El
domingo participé en una nueva carrera solidaria, y una vez más el ambiente y
la cantidad de gente que te encuentras con tu misma afición me sorprendió. Según indicó la organización por megafonía éramos más de cinco mil personas las
que íbamos a correr en las distintas distancias.
En
esta ocasión no corrí solo, dos de mis compañeros habituales por fin dieron
señales de vida, y bastantes meses después volvimos a compartir una carrera, y
a nosotros se unió mi primo, que ya corrió conmigo la Carrera de las Aficiones. Él entrena en un club de triatlón, y no deja de lado
las carreras de running. Además, de nuevo, mi mujer y mi hijo vinieron a
animarnos, teniendo en cuenta el madrugón y el frío, os podéis imaginar cómo me
siento cuando vienen a animarme.
David, Lucas, César, el pequeñajo y yo |
En lo
que respecta a la organización de la carrera, es la segunda vez que la corro, y
al igual que el año pasado he echado en falta que regalen con la inscripción
una camiseta técnica conmemorativa, de hecho es la única carrera que he hecho
en los últimos dos años en la que no regalan camiseta. Otro punto negativo para la
organización, a mi entender, es que mezcla la salida de los 5 y los 10 kilómetros y durante más
de un kilómetro ambas carreras van juntas, esto hace que la salida sea muy
lenta, más aún, cuando a los participantes le regalan un 2X1 para el Parque de
Atracciones, lo que hace que muchos chavales se apunten sin ninguna intención
de correr, solo la de ir al Parque, pero eso sí, a la hora de dar la salida se
colocan los primeros, y lo único que consiguen es estorbar y provocar que vayas más
pendiente de esquivarlos que de coger ritmo.
La
carrera fue en la Casa de Campo, el pulmón de Madrid, un marco muy bonito y muy saludable, y el día bastante fresquito, y allí se notaba aún más, debido a la humedad del lago, aunque como
siempre, hay valientes, entre ellos mi compañero Lucas, que se lanzan a correr
en pantalón corto.
El
recorrido, como podéis ver abajo, era bastante duro en sus primeros cuatro
kilómetros, ya que eran de constante subida, para, a partir del mencionado cuarto kilómetro y hasta el nueve cambiar y convertirse en un trazado de bajada con alguna que otra subida, para pasar a ser un recorrido que ayudaba a recuperar bastante el tiempo perdido en los cuatro primeros
kilómetros, aunque no podías olvidarte del último repecho que había cerca de la meta.
El trazado era de asfalto en su parte inicial y final, y caminos de gravilla, entre el kilómetro uno y
medio hasta el seis y medio, esto último lo llevo muy mal, me gusta correr por
parques, pero no me gusta correr por caminos de grava, esto es más algo mental,
porque siento que pierdo estabilidad y no voy cómodo.
Recorrido y altimetría de la carrera |
El año pasado esta carrera la hice en 55:53, este año mí
tiempo en meta fue de 52:31, ritmo promedio de 5:15 min/km, bastante bien, sobre todo, teniendo en cuenta que en el kilómetro cuatro llevábamos un ritmo promedio de
5:50 min/km, por lo que recuperamos bastante tiempo en los seis kilómetros restantes.
En meta con mi pequeñajo |
Cómo
ya conté en Cuarta semana de entrenamientos, a doce del Maratón de Madrid 2015, cambié la rutina de entrenamiento para hacer la carrera,
por lo que el viernes por la tarde hice la sesión de fondo (1:41:59, 15,98
kilómetros), y 36 horas después estaba corriendo en la Casa de Campo, por lo que
en bastantes tramos de la carrera aunque quería ir más rápido para intentar
estar lo más cerca posible de mi mejor marca (50:44), las piernas no me
respondían y me tuve que conformar con el tiempo que hice.
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