Puedes
leer la parte I pinchando aquí.
Antes de continuar, indicar que la organización fue espectacular no solo en la organización de la feria del corredor, sino además en cada momento de la prueba, empezando desde la organización de los cajones, la salida escalonada, la cantidad de puntos de avituallamientos que había, (al final del maratón casi en cada milla), los puestos médicos que había situados en cada avituallamiento, y los voluntarios que ayudaban e informaban. La verdad es que todo fue espectacular
Y ahora continuo con lo que fue el Maratón. Pasado
el Golden Gate me tomé el primer gel, y además empezaba la parte más dura del
Maratón, nos esperaban 16 kilómetros rompe piernas, aunque por otro lado dejábamos
atrás la niebla y el viento que nos habían acompañado en el Golden Gate Bridge.
Entre el kilómetro 15 y el 20 recorrimos el parque del Presidio y parte de la avenida
28, hasta llegar a la entrada del Golden Gate Park. Al poco de terminar el
Golden Gate Bridge, una nueva subida, larga y de bastante inclinación que según
terminaba se convertía en una bajada algo más larga que la subida y lógicamente
con algo menos de inclinación, para de nuevo encarar una nueva subida, ésta ya
más larga aunque también con importante inclinación. En este tramo me pasó algo
muy curioso, y es que en San Francisco el tráfico no se corta por donde pasa el
Maratón, bueno, si por el recorrido, pero no en los cruces, por lo que te
encuentras a la policía regulando en los cruces el tráfico, esperando a que haya hueco para dejarles cruzar. Para ello la organización
en determinados puntos, (hasta en cinco puntos diferentes del Maratón), aprovechando
que las calles son completamente paralelas, va desviando corredores a una calle
u a otra para descongestionar y que los coches puedan pasar por los cruces de calles. En el vídeo que tenéis
a continuación podéis ver cómo nos juntamos corredores que vamos por dos calles
distintas, y pinchando aquí podéis ver el plano de la organización, donde con líneas discontinuas indica donde se hacía un trazado alternativo. El vídeo corresponde al paso, más o menos, del kilómetro 19, poco antes de entrar al Golden Gate Park, donde mi mujer y el peque se encontraban para animarme, de nuevo saludo,
sonrisa, dedo en alto, y confirmación a mi mujer de que voy bien. Un poco más
adelante kilómetro 20, tiempo de paso 1:53:31, a un ritmo de 5:41 min/km, cuando
lo planeado era de 1:55:00. Entre el kilómetro 15 y el 20 el ritmo fue de 5:41
min/km.
Y
entrabamos en el Golden Gate Park, otro lugar muy interesante turísticamente. Para que os hagáis una idea los que conocéis la Casa de Campo de Madrid, pues es igual, pero bastante más
grande. En este parque recorrimos diez kilómetros más o menos. Al poco de
entrar nos separamos de los corredores del primer Medio Maratón, para hacer por separado ellos la entrada a meta y nosotros el paso por el Medio Maratón, donde me tomé
el segundo gel. Aquí me pasó algo que mentalmente me dejó un poco descolocado, y
es que una vez entras en el Golden Gate Park, tienes una nueva cuesta que
coronas más o menos en el Medio Maratón (como os he comentado, ese tramo lo hacen solo los del
Maratón), después girabas y empezabas una bajada de un kilómetro y medio (bueno
más bien era un continuo bajar y subir, pero en el que al final perdías
altitud), que luego subías, por lo que te cruzabas con gente que ya venía, y en
ese punto me sorprendió ver gente que subía muy rápido y como si no les costase…
unos kilómetros más adelante supe la respuesta, y es que entre el kilómetro 23
y el 24 se nos unían los corredores del segundo Medio Maratón, ellos acababan
de tomar la salida, y claro, en ese momento iban frescos de piernas.
Como
he comentado anteriormente la parte del recorrido que bajabas luego la subías, y llegado al punto donde se inició la bajada, tomabas una nueva cuesta arriba, hasta llegar a la cota más alta del Maratón, 88 metros, en torno al kilómetro
25. En ese punto el tiempo fue de 2:22:49, a un ritmo de 5:43 min/km, cuando lo
planeado era de 2:23:45, así que llevaba más de Medio Maratón e iba dentro de
lo planeado. El ritmo entre el kilómetro 20 y el 25 fue de 5:52 min/km, ahí se
había notado que esos cinco kilómetros fueron complicados de correr, ya que por
un lado estaba el continuo subir y bajar, con una subida final de algo más de
tres kilómetros, y por otro lado que la carretera se estrechó bastante y era
difícil adelantar o no molestar a los del Medio Maratón, que iban disparados.
