A
día de hoy, raro es el corredor que no utiliza un reloj GPS, y es que se ha convertido en una herramienta muy valiosa para nosotros, ya que con ella
podemos tener información bastante precisa de la distancia recorrida, la
velocidad, el ritmo, y el tiempo de entrenamiento, y es una información de gran
utilidad tanto en el entrenamiento o carrera, como posteriormente, para
analizar los datos, una vez los descargamos en nuestro ordenador.
En
el párrafo anterior, he indicado que es una información bastante precisa pero, ¿hasta
qué punto es precisa esa información?, pues la verdad que no es 100% precisa, y
es que a quién no le ha pasado que ha salido a correr con un grupo y que al
acabar no todos los GPS marcan la misma distancia y/o ritmo, o hacer una
carrera que está homologada, y ver que al cruzar la meta, la distancia de la
carrera no se corresponde con la que marca el GPS. En ese caso tengo un ejemplo muy claro, el Maratón de Valencia, carrera homologada, etiqueta Gold, y
mi GPS me marcó al cruzar la meta un total de 42.770 metros, en lugar de los
42.195 metros del Maratón.
Por
lo tanto, una cosa que debemos de tener muy clara, es que nuestro GPS nos va a
ser de mucha ayuda, pero para nada, es un sistema de medición totalmente
preciso, ya que para calcular todos los datos va a depender de la distancia,
los tiempos, los obstáculos que haya entre los satélites y nosotros, y a ello
debemos de añadir, que nosotros estamos en movimiento. Por lo tanto, hay que
tener en cuenta que va a haber distintos factores, tanto tecnológicos, como
externos, que van a influir en la precisión de los datos que nos ofrezca
nuestro GPS.
Ahora,
voy a tratar de explicaros de manera sencilla como funciona un GPS.
El
Sistema de Posicionamiento Global (GPS), es un sistema formado por una red de
24 satélites que están en órbita alrededor de la Tierra, que emiten constantemente
señales de su posición exacta, junto con la señal de tiempo, estando todos los
satélites sincronizados entre sí. Nuestro receptor GPS, va a localizar un
mínimo de 4 satélites, de los que recibirá unas señales que decodificará y procesará,
y en base a una regla de triangulación, obtendrá nuestras coordenadas. Cuando
nosotros corremos, nuestro GPS está constantemente calculando nuestras
coordenadas, comunicándose con los satélites más o menos cada medio segundo,
por lo que nuestro GPS no reflejará nuestra carrera de manera constante, sino
que tendrá registrada nuestra última coordenada, y la unirá con la nueva
coordenada mediante una línea recta, calculando el tiempo que hemos tardado en
recorrer esos dos puntos, así como el ritmo. Va a ser muy importante cada
cuantos segundos registre el GPS nuestra posición, ya que a mayor frecuencia,
mayor precisión. Según estudios, se calcula que el error de medición de un GPS es de 75 a
150 metros cada 10 kilómetros.
Otro
factor que va a influir, es que al estar en constante movimiento, se puede dar
el caso de que no siempre estemos conectados a los mismos satélites, pudiendo
haber un momento de desconexión. En ese caso el GPS calculará la distancia que
hemos corrido durante la desconexión, y a partir de ahí la velocidad y el
ritmo, pero obviamente el recorrido real, y el el recorrido que el GPS calcula, que será una
línea recta entre la última ubicación antes de la desconexión, y la primera
tras la nueva conexión, pueden no ser iguales.
Aparte
de los factores anteriores, que podríamos decir que son tecnológicos, existen
otra serie de factores externos que también van a influir en la precisión de
nuestro GPS. Túneles, puentes, edificios o zonas espesas de árboles, pueden
llegar a bloquear la señal de los satélites, produciendo que el retorno de la
señal no sea inmediato, y que el error de posicionamiento sea más alto de lo
normal. Otro de los factores externos es la climatología, sobre todo los días
nublados, ya que en este caso, aún en zonas abiertas, sin edificios ni árboles,
la precisión del GPS se va a ver afectada. Por tanto, las condiciones de uso
ideal de nuestro GPS sería en zonas sin obstáculos y con un cielo despejado,
pero lamentablemente, esta situación tan idílica pocas veces se dan en nuestros
entrenamientos o carreras.
Dos
ejemplos más de factores que afectan a la precisión de nuestro GPS, son las
prisas por empezar, y las curvas de un recorrido. En el primer caso, se debe a que
una vez nuestro GPS nos da la señal de que tiene la localización, empezamos a
correr, y el error de precisión muchas veces viene dado porque aunque el GPS
nos avise de que ya tiene señal, esto no quiere decir que sea constante y
buena, por lo que siempre es recomendable esperar unos segundos tras el aviso.
El segundo caso es muy curioso, y es que la precisión llega a depender de la muñeca
en la que llevemos el GPS, y es que si llevamos el GPS en la muñeca izquierda y
la mayoría de curvas son hacía la izquierda, obtendremos una mayor precisión
que si la mayoría de curvas son a la derecha, y al contrario, ya que el GPS
queda en el exterior de la curva, haciendo un mayor recorrido.
Así
pues, nuestro GPS no es infalible, la información que nos da no es 100%
precisa, ya que hay diferentes factores, tanto tecnológicos como externos, que
hacen que afecten a la precisión del mismo.