Antes de continuar con el resto del Maratón, quiero
felicitar a la organización, espectacular todo, Feria del corredor,
instrucciones, ropero, señalizaciones, todo a la altura de una competición
internacional. Felicitar también y dar las gracias a los voluntarios,
fundamentales en un evento de esta envergadura. Y como no, a toda esa gente que, a pesar de la lluvia, te encontrabas a lo largo del recorrido animando y
apoyando, y que te hacía sentir que estabas haciendo algo
importante. Por último, un 10 al recorrido, creo que es difícil encontrar un recorrido que pase por
sitios tan emblemáticos y bonitos como los que pasamos en esos 42.195
metros , aunque eso sí, tratándose de Madrid, un recorrido bonito, pero
también duro y rompepiernas.
Altimetría del Maratón de Madrid 2015 |
Ahora continúo con el Maratón:
A partir del kilómetro 25 se puede decir que empezaba otra carrera, quedaban17 kilómetros , y los iba a tener que hacer yo
“solo”, pero no era algo nuevo para mí, había hecho quince duras semanas de
entrenamiento, en las que había luchado solo contra todo, haciendo tiradas
de fondo muy duras, en las que me había llovido y había tenido mucho viento. Ese entrenamiento, a partir de ese momento, se iba a poner a prueba, y no tanto
física como mentalmente.
A partir del kilómetro 25 se puede decir que empezaba otra carrera, quedaban
La alegría tras pasar la meta |
A partir del kilómetro 30 llegaba lo inexplorado, nunca
había pasado de esa distancia, así que no sabía muy bien como respondería,
hasta ese momento salvo las leves molestias que he comentado, físicamente iba bastante bien, y mentalmente, aunque la Casa de Campo se me había hecho un poco dura,
tampoco iba mal. Pero a partir de ese momento cualquier cosa podía pasar, por
un lado estaba el temido muro que tanto comentan los maratonianos, y por otro
estaba el muro que la organización nos había preparado con siete kilómetros de
constante subida, que tenían dos rampas de bastante dureza, una justo al empezar (Calle Segovia), y otra para terminar (Calle Goya).
Luciendo medalla |
Del 30 al 35 pasábamos de llegar al punto más bajo del
recorrido a empezar, a partir del 33, la constante subida. En este tramo también hubo
mucha zonas desangeladas, la lluvia apretaba cada vez más, y mi cabeza empezó a
cometer errores. Seguía bien físicamente, pero en mi cabeza el mal tiempo, y la
cantidad de kilómetros y de horas empezaban a pasar factura. Empecé a ver la
meta como una necesidad, no como un triunfo, y empecé a descontar los
kilómetros de uno en uno en lugar de ir centrado en correr, en sumar metros, olvidándome de lo
que quedaba. Por suerte, seguía consciente de una cosa, no olvidarme de tomar los geles, así que en el kilómetro 32, en un nuevo avituallamiento liquido,
cogí agua y me tomé el penúltimo gel.
Pasado el 33 comenzaba lo duro, ¡y de que manera!, terminando Virgen del Puerto giramos a la derecha y empezamos a subir la Calle Segovia, una cuesta que casi nos deja clavados a todos, como bajó el ritmo de todos los que nos encontrábamos en esa zona, como nos costó superar ese tramo. Recuerdo que en ese momento pensé “¿Será esto a lo que se refieren con el famoso muro?”. Por el kilómetro 35 el tiempo fue de 3:23:34, a un ritmo de 5:49 min/km, haciendo ese tramo a 5:56 min/km.
Pasado el 33 comenzaba lo duro, ¡y de que manera!, terminando Virgen del Puerto giramos a la derecha y empezamos a subir la Calle Segovia, una cuesta que casi nos deja clavados a todos, como bajó el ritmo de todos los que nos encontrábamos en esa zona, como nos costó superar ese tramo. Recuerdo que en ese momento pensé “¿Será esto a lo que se refieren con el famoso muro?”. Por el kilómetro 35 el tiempo fue de 3:23:34, a un ritmo de 5:49 min/km, haciendo ese tramo a 5:56 min/km.
