h 22´17”, a un ritmo de 5:29 min/km, lo que suponía que ese intervalo de 5 km había sido más rápido que los anteriores, lo había hecho a un ritmo oficial de 5:28 min/km, de 5:22 min/km según GPS. A esas alturas de Maratón, ya llevaba un desfase de 1´17” entre el GPS y el tiempo oficial.

Puedes leer la segunda parte aquí,

viernes, 14 de septiembre de 2018

Maratón de Berlín, ¡a cruzar la Puerta de Brandenburgo!

Estamos a viernes, hoy cuando salgamos de trabajar mi mujer y yo volamos a Berlín (en esta ocasión el peque se queda con los abuelos), donde el domingo intentaré conquistar mi sexto maratón, mi primer major. Después de haber hecho tres maratones en nueve meses (febrero 2017 a noviembre 2017), ahora llevo diez meses sin enfrentarme a esa distancia.


Como es habitual, esta semana los entrenamientos han bajado bastante, solo he buscado mantener las piernas activas, con algo más de intensidad el martes en el entrenamiento que hice con Adidas Runners Madrid, en el que hice 33´28”, para hacer 6,30 km, a un ritmo de 5:19 min/km. Y con menor intensidad el jueves, en el que hice 8,18 km, a un ritmo de 5:54 min/km, para un tiempo de 48´14”. Completando las sesiones con estiramientos y con el foam roller.

La maleta está lista, y como siempre lo primero, meter la ropa para el día del maratón, aunque antes, he mirado la climatología, para ver la temperatura, y las condiciones climatológicas que tendremos ese día. El pronóstico es que no lloverá, y que empezaremos en torno a los 14 grados, y que acabaremos en torno a los 20 grados. Por lo que las dudas respecto a la ropa son nulas.

Llega el momento de chequear que llevo todo:

Para la recogida del dorsal:

1.- Documento Nacional de Identidad
2.- Comprobante de la inscripción que me ha mandado la organización

Para el Maratón:

1.- Camiseta Adidas Runners Madrid. Voy gracias a ellos, por lo que dejo de lado mi camiseta personalizada, y corro con la suya.
2.- Pantalón corto
3.- Perneras
4.- Calcetines sin costuras
5.- Zapatillas Adidas Ultra Boost
6.- Reloj Garmin
7.- Gorra
8.- Portadorsales
9.- Gominolas
10.- Sales
11.- Cinturón para llevar gominolas, sales y móvil


Durante la semana he estado revisando la web del Maratón, para ver los horarios de la feria del corredor, donde está situada, también la zona de salida, como llegar hasta allí, y sobre todo, he estado viendo el recorrido, que es completamente llano, y dicen, muy rápido. También como es habitual, he dedicado la semana a comer alimentos ricos en carbohidratos y en magnesio, y sobre todo intentar descansar bien y no estresarme.

Un compañero runner de Valencia, me decía hace unos días, que por muchos años y muchas carreras, siempre tendremos dudas, y en ese momento me encuentro yo, en el de la gran duda de cómo afrontar el Maratón. En un principio al tratarse de un recorrido llano y rápido, había pensado en intentar mejorar mi marca de Valencia, es decir, estar por debajo de 3 horas y 49 minutos, pero el haber hecho menos semanas que en otros planes, y las malas sensaciones en algunas sesiones debido al calor, me generaron muchas dudas. Además en este plan no he podido hacer test en carrera, y no sé muy bien cómo voy de ritmo y de fuerza a la hora de afrontar las carreras. Por otro lado, estas últimas sesiones con menos kilómetros y temperaturas más bajas me han subido la moral, me he notado bien de piernas y de ritmo. Así que puedo ser conservador, buscar un ritmo en torno a 5:40 min/km y con ello estar en torno a las 4 horas, o puedo arriesgar e intentar un ritmo más rápido, e intentar un ritmo de 5:20 min/km. La verdad, creo que hasta que no empiece el Maratón y me vea en carrera, no lo decidiré.