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Saludando a la cámara |
Los
siguientes kilómetros por el Golden Gate Park transcurrieron alrededor de un
lago, fueron más o menos dos kilómetros en el que el recorrido se podía decir que era
llano. Al terminar de recorrer el lago, una pequeña bajada, para encarar un
nueva subida constante de algo más de tres kilómetros, que nos acompañaría más
allá del Golden Gate Park. En ese tramo me tomé el tercer gel, y empecé a no
sentirme cómodo, no me encontraba mal, estaba disfrutando del Maratón, y hasta
ahí había llevado el ritmo planeado, pero no me terminaba de encontrar tan
cómodo como hasta ese momento, y el crono me lo confirmaba. En el kilómetro 30
el tiempo fue de 2:52:41, a un ritmo de 5:45 min/km, lo planeado era de
2:52:30, por lo que estaba cerca, lo malo es que esos cinco
kilómetros entre el 25 y el 30 el ritmo había sido de 5:58 min/km.
El
Golden Gate Park lo dejamos en torno al kilómetro 29, pero como os he comentado
la subida nos acompañó más allá, casi hasta el kilómetro 32. Ese kilómetro lo
tenía marcado, desde ahí hasta la meta casi todo el terreno era favorable, ya
que había mucho llano, varias bajadas y “solo” tres subidas. Tras coronar
la subida que iniciamos en el Golden Gate Park, empezamos una bajada corta y de
mucha inclinación con la que llegamos al kilómetro 32, pero esa bajada en lugar de ayudarme a mejorar sensaciones, me dejó algo tocado físicamente, ya que me empezó a dar un pinchazo en el isquiotibial derecho. En
el kilómetro 32 miré el crono, la idea era haber llegado a ese punto entre 3:00:00 y 3:05;00, y lo había conseguido, ya que llegué en 3:04:54, me quedaban 10 kilómetros,
y si quería bajar de las cuatro horas tendría que hacerlos en 55 minutos, algo
muy factible si tengo en cuenta que este año me he movido por debajo de 50 cincuenta
minutos en los 10 kilómetros, pero claro, una cosa es hacer 10 kilómetros
descansado y otra hacer 10 kilómetros, después de llevar 32 ya en las piernas, y subido y bajado innumerables cuestas.
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Ya en la línea de meta |
Los
dos siguientes kilómetros, 33 y 34, marcaron lo que serían los 8,195 kilómetros
restantes, del 34 hasta la meta. En esos kilómetros teníamos una nueva subida,
corta, que se agarraba a las piernas, una bajada larga, en la que tenía un
primer tramo de bastante inclinación, y en la que de nuevo el isquitibial
derecho me empezó a pinchar, y una nueva
subida, está bastante dura, (es la del vídeo que tenéis a continuación), en la
que empecé a sentir punzadas en el tendón de Aquiles derecho. Por otro lado en
el kilómetro 32 me tomé el cuarto gel, y en el avituallamiento de la milla 20,7
(33,12 kilómetros más o menos), tomé un vaso de bebida isotónica, y tuve la
mala suerte de que quien lo preparó decidió ponerle hielo, (durante el maratón la temperatura fue de 13 grados), la bebida estaba
helada, y según la tragué noté como me raspaba la garganta y caía malamente en
el estómago. Deciros que desde ese momento no eché nada más al estómago, me
salté todos los avituallamientos líquidos que quedaban (cinco en total), y no
gasté el quinto gel que llevaba, todo por miedo a que si le echaba algo al
estómago al final terminase vomitando. Además de todo eso también he de decir
que las piernas no me iban, bueno, no iban al ritmo que yo quería llevar en ese
momento, yo quería haber ido a un ritmo inferior a 5:30 min/km, y en cambio esos dos
kilómetros los hice en 6:00 min/km y 5:55 min/km, por lo que había cedido tiempo, en lugar de recuperarlo, en ese momento ya supe que no iba a bajar de las cuatro horas.
Desde
ese kilómetro 34 las punzadas en los isquitibiales y en el tendón iban y
venían, según fuese el terreno, pero lo que no se iba era la sensación de tener el estómago cortado que
hacía que en ocasiones tuviese ganas de vomitar. Así que a partir del kilómetro
34 empezó el sufrimiento, y fue el momento de tirar de fortaleza mental, lo
bueno es que hasta ese momento había disfrutado mucho del Maratón, de esa
visita turística por San Francisco, y la mente la tenía descansada y despejada.