Kilómetro 35, estaba a tan solo 7.195
metros de la ansiada meta, cinco de ellos (hasta el 40), de constante
subida, que se sumaban a los dos que llevábamos ya desde el 33. A pesar de notarme bien de piernas y de no sentir que estuviese sufriendo excesivamente, este tramo se me hizo muy duro. Los kilómetros pasaban muy lentos, cada vez llovía con más fuerza,
llevaba la ropa empapada, y lo peor eran los calcetines y las zapatillas, ¡como
pesaban!, cada zancada costaba la vida, y de verdad, insisto, no porque físicamente
fuese mal, sino porque la subida y la lluvia complicaban enormemente todo.
Desde Casa de Campo, ya había empezado a ver a corredores andando, pero fue en
este tramo donde ese número se multiplicó, no voy a decir que había más
personas andando que corriendo, pero si que ya eran muchas las que veían el
final del Maratón muy cerca, y preferían terminar el recorrido andando, antes que abandonar.
También en este tramo volvíamos a pasar por lugares emblemáticos de Madrid, Paseo
de las Acacias, Glorieta de Embajadores, Ronda de Atocha, Paseo del Prado,
Neptuno, Plaza de Cibeles, Paseo de Recoletos, Plaza de Colón y Calle Goya, de nuevo un bonito recorrido turístico por Madrid. Pero que diferente se ve todo
cuando llevas tantos kilómetros y tantas horas corriendo, y sobre todo cuándo llueve
tanto que estás calado hasta los huesos.
Contento por el reto de papá |
Tiempos por tramos |
Mis compañeros también cruzaron la meta del Maratón. Charly lo hacía totalmente exhausto, pálido, pero lo había conseguido, había sacado fuerzas de flaqueza y había recorrido los 42.195 metros. David por su parte entraba más fresco, con una sonrisa, feliz por el logro que acababa de realizar, y junto a ellos cruzaba la meta Luis, el padre de David, el culpable de que nos embarcásemos en esta locura. Todos los retos tienen un inicio, un primer momento en el que empiezas a planteártelo, y el nuestro fue tras acabar el Asics Medio Maratón Villa de Madrid del 2014, cuando Luis nos preguntó si nos veíamos capaces de correr un Maratón, en ese momento nos reímos y dijimos que no, pero... esa misma pregunta nos la hizo unos meses después cuándo acabamos el Skoda Triathlon Series Madrid 2014, en esa ocasión acabábamos de nadar 750 metros, de hacer 23,1 km en bici y corrido 5 km, y hacer un Maratón ya no nos parecía una locura. Poco más de un mes después nos inscribimos en el Maratón de Madrid 2015.
Comentaros
que Luis ha corrido 7 veces el Maratón de Madrid, hasta que, como dice su hijo,
unos tendones con nombre de guerrero de la antigua Troya le hicieron colgar las
zapatillas. El domingo su idea era entrar a correr con nosotros alrededor del
kilómetro 30, para ayudarnos con el temido muro. Finalmente entró antes, en el kilómetro 26, con la intención de ayudar a Charly a superar su
pájara. Sin duda su experiencia y sus consejos fueron de gran ayuda para que
Charly, a pesar de ir al límite, cruzase la meta. Por mi parte, una pena no
haber podido compartir unos kilómetros con una persona con tantos maratones a
sus espaldas y, como he dicho antes, culpable de la locura que ese día
estábamos corriendo.
Antes de terminar esta entrada quiero dar las gracias a mis amigos de Google + por su apoyo y sus
consejos, también a las personas que leéis el blog y que me alentáis con vuestras
visitas, a mis amigos que han aguantado en los últimos meses muchas
conversaciones sobre Maratón, a todas esas personas que a lo largo de los 42.195
metros del recorrido, aún siendo nosotros personas anónimas nos daban ánimos, a
los padres de David y su novia Barbará por estar apoyándonos en tantos puntos del recorrido, a mis amigos Carmen, Lucia y Javi, por venir a apoyarnos a pesar de
la lluvia, a mis dos compañeros de locura, David y Charly, por compartir esta experiencia tan increíble,
y por supuesto a Natalia, mi mujer, por aguantar todas las sesiones de
entrenamiento, por acompañarme en las sesiones de cinta y fortalecimiento en
el gimnasio, por apoyarme en esta locura, y por estar en cada línea de salida y
cada línea de meta que decido cruzar, este triunfo no es sólo mérito mío
también es mérito tuyo, contigo nunca desfallezco.
Gracias
a todos por estar ahí y por haber puesto vuestro granito de arena para que este
reto saliese adelante.
PD.- El reto ha terminado, pero el blog sigue, aún quedan retos a los que apuntarse, y experiencias y consejos que compartir.