Las prioridades para el Maratón, son las habituales:

1.- Cruzar la meta en la Puerta de Brandenburgo.
2.- Sufrir lo menos posible.
3.- Disfrutar lo máximo posible
4.- Bajar de 4 horas.
5.- Si voy bien, intentar mejorar mi marca en Maratón.

Como ya sabéis, este plan ha constado de 10 semanas, en lugar de las 14 del plan que usé para Sevilla o Valencia, o las 16 que usé en mis primeros maratones. Esto, obviamente, ha supuesto que llegué con menos kilómetros recorridos, para este Maratón he hecho 439,30 kilómetros en 41:00:57, lo que supone, comparado con Sevilla, 120,95 kilómetros menos, y con Valencia, 137,19 kilómetros menos. Es mucho, pero, es lo que hay.

Ahora a cruzar lo dedos, y a esperar que todo salga bien.

lunes, 10 de septiembre de 2018

Maratón de Berlín, novena semana de entrenamientos

En esa montaña rusa de sensaciones en la que me encuentro en este plan de entrenamientos para el Maratón de Berlín, esta semana ha tocado estar en la parte alta, lleno de moral y buenas sensaciones, y en parte, creo que es debido a la meteorología y a la bajada de las temperaturas.


Durante el verano, el calor ha sido importante, llegando a correr con 38º, y eso hace que las sensaciones de las piernas sean muy malas, en mi caso las siento aletargadas, sufriendo en los ritmos, y sobre todo el cuerpo tiene una gran necesidad de agua (no solo bebida), y también de pedirte que te pares. En cambio esta semana he llegado a tener entrenamientos con “solo” 20º, lo que significa 18º menos, casi la mitad, y eso lo he notado para bien. Las sensaciones son bien distintas, te notas más fresco, la necesidad de agua es menor (aunque no hay que dejar la hidratación de lado), las piernas se notan más despiertas y piden más ritmo, es decir, la noche y el día.

Esta semana también ha sido la vuelta a los entrenamientos con Adidas Runners, después de un merecido descanso por vacaciones, el pasado martes retomaron los entrenamientos, y retomé la rutina de ir por lo menos un día a la semana a entrenar con ellos.

Y, una vez completado el plan (la semana que viene solo son entrenamientos para mantener las piernas activas), puedo decir que me he encontrado bastante bien, en lo que a carga de entrenamiento se trata, y es que pasar de hacer tres entrenamientos semanales como he hecho durante años, a pasar a hacer cinco sesiones semanales, con solo dos días de descanso, me daba mucho respeto. Pero las piernas se han portado bien, no he notado excesiva carga, ni sobreentrenamiento, y parece que el recuperador muscular y las sesiones de estiramientos y foam roller han funcionado, he imagino que ayudado a ello.

Y ahora paso a contaros los entrenamientos de esta semana.

Día 1.9- 8 kilómetros de rodaje a ritmo entre 5:55 min/km y 5:25 min/km, más fortalecimiento.

Esta sesión supuso el reencuentro con la comunidad de Adidas Runners Madrid, así que aproveché para hacer la sesión de rodaje en grupo. En este caso salió algo menos de distancia, pero a un buen ritmo, y con buenas sensaciones.

Cuando acabamos el rodaje tuvimos la primera sesión con una nueva entrenadora que hay en la comunidad, que nos va a ayudar a fortalecer, y que para ser su primer día, ya nos metió bastante caña.


Día 2.9- 30 minutos de entrenamiento cruzado más fortalecimiento.

Sesión de elíptica en el gimnasio junto a mi mujer, seguido de trabajo de fortalecimiento con máquinas, core, propiocepción y estiramientos.

Día 3.9- 10,5 kilómetros con 5 repeticiones de cambios de ritmo de 1000 metros de 5´05” a 4´30”, y 500 metros recuperando.

Última sesión de cambios de ritmo del plan, donde noté mucho la bajada de las temperaturas, de nuevo buenas sesiones, aunque de nuevo me costó ponerme en marcha. Lo bueno es que acabé contento por las sensaciones.

En casa sesión de foam roller y estiramientos.


Día 4.9- 14 kilómetros a ritmo progresivo, 7 kilómetros a 5´30”, 3 kilómetros a 5´25”, 3 kilómetros a 5´20” y 1 kilómetro a 5´15”.