El kilómetro 35 lo pasé con un tiempo de 3:23:02, a un ritmo de 5:48 min/km,
pero lo peor es que del 30 al 35 el ritmo fue de 6:04 min/km.
Del
kilómetro 35 al 40, terreno llano y, ¡por fin!, la última de las innumerables
subidas que hicimos a lo largo del Maratón, en la que, como no, el tendón de Aquiles de nuevo me empezó
a pinchar. A la subida le seguía una nueva bajada, aunque en este caso como era
larga no tenía tanta inclinación como las anteriores y el isquitibial me dio un
respiro. Esa bajada coincidía con la milla 24 (38,40 kilómetros más o menos),
desde ahí ya todo era terreno llano. Como os decía esos últimos kilómetros no
paraba de animarme, las sensaciones no eran buenas, pero el ritmo tampoco era
tan malo, eso me ayudaba a ser positivo, y a olvidarme de las molestias,
y sobre todo a no pensar en la sensación de estómago cortado que tenía. Los kilómetros
empezaban a hacerse largos, pero la meta y el triunfo que suponía acabar el
Maratón ya estaba muy cerca. Recuerdo que cuando quedaban solo cuatro
kilómetros pensaba, “cuatro kilómetros, ¿qué son cuatro kilómetros después de
16 semanas entrenando?”, y así poco a poco, animándome, sintiéndome cada vez
más alegre, más feliz, me fui comiendo la distancia que me separaba de acabar
mi segundo Maratón.
En
la última milla pasamos junto al estadio de béisbol de los San Francisco
Giants, por lo que me permití pasarlo algo más tranquilo y disfrutar viéndolo,
y tras él, encaramos el embarcadero que nos llevaría hasta la línea de meta. Ese
momento hay que disfrutarlo, ya que se concentra mucha gente, son muchos los
aplausos que te conceden los desconocidos que allí se encuentran, son los
metros finales de esa mítica cifra de 42.195 metros, es el momento por el que
has entrenado tantos meses, y había que saborearlo.
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Momento de la entrada en meta |
El
tiempo final según el GPS fue de 4:11:46, según la organización, que es lo que cuenta, fue de 4:11:53, a un ritmo de 5:58 min/km, lejos de bajar de las
cuatro horas, a cuatro minutos de mi tiempo en Madrid, pero eso daba igual, lo
importante es que había vencido un nuevo Maratón que a mi modo de parecer, es más rompepiernas que el de Madrid. Según el GPS los últimos 10,195 metros los hice en 1:06:52, a un ritmo de 6:34 min/km, un minuto más de lo que debía haber ido. También como podéis ver en la foto del collage de más abajo, el GPS me marcó 42.710 metros, ¡como si no hubiese tenido suficiente con los 42.195 metros!
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Puntos de control de tiempos |
Tras recoger la medalla de finisher, que por cierto ¡es bastante grande!, recoger la bebida isotónica, la fruta, un batido para recuperar proteínas, una barrita energética y el plástico para evitar enfriarme, pasé a hacerme la correspondiente foto en el photocall de la organización, y me reuní con mi mujer y el pequeñajo, ya con ellos la emoción me pudo, y las lagrimas vinieron a mis ojos.
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Collage de fotos |
A modo de resumen, comentar que el ganador del Maratón en hombres fue Max Haines-Stiles, con un tiempo de 2:30:42, y en mujeres fue Tori Tyler, con un tiempo de 2:49:51. En lo personal mi puesto fue el 2001 de los 6331 participantes que acabaron el Maratón (no he conseguido encontrar cuantos lo empezamos), en la categoría de hombres quedé el 1583 de 4170, y en mi categoría por edad y sexo, el 198 de 520.
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Resultado del Maratón |
Para terminar la entrada, daros una vez más las gracias a todos aquellos que me
habéis animado a través de las redes sociales, pero sobre todo a mi mujer, que me
animó a hacer este Maratón, y que me ha apoyado y animado los días que llegaba
a casa cabizbajo porque los entrenamientos no estaban saliendo como quería, por
esos momentos del Maratón en los que nos vimos y que me insuflaron tanta
adrenalina. Como ya dije tras el Maratón de Madrid, esta nueva meta cruzada
también es mérito de ella, que me apoya.