Ya estamos a poco más de 24 horas de acabar el 2019, aunque en lo que respecta a carreras ya di por cerrado el año el pasado 15 de diciembre, tras cruzar la meta de la San Silvestre de Alcorcón. Tras eso, salidas cortas para intentar no perder mucho ritmo, y sobre todo quemar los excesos de estos días navideños.
En lo que llevamos de año hasta hoy, llevo 1.487,30, aún queda un día, y subirá algo la cifra, pero no va a pasar de los 1.500 kilómetros, y me quedaré por debajo de los 1.705,08 kilómetros del 2017, o los 1.602,77 kilómetros del 2018.
Este año ha venido marcado claramente por el cambio en el método de entrenamientos, la idea era clara desde principios de 2019, menos cantidad de kilómetros, pero dar más calidad a esos kilómetros. Por supuesto, también venía marcado en rojo en el calendario el 13 de octubre, fecha en la que correría mi tercer major, tras Berlín y Nueva York, era el turno de Chicago. Preparar este maratón supuso que de nuevo tuve un verano de muchos kilómetros, siendo agosto, por segundo año consecutivo, el mes de mayor carga del año, con 219,97 kilómetros, aunque mereció la pena, ya que luego pude disfrutar de mi mejor Maratón, por marca, 3h 42´17", por sensaciones, por lo que pude disfrutar a lo largo de la carrera, y también sea dicho de paso, por lo que Chicago supone como organización de un Maratón, en todo momento, la organización raya la perfección.
En lo que respecta al Medio Maratón, la que es mi distancia preferida, he acabado el año con cuatro metas, en tres ciudades distintas (Madrid, Valladolid y Valencia). En esta distancia este año he conseguido acercarme al sub 1h 40´, lástima de flato que me entró en Madrid, sino, es muy posible que lo hubiese logrado, aún así, muy contento de haber dejado mi marca en 1h 40´47”, y haber hecho todas las carreras por debajo de 1h 43´.
Este año, he podido volver a correr una distancia que no es habitual, el 15K, llevaba desde 2016 sin hacerlo, y me apetecía volver a hacer esa distancia, cerrando el año con dos carreras, una en Madrid y otra en Valencia, la primera era una preparación para el Medio Maratón de Madrid, y salió bastante bien, 1h 08´19”, la segunda, dentro de un fin de semana familiar en la playa, donde disfruté de 15k nocturnos por Valencia.
Como no, en el calendario también ha habido hueco para el 10K, este año han sido siete carreras, aunque una de ellas sufrió un cambio de recorrido de última hora, y al final no llego a los 10K. En esta distancia también se ha hecho notar el nuevo método de entrenamiento, ya que he acabado muchas carreras cerca de los 45´, y en dos de ellas incluso por debajo de 45´, llegando a mejorar mi marca en esta distancia, algo que hace un año veía difícil, dejándola en 44´10”.
Y como no, también he hecho montaña, aunque este año poca, solo una, y además muy sufrida, ya que me presenté en la línea de salida sin preparación, e infravalorando el recorrido, lo cual hizo que me llevase una bofetada de realidad, por otro lado bien merecida.
Este año, aparte del cambio de entrenamientos, he seguido con los entrenamientos de Adidas Runners Madrid, intentando ir siempre en grupos que me hiciesen salir de mi zona de confort, esa de la que cuesta salir cuando vas en solitario, y de la que te resulta más fácil salir cuando corres en grupo.
Y en lo que respecta a la salud, he tenido un buen año, atrás quedaron las molestias del psoas con las que cerré el 2018. Sigo complementando los entrenamientos con ejercicios de fuerza, core, y sobre todo con estiramientos y sesiones de foam roller, además de sesiones de fisio cuando noto demasiado cargados los músculos.