Todo el plan buscando agua en fuentes y aspersores, y para esta última sesión de fondo, me tocó agua en forma de lluvia. Bajada de la temperatura, piernas más descansadas por la bajada del volumen de kilómetros, y una sesión de fondo que anímicamente me vino muy bien.

Muy buenas sensaciones, incluso algo frenado en cada intervalo para no hacerlo más rápido de lo debido, y un último kilómetro en el que me dejé llevar y que salió en 4´36”.

En casa tocó sesión de foam roller y estiramientos.


Día 5.9- 5 kilómetros de rodaje a ritmo entre 5:55 min/km y 5:25 min/km.

Esta última sesión de la semana fue diferente, ya que acudí al evento/carrera que preparó la comunidad Beer Runners, donde siempre me encuentro con muchos conocidos, y donde pasas una agradable mañana haciendo unos kilómetros a ritmo tranquilo, a la vez que vas charlando con los conocidos.


Y este ha sido el plan para el Maratón de Berlín, la última semana toca hacer un par de salidas cortas y tranquilas, no cargar las piernas, sino darles descanso, intentar evitar el estrés, dormir y comer bien, y esperar que el día del maratón los entrenamientos den su fruto, no haya ningún inconveniente, y todo salga bien.


miércoles, 5 de septiembre de 2018

Maratón de Berlín, sexta, séptima y octava semana de entrenamientos

Debido a las vacaciones, llevo tres semanas sin publicar los entrenamientos, lo cual no quiere decir que no los haya hecho. A pesar de las vacaciones he sido disciplinado y he ido cumpliendo con los entrenamientos que tenía marcados, y salvo uno, que además era entrenamiento cruzado, el resto los he hecho todos.


Estas tres semanas de entrenamientos, una ha sido aún trabajando, y las otras dos semanas han sido de vacaciones, y eso se ha notado mucho, sobre todo porque estaba más descansado, y eso las piernas y la mente lo han notado para bien, lo malo, pues el calor en mi pueblo, la humedad de correr en la playa, y sobre todo el tener que correr en lugares en los que no estoy acostumbrado, o que desconozco, que hacen que tenga que ir demasiado pendiente de la ruta.

Con el paso de estas semanas estamos a las puertas del maratón, apenas once días para estar en la línea de salida, y con la gran duda de si llego bien preparado, o falto de kilómetros, y es que como era de esperar el volumen de kilómetros del plan es menor del que vengo haciendo normalmente, y eso me genera la duda de si voy a llegar bien preparado, a pesar de haber ido cumpliendo con los entrenamientos del mismo.

Con lo que no he podido cumplir al 100% en estas dos semanas de vacaciones ha sido con los ejercicios de fortalecimiento, core, estiramientos y con el foam roller. En vacaciones en muchos casos tienes planes, visitas, cenas… y al final vas con el tiempo muy justo, tan justo que solo tienes tiempo para llegar de entrenar, ducharte y cambiarte, así que vas dejando de lado esa parte del entrenamiento, y aunque he hecho, no ha sido tanto como debería.

Por lo demás, ahora me encuentro ya bajando el volumen de kilómetros, con la intención de no llegar muy cargado el día del maratón, y planificando otra serie de cosas como es el caso de aprovechar el viaje para hacer turismo, y es que aunque yo conozco la ciudad, mi mujer es la primera vez que va, y hay que aprovechar el viaje por el maratón, para turistear un poco.

Y ahora paso a contaros los entrenamientos de estas semanas.

Día 1.6- 12 kilómetros de rodaje a ritmo entre 5:55 min/km y 5:25 min/km, más fortalecimiento.

Sesión de rodaje, en esta ocasión dejando de lado el circuito que he hecho en semanas anteriores, por el Parque Polvoranca, que es bastante llano, y haciendo un recorrido urbano por Alcorcón, y sus maravillosas cuestas.

Ya en casa, lo completé con ejercicios de fortalecimiento, core y estiramiento.


Día 2.6- 60 minutos de entrenamiento cruzado más fortalecimiento.

