Los entrenamientos de esta semana han coincidido
con el tercer mes de mi pequeñajo, tres meses, en los que, como es obvio, te
cambia la vida, pero para bien. Tenerle con nosotros es una gran
responsabilidad, pero sobre todo es una alegría. Dicen que hasta el año no ven
con claridad, seguramente sea cierto, tan cierto, como que ya se te queda
mirando fijamente, te observa y te sonríe, y esa sonrisa dulce, es la que te da
fuerzas en cada momento malo que uno pueda tener. Una vez mi mujer me preguntó
en que pienso cuando hago las sesiones de fondo, esas que son tan largas, que
ya están por encima de las dos horas, yo le respondí que en ocasiones voy con la mente en blanco y en
otras ocasiones voy pensando en el recorrido a hacer, o pienso en nuevas entradas
para el blog, o en la foto que me haré con la medalla de finisher del Maratón
de Madrid y mi hijo en brazos, y esa imagen, es a la que recurro cuando más
cansado me siento, es la que me hace dar un paso más, y, os cuento un secreto,
en alguna ocasión mientras corro, imaginándola, hasta he tenido ganas de llorar
de la emoción.
Más de mi pequeñajo… cuando me metí en esta
aventura aún le quedaban unos meses para nacer, recuerdo que un amigo me dijo
si lo había pensado bien, sí era consciente de que preparar un maratón suponía
mucho entrenamiento y a eso tenía que añadir un recién nacido… ¿lo pensé bien?,
pues sinceramente no, vi la publicidad del maratón, y sin pensarlo dos veces se
lo comenté a mi colega David, y nos apuntamos. Si me pensé muy bien el plan de
entrenamiento, no quería perderme mucho tiempo de estar con el pequeñajo por
preparar el maratón, así que estuve mirando y mirando planes de entrenamiento,
hasta que cogí uno que adapte a mi medida (en la entrada A mis cuarenta y..., que da nombre al blog, podéis
leer más sobre esto), pero había una variable en la ecuación que no resolvería
hasta que llegase el pequeñajo, y que sin duda preocupa a todos los padres, ya
que es un comentario que me hicieron en muchas ocasiones antes de nacer, y que
se ha convertido en una pregunta que me hacen mucho una vez ha nacido, y es
¿qué tal duerme el niño?. Si queridos amig@s, los que sois padres lo
entenderéis, ya que si duerme bien tu descansas, si duerme mal… pues si duerme
mal te jodes y vas con sueño y cansado todos los días. En nuestro caso hemos
tenido suerte, el pequeñajo salvo las navidades y alguna noche suelta duerme
muy bien, es algo fiestero, por que le pueden dar las doce de la noche
despierto, pero a partir de ahí, duerme genial, y eso para la preparación del
maratón, desde el punto de vista del descanso, es una maravilla, y se lo
agradezco!!
En lo que respecta a los entrenamientos de esta
semana:
Día uno, sesión a ritmo de maratón. He repetido
el mismo circuito de la semana pasada, solo que en esta ocasión he dado cuatro
vueltas al óvalo del parque, y a ello he sumado los alrededor de dos kilómetros
de mi casa al parque y viceversa. Para esta segunda sesión a ritmo de maratón
tenía que hacer 25 minutos a 6:30 min/km y 20 minutos a 5:30 min/km, yo hice 7,80 km en
un tiempo total de 44:07 minutos, dividido en 23:09 minutos a 6:06 min/km y 20:58
minutos a 5:15 min/km.
Día dos, sesión de fartlek. Nueva sesión de
series, al igual que la anterior, tres partes. Una primera parte a ritmo
tranquilo, una segunda parte de series, y una tercera parte también a ritmo
tranquilo, y una vez acabado el entrenamiento unos ejercicios de
fortalecimiento. Para esta segunda sesión de series tenía que hacer 5 minutos a
6:30 min/km, 14 minutos alternando series de 1 minuto a ritmo 5:00 min/km, y
otro minuto a 7:30 min/km, y por último 5 minutos a 6:30 min/km, e hice lo que
marcaba el plan, para un total de 3,86 kilómetros .
Mientras yo hacía mis series, mi mujer seguía con su puesta a punto, ya ha
conseguido hacer tres kilómetros del tirón, y lo más importante empieza a
asimilar que en los retos no hay que fijarse la meta al inicio, sino que hay
que ir quemando etapas poco a poco, no se puede llegar al kilómetro cinco, sin
pasar por el uno.
Día tres, sesión de fondo. Hoy salí mentalizado, ya
había mirado el tiempo en internet y sabía que haría mucho viento, rachas de hasta 14
km/hora , correr con un viento así es muy incómodo
y complicado, así que me mentalicé en llevar un ritmo suave, y en dedicar el
entrenamiento no solo a tener más fondo, sino también a entrenar la mente para
sufrir, porque no nos olvidemos que un Maratón son 42,195 kilómetros , y
en esa distancia sufres sí o sí. Según el plan tenía que hacer 2 horas y 30 minutos
a un ritmo promedio entre 6:15 min/km y 7:00 min/km, yo he hecho 23,91 kilómetros en
2:32:16 a un ritmo promedio de 6:22 min/km.
Y esta ha sido una nueva semana de
entrenamientos, donde debo indicar que me estoy sintiendo cómodo con las
sesiones de entresemana, pero en la que de nuevo el viento me ha hecho sufrir
en la sesión de fondo. Pero como he dicho anteriormente hasta del sufrimiento
hay que sacar cosas buenas, si no se puede ir a un ritmo rápido aflojamos y
acomodamos el ritmo a las circunstancias, y ya que son dos horas y media de
entrenamiento, aprovechamos para mentalizarnos de que será difícil, que sufriré,
pero que aún así, llegaré a la meta, y en la meta, además de mi mujer y mi
hijo, me espera una de estas medallas.
Semana 7
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Día 1
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Día 2
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Día 3
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Plan Entrenamiento
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25 minutos a
6:30 min/km
20 minutos a
5:30 min/km
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5 minutos a 6:30
min/km
Insertar 14 minutos
1 min a 5:00 min/km
1 min a 7:30 min/km
5 minutos a 6:30
min/km
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2 horas 30 minutos
Ritmo entre 6:15 y
7:00 min/km
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Realizado
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23:09 minutos a
6:06 min/km
20:58 minutos a
5:15 min/km
Total 44:07 min
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Fortalecimiento en
gimnasio y 24 minutos de series según plan
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2:32:16 minutos
Ritmo 6:22 min/km
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