miércoles, 3 de abril de 2019

VI Carrera contra el cáncer

La acción más pequeña, es mejor que la intención más grande, y el pasado domingo 18.400 acciones se unieron para teñir el Paseo de la Castellana de verde esperanza, en la sexta edición de la Carrera contra el cáncer, la cual organizaba la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), y cuyos beneficios iban destinados a la lucha contra esta maldita enfermedad.


Este año correr esta carrera era muy especial, nunca había sentido tan de cerca la enfermedad como el último año, cuando le diagnosticaron el cáncer a mi padre. Ha sido un año complicado, duro mentalmente, aunque a finales de febrero nos dijeron que mi padre estaba limpio de linfomas, ahora tendrá revisiones, para controlar que no aparezcan de nuevo, pero de momento, mi padre le ha ganado la batalla al cáncer, y espero que como él mucha más gente gane esa batalla.

La carrera tenía diversas opciones, para hacerla más accesible a todo el público, una carrera de 4 km, que era la que primero tomaba la salida, la carrera de 10 km, en la que yo participaba, una marcha de 2 km, y carreras infantiles.



La organización, muy bien para la retirada del dorsal, muchas personas en el stand, y además en la inscripción había que marcar el margen de hora y día en que se iría a recoger, mi camiseta bien, pedí talla S, y me la dieron, el peque es otra cosa, pedí talla de 4 años, y el viernes por la tarde, es decir el primer día, solo había talla 8 años… Respecto a la salida de las carreras, muy bien ya que no han hecho como en las anteriores ocasiones que la corrí, donde compartíamos salida los 4 y los 10 km, esta vez primero salieron los de 4 km, y como 25 o 30 minutos después los de 10 km. Otra cosa son las carreras infantiles, muy mal, ya que hicieron solo dos grupos de edades, por lo que el peque, con 4 años, tuvo que compartir carrera con niños que le sacaban unos cuantos años… lo cual no me parece para nada lógico, además de bastante peligroso.

El recorrido de esta carrera no es de los más bonitos, y menos con el cambio que han hecho, antes por lo menos acababas en la Plaza del Descubrimiento, ahora se limita a salir desde el inicio del Paseo de la Castellana, subir hasta Plaza Castilla y bajar, y además por problemas en el recorrido, no eran 10 km, sino alrededor de 9,5 km. El recorrido por tanto se podía resumir en unos 4,750 km de subida y lo mismo de bajada.


En la salida la idea era ver cómo estaban las piernas a solo una semana del Medio Maratón de Madrid, y como entrenamiento para esa carrera, intentar hacer la subida a menos de 5 min/km, y la bajada en torno a 4:30 min/km, buscando un ritmo medio final de 4:45 min/km, que es el que busco de cara al Medio Maratón.


Ya en carrera, salida bastante fluida, y pronto encontré un ritmo cómodo, que fue el que más o menos intenté llevar a lo largo de la subida. Como curiosidad, decir que la organización no había cambiado los puntos kilométricos del nuevo recorrido, y por tanto desde el primer kilómetro había un desfase tremendo entre el GPS y los kilómetros.

La subida no tiene más historia que mi intención de mantener el ritmo por debajo de los 5 min/km, lo cual conseguí, ya que el GPS me marcó 4´48” en el primer kilómetro, 4´54” en el segundo, 4´55” el tercero, 4´53” el cuarto y 4´44” el quinto kilómetro, donde ya empezamos a bajar, y donde atravesamos un túnel con su consiguiente bajada, subida, y metros por dentro del túnel, que a mí me parecen horribles. Haciendo esos cinco kilómetros en 24´14”.


Ya en terreno favorable, el ritmo cambió, como os he comentado anteriormente mi idea era la de ir a un ritmo de 4:30 min/km, pero para mi sorpresa, o como confirmación de que estoy entrenando bien, el ritmo siempre fue más rápido, y además sin forzarme en llevarlo, lo cual significaba que podía apretar un punto más a las piernas.

Debo decir que conforme me acercaba a la meta, la carrera se hacía más sentimental, mucho de lo vivido este último año se agolpaba en la cabeza, ya con la recta de meta a la vista, las lagrimas saltaron a mis ojos, y a pesar de que no hacía sol, me puse las gafas. Poco antes de esa meta, se encontraban mis personas favoritas, mi mujer y el peque, que me sacaron una sonrisa, y con ella encaré los metros finales.


Los tiempos desde el kilómetro 5 a meta fueron 4´23” el sexto kilómetro, 4´24” el séptimo, 4´23” el octavo, 4´20” el noveno, y los 0,59 metros restantes que me marcó el GPS fue en 2´30”, a un ritmo ese tramo de 4:14 min/km. Pasando la meta con un tiempo de 44´14”, a un ritmo mejor del que me había propuesto, ya que fue de 4:37 min/km.


Tras nuestra carrera, tomó la salida la marcha de dos kilómetros, y una vez acabaron, fue el turno de las carreras infantiles, que como he comentado dividieron en dos salidas, y con recorrido para los más pequeños de 100 metros de subida, giro de 180 grados, y 100 metros de bajada. Intentando evitar la montonera de niños que corren por el centro, coloqué al peque a la derecha, y todo fue bien, salvo cuando tuvo que hacer el giro, ya que evidentemente no tiene las nociones de los mayores, y se cruzó sin mirar alrededor. Sorteado ese giro, sin ningún incidente, me coloqué detrás de él, disfrutando de cómo recorría los metros que le separaban de la meta.


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