En esta ocasión la sesión de entrenamiento cruzado no la hice en gimnasio como en semanas anteriores, sino que mi mujer y yo cogimos la bici, e hicimos una ruta tranquila de algo más de una hora.


Día 3.6- 13,5 kilómetros con 7 repeticiones de cambios de ritmo de 1000 metros de 5´05” a 4´30”, y 500 metros recuperando.

No sé si a vosotros os pasa lo mismo, pero a mí, sin duda la sesión que más pereza me da hacer son las series o los cambios de ritmo, pero también es la que sesión que mejor me hace sentir una vez la acabo, sobre todo, si como pasó en esta sesión, no solo cumplo con los ritmos marcados, sino, que además salen algo mejor.

En casa, tocó hacer la sesión de estiramientos.


Día 4.6- 120 minutos a ritmo cómodo.

Ya de vacaciones en Ciudad Rodrigo, me tocó hacer la sesión de fondo, una sesión que en este caso difería de las anteriores, ya que no era por kilómetros, sino por tiempo, y no era progresiva, sino que era una sesión a ritmo tranquilo, hasta el punto que en el plan indicaba que se podía hacer kilómetros a ritmo de marcha.

Así pues, para esta sesión tocó ritmo tranquilo, paciencia para mantenerlo, y a sumar kilómetros a las piernas.

En casa, core y estiramientos.


Día 5.6- 6 kilómetros de rodaje a ritmo entre 5:55 min/km y 5:25 min/km.

Nueva sesión en Ciudad Rodrigo, en esta ocasión rodaje, en el que dejé que las piernas marcasen el ritmo, y sorprendentemente, a pesar de los 20 kilómetros del día anterior, y de que ese día estuvimos haciendo algo de turismo rural, el ritmo fue bastante ligero, encontrándome bastante fresco de piernas.


Día 1.7- 8 kilómetros de rodaje a ritmo entre 5:55 min/km y 5:25 min/km, más fortalecimiento.

La séptima semana la empezaba con una sesión de rodaje de 8 kilómetros, en esta ocasión ya no en Ciudad Rodrigo, si no en Montilla, y la hacía tras 556 kilómetros conduciendo, así que lo normal es que hubiese llevado las piernas cansadas, pero no fue así, me encontré bastante bien, e hice un entrenamiento a ritmo ligero.

Este día, completé la sesión en casa con ejercicios de estiramiento.


Día 2.7- 12 kilómetros con 3 repeticiones de cambios de ritmo de 2000 metros de 10´40” a 9´50”, y 1000 metros recuperando.

Esta semana cambiaba los días de las sesiones, y tras el rodaje del martes, el miércoles no tocó entrenamiento cruzado, sino cambios de ritmo, en esta ocasión de 2000 metros, lo que ya suponen series largas, que las llevo mejor que las cortas.

El día anterior durante el rodaje, aproveché para ver un circuito para esta sesión, lo cual agradecí, ya que así no me tocó improvisar. Buena sesión, en la que me sentí bien, y mejoré los ritmos marcados por el plan.

En casa, una merecida sesión de estiramientos.


Día 3.7- 8 kilómetros de rodaje a ritmo entre 5:55 min/km y 5:25 min/km, más fortalecimiento.

Nueva sesión de rodaje, en este caso tras pasar todo el día en la piscina, y dado que teníamos planeada una cena, opté por ir corriendo desde la piscina hasta la casa, dando un buen rodeo, ya que ese trayecto apenas llega a los dos kilómetros, mientras que yo tenía que hacer 8.

Piernas algo cargadas, pero según fueron pasando los kilómetros el ritmo fue mejorando, hasta acabar a un buen ritmo.

Este día, debido a la cena, no tuve tiempo ni de estirar cuando llegué a casa.


Día 4.7- 21 kilómetros, repartidos en 11 km a 5:35 min/km, 4 km a 5:30 min/km, 4 kilómetros a 5:25 min/km y 2 km a 5:20 min/km.

Con un fondo progresivo de 21 kilómetros terminábamos la primera semana de vacaciones, y la última semana de carga de kilómetros, desde ese momento, los kilómetros semanales empezaban a bajar.

La sesión debía ser progresiva, pero opté por no hacerla así, ya que 21 kilómetros en mi pueblo supone irte de una punta a otra del pueblo, y esto es pasar de estar en la parte más alta, a la parte más baja, para luego volver a la más alta, seguir hasta el polígono, volviendo a bajar, para subir de nuevo e ir a la zona donde hice la sesión de series, en definitiva mucho sube y baja, que desvirtuaba totalmente los ritmos.

Como al día siguiente empezábamos las vacaciones en la playa, ese día teníamos cena familiar, así que de nuevo al llegar a casa tuve que renunciar a los estiramientos.


Día 1.8- 6 kilómetros de rodaje a ritmo entre 5:55 min/km y 5:25 min/km, más fortalecimiento.

Empezaban los entrenamientos en la playa, y este año al contrario que en años anteriores, decidí madrugar un poco para entrenar, y luego tener todo el día con la familia, sin tener que estar pendiente de la hora para salir a entrenar.

Este día la sesión era de 6 kilómetros, pero al final salieron 9, ya que tras hacer 3 kilómetros por el paseo marítimo, me metí a callejear por el pueblo, guiándome del carril bici, y me encontré que cada vez me alejaba más del paseo marítimo, y que las urbanizaciones no me dejaban acceder a él. Al final opté por darme la vuelta, deshacer el camino hecho, hasta que conseguí volver al paseo marítimo.


Día 2.8- 8 kilómetros de rodaje a ritmo entre 5:55 min/km y 5:25 min/km, con 20 minutos a ritmo rápido.

Para esta sesión no había cambios de ritmo, sino que tocaban 8 kilómetros a ritmo suave, y 20 minutos a ritmo rápido, que en lugar de eso yo opté por hacer ritmo progresivo, para acabar la sesión por debajo de los 5 min/km. Lo peor de este día fue la humedad, el día anterior no la había notado tanto, pero en esta ocasión acabé el entrenamiento que parecía recién salido de la ducha.


Día 3.8- 6 kilómetros de rodaje a ritmo entre 5:55 min/km y 5:25 min/km, más fortalecimiento.

No me gusta madrugar, me cuesta hacerlo para ir a trabajar, con lo que hacerlo en vacaciones para entrenar, no os quiero ni contar!!

Este día me costó levantarme y ponerme en marcha, y a las piernas les pasó lo mismo, empecé con pesadez, y pocas ganas, aunque poco a poco me fui encontrando mejor, y al final salió una buena sesión, que al igual que el día anterior, acabé completamente empapado por culpa de la humedad.


Día 4.8- 45 minutos de entrenamiento cruzado más fortalecimiento.

Este día volvimos de la playa, por lo que me tuve que saltar la sesión de entrenamiento cruzado.

Día 5.8- 16 kilómetros, repartidos en 8 km a 5:30 min/km, 3 km a 5:25 min/km, 3 kilómetros a 5:20 min/km y 2 km a 5:15 min/km.

Ya de vuelta de las vacaciones, tocó hacer la sesión de fondo, que bajaba hasta los 16 kilómetros.

En esta ocasión, no sé si por el viaje del día anterior, o la acumulación de la semana, o el calor, después de unas semanas de temperaturas más suaves, ya que de nuevo me acompañaron 33º, el caso es que desde el principio me encontré con las piernas muy pesadas, y aunque fui cumpliendo más o menos con los ritmos, me notaba que sufría demasiado, y que no terminaba de ir tan bien, como en días anteriores, lo cual es una mala sensación estando ya tan cerca del Maratón.

En casa, de nuevo pude retomar los estiramientos, lo cual agradecieron mucho las piernas.


Y así han transcurrido estas tres semanas, que me han dejado a las puertas del Maratón de Berlín, con una extraña sensación, ya que aunque en general todos los entrenamientos han ido muy bien, las malas sensaciones del último me genera dudas respecto al Maratón. Por suerte aún quedan entrenamientos, que espero me generen mejores sensaciones, y afrontar con mayor moral, y menos dudas el Maratón.